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El BCE limita el pago de los dividendos de la banca al 15% del beneficio hasta septiembre
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VINCULADO AL COLCHÓN DE CAPITAL

El BCE limita el pago de los dividendos de la banca al 15% del beneficio hasta septiembre

La rama supervisora del BCE ha sido más dura de lo esperado. Los bancos podrán retribuir al accionista con límites del 15% del beneficio y 20 puntos básicos del capital

Foto: Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), del BCE. (BCE)
Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), del BCE. (BCE)

La rama de supervisión bancaria del Banco Central Europeo (BCE) pone fin al veto a los dividendos de las entidades financieras. Pero lo hace con límites más duros de lo que esperaba el sector. Los bancos podrán retribuir a los accionistas con dividendos en efectivo o recompras de acciones con un máximo del 15% de los beneficios de 2019 y 2020, y sin pasar del equivalente a 20 puntos básicos del capital. El BCE pide no repartir dividendos o hacerlo con esta limitación, en una recomendación que en el sector se toma como vinculante, y que estará vigente hasta septiembre.

El organismo de supervisión liderado por Andrea Enria se reserva además el derecho a veto del reparto de dividendos de las grandes entidades europeas y españolas. La solvencia y la cobertura son dos de los criterios que el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) tendrá en cuenta. En concreto, la recomendación del BCE apunta a que "los bancos que pretendan pagar dividendos o recomprar acciones deben ser rentables y tener trayectorias de capital sólidas". Así, el comunicado señala que espera que los bancos comuniquel al equipo de supervisión su política propuesta "para discutir si el nivel de distribución previsto es prudente". En este sentido, agrega, "los bancos deben abstenerse de distribuir dividendos provisionales con cargo a sus ganancias de 2021".

Foto: La sede del BCE en Fráncfort. (Reuters)

La institución con sede en Fráncfort recomendó a los bancos dejar de pagar dividendos el 27 de marzo de 2020, y prorrogó este consejo el 28 de julio, ante los efectos en la salud de los balances provocados por el covid. "Al revisar su recomendación, el BCE reconoce la menor incertidumbre en las proyecciones macroeconómicas", a partir de las que lanzó nuevos estímulos monetarios, pero que contemplan un escenario mejorado respecto a las expectativas que tenía en septiembre ante los avances de las vacunas de Pfizer o Moderna. También señala que a pesar de "los desafíos en curso", las previsiones se acercan al análisis central de vulnerabilidad del sector bancario que realizó el banco central en el primer semestre del año y que "confirmó la resistencia" de la banca.

El banco central justifica la limitación de los dividendos, criticada por la banca, en que asegura la capacidad de los bancos para absorber potenciales pérdidas y proveer al sector privado de financiación. Recuerda, en este sentido, que hay un desfase temporal entre el daño provocado por el coronavirus y la morosidad. Aunque por una parte limita la retribución a los accionistas, el supervisor evita requerir a las entidades la reposición de sus reservas de capital antes de que se alcance el pico de agotamiento del colchón de solvencia.

Asimismo, el BCE recuerda que en una carta enviada a las entidades reiteró sus expectativas de que adopten "una moderación extrema en la remuneración variable siguiendo la misma crolonología prevista para dividendos y recompras de acciones (30 de septiembre de 2021)". El BCE recomienda a los supervisores nacionales, como el Banco de España, que aplique el mismo enfoque a las entidades menos significativas y que están bajo su supervisión directa. Es decir, que evalúen "de cerca" las políticas de remuneración de las entidades, "con un enfoque específico" en el impacto en la capacidad para mantener una base de capital sólida.

A la cola en capital

Las entidades españolas parten por detrás en el capítulo de capital, como reflejó el último Ejercicio de Transparencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), en el que los bancos españoles figuraron con una tasa de capital de máxima calidad (CET1 ‘fully loaded’) del 11,8% de media, frente al 14,7% medio en Europa.

Sin embargo, el BCE también tendrá en cuenta el colchón de esta tasa frente al requerimiento de solvencia que fija cada año (SREP). Junto a ello, también será clave el nivel de provisiones que se han ido cargando contra las cuentas por el covid-19. Hasta la fecha, los bancos españoles han dotado 8.000 millones por este motivo, sin contar con los deterioros del fondo de comercio anunciados por Santander y BBVA. Aun así, tanto el BCE como el Banco de España se han quejado públicamente de que hubo relajación en este punto durante el tercer trimestre.

Las entidades han sido críticas con el veto generalizado a los dividendos, pidiendo que sea al estilo americano, en el que la Reserva Federal (Fed) da el visto bueno a las políticas de remuneración a los accionistas en función de los resultados de cada banco en los test de estrés. Sin embargo, Moody's calculó que la banca ha reducido a la mitad el deterioro del capital provocado por los efectos del coronavirus en sus balances.

Foto: Pantalla de evolución del Ibex 35 en la Bolsa de Madrid. (EFE)

Un ejemplo de ello se puede ver en la presentación de resultados de BBVA, que desglosa los impactos positivos y negativos sobre la ratio de capital de máxima calidad (CET1 ‘fully loaded’). En el tercer trimestre de este año, obtuvo un beneficio de 1.141 millones, que sirvió para generar 29 puntos básicos de capital, neto de cupones AT1 (cupones por los CoCos emitidos, que se siguen pagando). En el cuarto trimestre de 2019, último completo sin efectos del covid (se notó a partir de finales de febrero), el banco obtuvo unas ganancias netas levemente mayores, de 1.163 millones, pero la creación de capital neto de dividendos y cupones AT1 fue inferior, de 21 puntos básicos.

El castigo del mercado a la banca se ha agudizado con el covid, elevando la presión y la destrucción de valor, con descuentos respecto al valor contable de entre el 30% y el 80%. Un estudio publicado este mes por el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), encuentra una relación inversa entre la ratio de precio-valor en libros con el interés por repartir dividendos, especialmente si están por debajo del umbral de 0,7 veces, algo que ocurre con todos los bancos españoles cotizados salvo con Bankinter.

Los bancos han mostrado, además, mayor predisposición por repartir dividendos que las empresas no financieras, y han exhibido una rentabilidad por dividendo que es 57 puntos básicos superior, según esta investigación, que abarca 30 mercados desarrollados entre 2007 y 2020. Según explican los autores, el atractivo del dividendo crece cuanto menor es la valoración, a lo que se suma la presión que del equipo gestor cuando caen las acciones, o que puede ser una señal de fortaleza al mercado mostrar capacidad para repartir dividendos pese al castigo bursátil.

La rama de supervisión bancaria del Banco Central Europeo (BCE) pone fin al veto a los dividendos de las entidades financieras. Pero lo hace con límites más duros de lo que esperaba el sector. Los bancos podrán retribuir a los accionistas con dividendos en efectivo o recompras de acciones con un máximo del 15% de los beneficios de 2019 y 2020, y sin pasar del equivalente a 20 puntos básicos del capital. El BCE pide no repartir dividendos o hacerlo con esta limitación, en una recomendación que en el sector se toma como vinculante, y que estará vigente hasta septiembre.

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