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La confusa renovación del consejo de Fira de BCN y un empresariado buscando su sitio
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La confusa renovación del consejo de Fira de BCN y un empresariado buscando su sitio

El miércoles por la mañana la Cámara de Comercio de Barcelona estaba dispuesta a cambiar el consejo de Fira, por la tarde prefirió aplazar la decisión hasta el próximo día 12

Foto: Pere Aragonès en un reciente acto de Fira de Barcelona. (EFE/A. García)
Pere Aragonès en un reciente acto de Fira de Barcelona. (EFE/A. García)
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Fira de Barcelona ha de renovar sus cargos. En concreto, cesan dos consejeros y otros tres están pendientes de renovar mandato. Dicho así, el amigo lector que no esté bostezando en este momento estará tentado de abandonar. No, no lo haga… su persistencia quedará recompensada con un mundo de intrigas, empresarios que se sienten amenazados, instituciones clave para la ciudad bajo la intemperie de la política, políticos con elecciones municipales a las puertas y una clase empresarial con graves problemas para entender el cambio de los tiempos. Esos que suspiran por Jordi Pujol viendo la serie de HBO, pero que les cuesta entender que ahora ha llegado el momento de entenderse con Pere Aragonès.

Este pasado miércoles 30 de noviembre se celebró un pleno de la Cámara de Comercio de Barcelona, una institución que se ha ido borrando de los debates clave de la economía catalana a medida que ha acentuado su independentismo, de mano de su presidenta, Mònica Roca. Por la mañana, la Cámara de Comercio cambia el orden del día del pleno y cuela que se aprobarán las renovaciones en el consejo de administración de Fira. Estos cambios se pactan con la Generalitat y con el Ayuntamiento, que, junto con la Cámara de Comercio, son las tres fuerzas que controlan el Consell General de Fira. Pero por debajo de ese órgano está el Consell de Administración y es potestad de la Cámara y solo de ella nombrar a sus miembros.

Foto: Presentación de la memoria económica de Cataluña 2021. (EFE/Enric Fontcuberta)

Para estupor de los empresarios presentes, no se les dieron los nombres de los nuevos consejeros, no se dijo si se habían pactado con la Generalitat o el Ayuntamiento. Solo se condujo el debate para aplazar la decisión hasta el siguiente día doce, cuando la introducción del debate de última hora apuntaba precisamente en sentido contrario: que la Cámara de Comercio que ahora controla la ANC quería ejecutar los cambios en la Fira.

Entonces una vicepresidenta, Roser Salabert, pide que los relevos se salden con la entrada de más mujeres. En medio del estupor de los presentes, se aplaza el punto que horas antes era urgente para un pleno específico que tendrá lugar el día 12 de diciembre, lunes, en dos semanas. Nadie entiende ni las primeras prisas ni la posterior postergación, según han explicado fuentes empresariales que estuvieron presentes en el pleno.

Relevos en silencio

Ni Fira, ni Cámara de Barcelona, ni la Generalitat han querido aclarar qué ha pasado. Pero hay cinco consejeros que se la juegan y todos tienen un importante rol en el microcosmos del empresariado catalán. Los que serán cesados son Pedro Fontana, expresidente de Áreas y antiguo director del BBVA en Cataluña; además de Kim Faura, ex antiguo director de Telefónica en Cataluña, que hace tres años dejó el cargo por problemas de salud. Los otros tres que se encuentran pendientes de renovación son el presidente de Moventia, Miquel Martí, cercano al independentismo; el cazatalentos Luis Conde, presidente de Seeliger y Conde; y el ex director de Fira, Agustín Cordón. El consejo de Fira de Barcelona siempre ha sido apetecible, una especie de reconocimiento de que por fin ha llegado.

Fontana no puede seguir, ha agotado su mandato. Faura hace años que no está. Sobre los otros tres, todo es una incógnita. La Fira tiene previsto facturar 170 millones este año y se considera uno de los motores claves de la ciudad. Su funcionamiento se considera un modelo de colaboración público-privado, con un Consejo General que preside Ada Colau y que representa al capital; un consejo de administración, que es el que nombra la Cámara de Comercio y que ahora se mueve en esta crisis; y por último el comité de dirección que encabeza Constante Serrallonga y que en la práctica está centrado en aislar el día a día de la Fira de Barcelona de este tipo de tensiones institucionales.

La tradición es que los consejeros de Fira renueven siempre. Cámara disiente

La tradición es que los consejeros agotan su mandato, ya que, además, es un cargo no remunerado. Pero Cámara de Comercio podría tener la tentación de renovar cinco puestos de un golpe y, según los nombres escogidos, conseguir mayoría independentista en el consejo. Algo que solo es una especulación, ya que la Cámara de Comercio ha declinado dar explicaciones sobre lo sucedido y asegura que lo ocurrido este miércoles fue del todo normal.

Problemas políticos

En realidad, el trasfondo de este caos es que ante la salida de JxCAT de la Generalitat, la Cámara de Comercio de Barcelona se ha quedado huérfana. Una Generalitat en manos de Pere Aragonès y ERC ya no es una referencia para este mundillo, más forjado en el radical Centre Català de Negocis. De hecho, en su última nota de opinión, el Cercle de d’Economia, antes que otra cosa, le estaba haciendo un favor a Aragonès y a su voluntad de tener presupuestos, tenga que pactar con quien tenga que pactar.

Foto: Jaume Guardiola, nuevo presidente del Cercle d'Economia. (EFE/Marta Pérez)

En los últimos meses, hay una parte del mundo empresarial que está empezando a asumir que ha de entenderse con Pere Aragonès, algo que primero asumieron las patronales de Fomento del Trabajo y Pimec, y que poco a poco se va extendiendo. Pero a medida que esta aceptación crece entre el empresariado pragmático, la entidad cameral se va quedando aislada y fuera de juego, ya que apostó muy fuerte por alinearse con Carles Puigdemont y su Consell per la República. Pero ahora la prioridad de Puigdemont es derribar el Ejecutivo de Aragonès. Ese mismo ejecutivo tiene al conseller de Empresa, Roger Torrent como vicepresidente del Consell General de Fira. Y Roger Torrent ha de convocar unas nuevas elecciones tras la decisión del TSJC de anular las anteriores en las que la ANC se hizo con el control de la Cámara.

Pero la presencia de la ANC, que antes era simpática para los republicanos, ahora se ha tornado incómoda, puesto que quieren impulsar una lista cívica para que la Generalitat vuelva a inclinarse por la unilateralidad, justo lo contrario de la hoja de ruta con la que se trabaja desde Palau. Por eso, a medida que otros entes empresariales se acercan a Palau, más lejos se siente la Cámara de Comercio. El lío de esta semana tiene más que ver con corrientes políticas subterráneas que con intereses empresariales puros y duros.

Fira de Barcelona ha de renovar sus cargos. En concreto, cesan dos consejeros y otros tres están pendientes de renovar mandato. Dicho así, el amigo lector que no esté bostezando en este momento estará tentado de abandonar. No, no lo haga… su persistencia quedará recompensada con un mundo de intrigas, empresarios que se sienten amenazados, instituciones clave para la ciudad bajo la intemperie de la política, políticos con elecciones municipales a las puertas y una clase empresarial con graves problemas para entender el cambio de los tiempos. Esos que suspiran por Jordi Pujol viendo la serie de HBO, pero que les cuesta entender que ahora ha llegado el momento de entenderse con Pere Aragonès.

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