Los empresarios afines a la Moncloa acuden al rescate con rebajas de Prisa

El plazo preferente para que los inversores de Prisa acudan a la ampliación de capital mediante bonos convertibles del grupo de medios acaba hoy. Además del apoyo explícito de Amber Capital, dueño del 29% del capital, y de Vivendi, propietario del 9,9%, Global Alconaba, la sociedad que agrupa a un elenco de empresarios próximos a la Moncloa, ha comunicado también internamente que va a suscribir la parte que le corresponde a su 7% del capital. Un respaldo que, aun así, resulta insuficiente, por lo que la compañía ya baraja reducir el importe de la emisión en un 23%, de 130 a cerca de 100 millones.

Según han confirmado varias fuentes próximas a la operación, Global Alconaba, que en mayo del pasado año adquirió el 7,07% de Prisa, que estaba en manos de Telefónica por 34 millones, ha transmitido ya su intención de comprar bonos convertibles por nueve millones de euros, la cantidad mínima con la que mantendría su participación en el capital y no se diluiría. Un desembolso aparentemente pequeño, pero muy relevante para estos empresarios individuales, que en su momento no pudieron adquirir por falta de dinero un 1,95% restante que aún quedó en manos de la operadora.

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Especialmente porque, además, estos socios de Global Alconaba pagaron hace tan solo nueve meses 0,65 euros por acción, por lo que acumulan minusvalías latentes del 43% en su inversión. Según fuentes cercanas a la emisión, Andrés Varela Entrecanales, primo de José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, ha comunicado que van a acudir a la ampliación de capital en diferido con la parte proporcional que les corresponde. De lo contrario, junto con las pérdidas momentáneas, su participación se vería diluida en un 32%, ya que el beneficio se tendría que repartir entre más títulos cuando se conviertan los bonos en acciones.

Andrés Varela Entrecanales es dueño de The Pool, la productora de la serie documental que mostrará la vida en la Moncloa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El primo de los dueños de Acciona, de una ideología totalmente opuesta, fue socio de los creadores de Globomedia, entre los que estaban el polifacético Emilio Aragón y Miguel Contreras, el hombre que mueve los hilos en Prisa. Fundadores todos ellos de La Sexta, tras la licencia concedida por José Luis Rodríguez Zapatero, que tuvieron una participación relevante en Mediapro, el holding dirigido por Jaume Roures y Tatxo Benet. Roures y Benet, adalides de la izquierda más radical y afines al independentismo catalán, compraron sus acciones por unos 80 millones.

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Bajo Global Alconaba también están Daniel Romero-Abreu, fundador de Thinking Heads, y Alberto Knapp, dueño de The Cocktail, una agencia de comunicación y publicidad adquirida por la multinacional británica WPP. También, curiosamente, el grupo inglés es accionista destacado de Mediapro y tuvo antes como directivo relevante a Miguel Barroso, el que fuera secretario de Estado de Comunicación durante la legislatura de Rodríguez Zapatero. Barroso es consejero de Prisa desde el golpe de mano que desbancó a Javier Monzón de la presidencia con el visto bueno de Amber Capital, Telefónica y el propio Gobierno de Sánchez.

El paso adelante dado por Alconaba es muy relevante y positivo para el futuro de la emisión, ya que hasta la fecha solo Amber y Vivendi han mostrado su compromiso oficial de suscribir entre los dos el 45% de los 130 millones de euros. Es decir, 58,5 millones, a los que habría que sumar los nueve millones de los citados empresarios. En total, 67,5 millones. Una cifra, no obstante, insuficiente, por lo que en Prisa, que reconoce que la emisión puede quedar incompleta, ya se dan por satisfechos si llega a los 100 millones, un 23% menos de lo previsto inicialmente.

En manos de Ana Botín

La cifra final dependerá de lo que hagan los Polanco, la familia fundadora de Prisa, que aún retiene el 7,28% del capital. Los históricos editores de El País y Cadena SER están en la encrucijada de poner más dinero para poder mantener su asiento en el consejo de administración o dar por perdidos los últimos 50 millones que apostaron en las ampliaciones de 2018 y 2019. Un dinero que les fue prestado por el Banco Santander, que tiene esas acciones en garantía, además de contar con un 4,6% en propiedad. La entidad presidida por Ana Botín, que perdió la influencia en la empresa tras la destitución de Monzón, pignoró también parcialmente otras posiciones de accionistas como los mexicanos Roberto Alcántara y Carlos Fernández, dueños del 4,8% y del 3,8%, respectivamente. Telefónica tampoco tiene previsto acudir con su 1,9% que aún tiene en cartera.

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Un 20,46% del capital, más el 4,95% de un fondo de Qatar, que, presuntamente, no va a acudir a la emisión, por lo que Prisa necesitará que el resto de inversores u otros nuevos cubran este vacío. Carlos Slim, que mantiene el 4,12% del capital, en el que acumula también fuertes minusvalías, se ha mostrado dispuesto a elevar su paquete y arrimar el hombro. Con esos 130 millones, la compañía pretende amortizar parcialmente una deuda por la que paga hasta un 11% de interés y que sería sustituida por estos bonos con un tipo de interés del 1%. Un ahorro de costes que ayudaría a mejorar la cuenta de resultados, que ya genera un beneficio bruto de explotación de 100 millones. La deuda total del grupo asciende a 915 millones.