Aena ordena a los restaurantes abrir sus locales e ignora la petición de negociar del Congreso

Nuevo frente en la guerra entre Aena y los arrendatarios de sus espacios comerciales. El operador aeroportuario ha enviado a las empresas de restauración que operan en sus terminales una carta instándoles a reabrir todos sus locales bajo amenaza de penalización económica que, incluso, podría llegar a la resolución del contrato.

Esta misiva no solo aviva el fuego en la disputa que Aena mantiene con numerosos inquilinos, que le reclaman nuevas condiciones de los alquileres, sino que llega justo cuando el Congreso al completo ha pedido a la compañía pública sentarse "a negociar y a alcanzar acuerdos equilibrados sobre las condiciones de las concesiones de locales para las actividades comerciales y de hostelería en su red aeroportuaria".

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Todas las formaciones de la Cámara Baja, incluidos PSOE y Unidas Podemos, votaron este martes a favor de la proposición no de ley (PNL) presentada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), iniciativa que logró un inédito consenso y que muestra el deseo de toda la clase política de que Aena se siente a negociar, aspecto especialmente relevante cuando se recuerda que se trata de una compañía cuyo principal accionista es el propio Estado, con el 51% del capital.

La empresa pública, por su parte, defiende que la propuesta que presentó el pasado enero ya es equilibrada y que el ajuste de rentas que propone supone para la compañía renunciar al cobro de 800 millones de euros. La oferta de Aena consiste en cobrar el 0% desde que se decretó el estado de alarma y hasta la tercera semana de junio, y una quita del 50% a partir de ese momento y hasta el próximo 8 de septiembre, cuando volverá a cobrar el 100%.

Para defender la misiva enviada a los restaurantes, Aena se acoge a que, según el contrato de cesión de locales, estos deben permanecer abiertos durante todos los días que el aeropuerto en cuestión esté abierto, obligación que, si se incumple, lleva aparejada una penalidad económica.

Las fuentes consultadas aseguran que la postura del operador aeroportuario pasa por defender que, ante la paulatina recuperación del tráfico, deben estar abiertos todos los locales para garantizar el servicio a los viajeros, sin dejar opción a que las cadenas puedan tratar de acompasar las reaperturas a la evolución del tráfico y, además, reservándose el derecho, que también le reconoce el contrato, de modificar los horarios a las necesidades operativas.

Este deseo de apertura total choca con las estimaciones que ha hecho la propia Aena para la elaboración de DORA II, el marco tarifario que determinará los ingresos regulados durante los próximos cinco años, en que contempla que, este año, la red española de aeropuertos recibirá a 137 millones de viajeros, la mitad que en 2019, cuando se llegó a los 274 millones.

Aena ordena abrir todos los restaurantes a pesar de que el tráfico será la mitad que antes del covid

En 2022 se llegará a 185 millones, en 2023 habrá 229 millones, en 2024 se alcanzarán los 255, un año después se concluirá el ejercicio con 270 y será ya en algún momento de 2026 cuando se supere la cifra precovid, ya que Aena confía en cerrar ese ejercicio con 279 millones de pasajeros.

Áreas, SSP e Ibersol son los grandes afectados por la orden de abrir todos los locales, ya que son los propietarios del grueso de los establecimientos de restauración de los aeropuertos españoles.

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Estos tres grupos, junto a Dufry y Canariensis, dueños de las tiendas libres de impuestos, han llevado a Aena a los tribunales ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el pago de los alquileres. Todos ellos han logrado que los tribunales acepten como medida cautelar que Aena no pueda ejecutar los avales ante el impago de las rentas mínimas garantizadas (RMGA), epicentro de la disputa.

Las compañías defienden que la nueva renta debe adaptarse a la caída real del tráfico, máxima que termina de echar por tierra la carta recién enviada a las empresas de restauración, ya que les obliga a tener los establecimientos operativos al 100% cuando el tráfico estará prácticamente a la mitad de los niveles precovid y todavía tardará cinco años en recuperarlos.