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Los acreedores lanzan un órdago total a Celsa y proponen quedarse con el 75% del capital
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A CAMBIO DE INYECTAR 680 M

Los acreedores lanzan un órdago total a Celsa y proponen quedarse con el 75% del capital

Deutsche Bank y Goldman Sachs han enviado una nueva oferta a la Rubiralta que supone romper las líneas rojas exigidas por la familia para el rescate y mantener la propiedad

Foto: Logo de Celsa Group. (Celsa Group)
Logo de Celsa Group. (Celsa Group)

Deutsche Bank, Goldman Sachs y el resto de acreedores de Celsa han remitido una nueva propuesta de reestructuración al consejo de administración de la compañía siderúrgica, propiedad de la familia Rubiralta, para intentar salvar al grupo. Según indican fuentes financieras, los tenedores de la mayoría de la deuda han ofrecido convertir 630 millones de euros de ese pasivo y aportar 50 millones adicionales de dinero fresco a cambio de quedarse con el 75% de las acciones. Una estructura que supone un órdago total a los fundadores de la sociedad.

Los fondos, a los que Celsa debe 2.400 millones de euros, aceptan las condiciones exigidas por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para liberar el rescate público de 550 millones de euros. Entre otras y la más importante, condonar 1.200 millones de esos préstamos que los ‘hedge funds’ compraron en el mercado secundario a un 20% de su valor después de que la banca española los vendiera a derribo ante el temor a que no los recobrarían jamás.

Foto: Concentración por el futuro de Celsa, en A Coruña. (EFE/Kiko Delgado)

Tras la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el pasado lunes llamó personalmente al primer ejecutivo alemán de Deutsche Bank para pedirle que fuera sensible con la situación de Celsa, los acreedores han respondido con una contraoferta, la tercera desde que a finales de mayo empezaron a negociar con los Rubiralta. Los fondos, que inicialmente exigían el 49% del capital a cambio de la deuda impagada y que habían renunciado a ese derecho por petición expresa de la familia, se han descolgado ahora con una propuesta que garantiza el futuro de Celsa, pero no así las pretensiones de la familia.

Según estas fuentes, los acreedores ofrecen convertir 630 millones de la deuda sostenible e inyectar los 50 millones de dinero nuevo a los que se habían comprometido los Rubiralta. A cambio, solicitan quedarse con el 75% del capital de Celsa, una línea roja inasumible por los fundadores que se han negado en rotundo a ceder ni el 0,01% de las acciones por considerar que la pretensión final de los fondos es trocear la compañía. Aunque los ‘hedge funds’ han comunicado públicamente su respaldo al proyecto industrial y al mantenimiento del empleo, los Rubiralta califican su interés de meramente especulativo.

Foto: Planta siderúrgica. (Unsplash)

La propuesta ha sido compartida con BBVA, CaixaBank, Santander y Sabadell, que durante la pandemia volvieron a abrir el grifo de su balance a Celsa y le prestaron 550 millones en forma de circulante y con vencimiento a finales de 2022. La banca española está de acuerdo con esta estructura formulada por los fondos por asegurar el futuro de la compañía y porque han pedido también a la familia crear un vehículo para poder desprenderse de ese préstamo, como le exige el Banco Central Europeo (BCE).

Celsa tendrá que responder inmediatamente a este ofrecimiento porque el tiempo corre y apenas disponen de dos días hábiles para alcanzar un acuerdo. La fecha límite es el próximo martes. El consejo gestor de la SEPI ha validado este viernes el rescate a la compañía, el mayor concedido hasta la fecha por los efectos del covid, pero su viabilidad depende del acuerdo con los acreedores. Se da por hecho que los Rubiralta van a rechazarla y que, según fuentes cercanas a la familia, la calificarán como un ataque en toda regla a la negociación.

Deutsche Bank, Goldman Sachs y el resto de acreedores de Celsa han remitido una nueva propuesta de reestructuración al consejo de administración de la compañía siderúrgica, propiedad de la familia Rubiralta, para intentar salvar al grupo. Según indican fuentes financieras, los tenedores de la mayoría de la deuda han ofrecido convertir 630 millones de euros de ese pasivo y aportar 50 millones adicionales de dinero fresco a cambio de quedarse con el 75% de las acciones. Una estructura que supone un órdago total a los fundadores de la sociedad.

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