Celsa sube un 30% el acero al sector del automóvil en plena tensión con la SEPI

El precio de la luz alcanza este jueves un nuevo máximo histórico en 383 euros el megavatio, un encarecimiento que pagarán los 11 millones de hogares con la tarifa dependiente del precio mayorista y todos aquellos que compren un producto que incluya el uso intensivo de energía como coste de producción. Uno de ellos será el automóvil, ya que los proveedores de la industria del automóvil están trasladando a las fabricantes el aumento imparable de la electricidad.

Una de estas empresas es Celsa, el primer productor español de acero, que suministra entre un 10 y un 15% del metal con el que se montan los coches. Según han confirmado varias fuentes próximas al sector, la compañía catalana propiedad de Francesc Rubiralta ha comunicado a los clientes que los contratos para el próximo año incluirán un incremento de la tonelada de entre el 20 y el 30%. De esta forma, la multinacional española imputará a los fabricantes, como Ford, Stellantis o Renault, el aumento que ella misma está sufriendo por fundir el material con el que hace sus productos.

La compañía destina más de medio millón de toneladas anuales de acero al sector de la automoción, que tiene 17 plantas en España

Según información oficial de Celsa, la compañía destina más de medio millón de toneladas anuales de acero al sector de la automoción, que tiene 17 plantas en España de las principales marcas mundiales, más las factorías de los suministradores como Ficosa, Gestamp, Antolin. “La excelencia en el servicio y la mejora continua de los procesos son fundamentales para garantizar la fabricación de vehículos más seguros, ligeros y limpios que satisfagan los límites cada vez más estrictos de reglamentos locales e internacionales”, indica el grupo catalán.

La compañía explica que un vehículo contiene de media alrededor de 900 kilos de acero, de los cuales entre el 10-15% son productos de acero largo, dependiendo de la clase de vehículo. “Cesla, siendo uno de los líderes europeos en la fabricación de productos largos de acero, suministra una extensa gama de productos de alta calidad a los mayores fabricantes mundiales de automóviles, obteniendo una mayor presencia internacional en el sector”, sostiene la multinacional, que fabrica barras de torsión, rótulas, muelles, amortiguadores, refuerzo de neumático o producción de tornillería para sistemas de seguridad, dirección o tren motriz.

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Esta industria supone el 10% del producto interior bruto (PIB) nacional y el 9% del empleo, así como una de las mayores fuentes de ingresos por la venta de carburantes. Además, es uno de los pilares de la balanza de pagos, ya que se exportan vehículos por 31.516 millones.

Recelos por el dinero público

Mientras traslada a sus clientes el coste de la electricidad, Celsa continúa negociando con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) la concesión de dos préstamos por 575 millones de euros. La compañía catalana solicitó esta ayuda al organismo público hace ya casi un año y medio, pero el ente del Ministerio de Hacienda sigue sin dar el visto bueno a este rescate, que sería el mayor desde la irrupción de la pandemia.

Según fuentes próximas a la compañía, Rubiralta ha solicitado a la SEPI una reducción de las garantías que le había exigido la institución gubernamental para recibir los 575 millones. Entre otras, la hipoteca de parte de los activos de Celsa, incluidas naves industriales, plantas y la sede social. La compañía sostiene que, dado que el plan de negocio adjunto a la petición de rescate ha superado con creces las previsiones, no es necesario poner como prenda tales contrapartidas.

Celsa estima que cerrará el ejercicio 2021 con una facturación récord de 5.000 millones y un beneficio de explotación de 600 millones

Celsa estima que cerrará el ejercicio 2021 con una facturación récord de 5.000 millones y un beneficio de explotación o ebitda de 600 millones, el triple de lo previsto inicialmente. Una evolución, favorecida por las medidas arancelarias de Rusia y China, que ha llevado a la SEPI a plantearse si, en realidad, Celsa necesita este rescate. "Las previsiones para 2022 son de continuidad del crecimiento de la demanda. En concreto, en sectores como el automóvil, Eurofer prevé que la demanda total de acero del sector del automóvil suba por encima del 12%, en un sector que en 2021 ya ascendió un 9,0%", argumenta el grupo.

La compañía ha impagado a los acreedores, la mayoría fondos oportunistas, una deuda por 450 millones de euros, un pasivo que se puede convertir en capital y que supondría un cambio de dueño. Rubiralta se niega a aceptar esta fórmula propuesta por entidades como Morgan Stanley, Bank of America, Goldman Sachs, JP Morgan, Citi, Deutsche Bank y Credit Suisse porque se traduciría en la pérdida del control de una empresa fundada por su familia. La pretensión del presidente es destinar el dinero de la SEPI a repagar a los fondos, con lo que bajaría de forma sustancial la deuda total, que ronda los 2.000 millones. Un uso que en la SEPI ven con recelo porque los 475 millones no irían a parar al grupo, sino a sus acreedores.