Citi busca inversores para comprar el 40% de Talgo en manos de Trilantic y Abelló
El banco estadounidense, junto con Nomura y Rothschild, contacta con inversores financieros e industriales para tomar el control del fabricante español de trenes
El mercado ha puesto sus ojos en Talgo, que ha perdido la mitad de su valor en bolsa en lo que va de año. Según indican fuentes financieras, varios bancos de inversión han contactado con inversores institucionales para adquirir una participación relevante en el fabricante de trenes, lo que supondría el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (OPA). Entre otros, destacan Citi, Rothschild y Nomura, que se han puesto en contacto con Trilantic, el mayor accionista, para sondear su interés en vender su 40% actual.
Trilantic, dueño también de Pachá, para la que busca un comprador, entró en el capital de Talgo en marzo de 2006. Seis años más tarde, otro vehículo del mismo 'private equity', el Trilantic IV, al que se subieron Torreal (la familia Abelló) y los propios fundadores (los Oriol), compró la participación que tenía el Trilantic III. En mayo de 2015, estos tres inversores institucionales se desprendieron del 45% mediante la salida a bolsa, a un precio de 9,25 euros por acción, lo que otorgó a la compañía una capitalización de 1.200 millones de euros.
Pero el comportamiento bursátil de Talgo fue decepcionante desde el primer día. En su debut, la cotización llegó a perder un 8%, lo que supuso el peor estreno en bolsa desde 2000. La compañía, fundada en 1942, nunca más recuperó su precio de salida. Llegó a los seis euros justo antes de la pandemia, momento en que empezó una carrera cuesta abajo hasta los mínimos históricos actuales, a 2,72 euros. La empresa apenas vale en bolsa 350 millones, una tercera parte de como se tasó cuando empezó a cotizar en los mercados de capitales.
Pese a ello, Trilantic ya ha recuperado con creces la inversión en Talgo. Primero en 2012, en la primera desinversión parcial, y posteriormente en 2015, con la oferta pública de venta para el salto a la bolsa. El resto de inversores, que llevan una década en el capital, también ha ganado dinero. Lo han hecho a través de Pegaso Transportation, una sociedad instrumental con sede en Luxemburgo, país de baja presión fiscal, que es la que controla el 40% de Talgo a través de Pegaso Transportation.
Pegaso Transportation está participado en un 63% por Trilantic y en un 20% por los Oriol. El resto es propiedad de Torreal. La vida de este vehículo expira este año, por lo que los tres inversores tienen que decidir si ampliar su periodo de amortización o si aceptan algunas de las ofertas que pueda conseguir Citi. Algunos bancos internacionales, como Nomura y Rothschild, muy cercanos a Trilantic, ya han hecho prospecciones en busca de potenciales compradores, según fuentes próximas a las negociaciones.
Fuentes financieras indican que Citi, que ha declinado hacer ningún comentario, es el banco con la operación más avanzada. A preguntas de este periódico, fuentes próximas a Trilantic aseguran que no tienen intención de vender su 40% de Talgo.
El candidato número uno para adquirir esta participación en Talgo sería Construcciones Auxiliares del Ferrocarril (CAF). Pero la compañía vasca no ha mostrado en estos primeros sondeos mucho interés por comprar y fusionarse con su principal competidor en España. En cualquier caso, esta operación tendría un claro cariz político, ya que el fabricante con sede en Madrid se considera una empresa estratégica, mientras que el grupo fundado en Beasain (Guipúzcoa) tiene entre sus accionistas destacados a Kutxabank y al Gobierno vasco.
Los analistas consideran desproporcionado el castigo de Talgo en bolsa. El precio objetivo medio para el fabricante de trenes es de 4,50 euros por título, con valoraciones de hasta más de cinco euros por parte de brókeres como Santander, CaixaBank y Renta 4. Especialmente porque gran parte del mercado espera el lanzamiento de una opa si el comprador supera el 29,99% del capital, como obliga la ley del mercado de capitales.
Problemas de suministro y Renfe
En el primer semestre del año, Talgo obtuvo un beneficio de 5,3 millones, lo que supuso un descenso del 47,6% respecto al mismo periodo de 2021. Los ingresos también cayeron con fuerza, un 25,8%, hasta los 217,7 millones, mientras que el beneficio bruto de explotación (ebitda) fue de 19,5 millones, una reducción del 31,2% en comparación con los seis primeros meses del ejercicio precedente.
Talgo justificó este comportamiento por los retrasos en la cadena de suministro, que han generado demoras en los proyectos de fabricación, y la reducción de beneficios por el actual entorno inflacionista. Una coyuntura que le ha impedido cumplir con uno de los grandes contratos encargados por Renfe, que ahora le va a reclamar una indemnización de 116 millones por no entregar a tiempo los 30 convoyes solicitados por un montante total de 786,5 millones.
El mercado ha puesto sus ojos en Talgo, que ha perdido la mitad de su valor en bolsa en lo que va de año. Según indican fuentes financieras, varios bancos de inversión han contactado con inversores institucionales para adquirir una participación relevante en el fabricante de trenes, lo que supondría el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (OPA). Entre otros, destacan Citi, Rothschild y Nomura, que se han puesto en contacto con Trilantic, el mayor accionista, para sondear su interés en vender su 40% actual.