Meliá pierde 426 millones en 2020 pero supera las expectativas del mercado

Un mal año para los hoteles pero, en el caso de Meliá no tanto como esperaba el mercado. La compañía capitaneada por Gabriel Escarrer ha cerrado el ejercicio con unas pérdidas de 425 millones de euros (excluyendo deterioros), según el hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras el cierre de mercado.

Unas pérdidas que están por debajo de las esperadas por el consenso de analistas recogido por Bloomberg esperaba unas pérdidas netas ajustadas de 564,3 millones de euros y unas pérdidas operacionales de 522,4 millones. Unos datos que se dan después de que la compañía consiguiese reducir gastos de explotación en más de 640 millones este año, con la liquidez aguantando en los 316 millones de euros. La deuda neta, a su vez, ha aumentado en 662,7 millones de euros hasta cerrar el ejercicio en los 1.255 millones (pre-NIIF-16).

Todo, en un año en el que las ventas de Meliá han caído un 70,7%, hasta los 528,4 millones de euros - un dato que estuvo en línea de lo esperado por el mercado (529 millones de euros). También el ebitda ronda las expectativas (-149 millones de euros), con Meliá cerrando 2020 con una cifra en rojo de 151 millones de euros a comparar con los 488,9 millones de el año anterior.

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"La incertidumbre y las restricciones hacen que la compañía mantenga activado su plan de contingencia durante el primer trimestre, confiando en una recuperación progresiva a partir del segundo trimestre gracias a los avances en la vacunación y el tratamiento de la enfermedad, y a la mejora de la coordinación para la movilidad internacional", concreta la compañía en el comunicado.

De hecho, la hotelera dice ver con "moderado optimismo el fuerte repunte de reservas a partir de mayo y junio", inducido -sobre todo en el segmento vacacional- "por las mejoras en el control de la pandemia y la apertura de fronteras en el Reino Unido". También anticipa un fuerte repunte de la actividad cuando el covid-19 pasa, apoyándose en lo que denomina como "demanda embalsada".

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Una demanda con la que responderá con un 60% de sus hoteles en el segmento vacacional (un 70% del beneficio operativo del grupo) en un momento en el que se espera que el turismo de "sol y playa" sea de los primeros en recuperarse, sobre todo en España - o al menos así lo "parece indicar la respuesta de un mercado como Reino Unido ante el anuncio de la próxima apertura de sus fronteras".

La compañía también destaca que, de los 43 hoteles que tiene en propiedad la compañía, 10 hoteles (representando un valor de 875 millones de euros frente a los 3.758 millones fijados por la última valoración realizada por Jones Lang Lasalle en 2018) tienen alguna hipoteca. Dichos préstamos hipotecarios, que ascienden a 260 millones de euros, representan tan un 7% del valor total de los activos en propiedad.