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La noche madrileña, al límite, se transforma en bares de tarde: "Es nuestra última bala"
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La noche madrileña, al límite, se transforma en bares de tarde: "Es nuestra última bala"

Bares de copas, pubs y discotecas pueden, desde la semana pasada, abrir transformando su negocio en hostelería

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

La noche madrileña, conocida en todo el mundo, está viviendo un infierno tras solo 15 días abiertos por el covid desde marzo. Ante la oleada de nuevas restricciones y viendo que el cierre va para largo, la Comunidad de Madrid ha ofrecido la alternativa a discotecas y pubs de abandonar las copas en la madrugada y servir cervezas y comida por el día, sin tener la licencia necesaria para ello. Muchos negocios han acudido a la llamada y han dado este "salto al vacío". Si sale bien, conseguirán suficientes ingresos para que sea mejor que permanecer con la persiana bajada. Si no compensa por la baja afluencia, podría suponer la estocada final para los que ven esta apertura como su última oportunidad antes de morir de inanición.

Este es el caso de Alberto Delgado, que regenta el Club Areia, un bar de copas situado en el centro de la ciudad. Ahora, está cambiando gran parte de los servicios que ofrecía para poder adaptarse al mundo poscovid, pero sus perspectivas no son buenas. "La idea no es dejar de perder dinero, eso va a ser un hecho, sino reducir ese impacto y minimizarlo para poder tirar de ahorros". A pesar de ello, explica que "puede ser nuestra última bala; sin esta alternativa lo más probable es que cerremos para siempre".

En su primera semana en activo han hecho una caja un 75% inferior a la de antes del covid-19. Y, con estas cifras, no tiene claro si esta transición será una buena idea o empeorará su situación. "No podemos saber aún si esto será un salvavidas o una trampa debido al alquiler". La empresa tenía un acuerdo pactado con su inquilino por el que reduciría un 75% y luego se redujo al 50%. Ahora al reabrir les espera un aumento en su principal gasto.

placeholder Interior del club Areia.
Interior del club Areia.

Desde la patronal, nunca han valorado como positiva esta medida, especialmente por este motivo. Creen que en ningún caso compensa abrir debido a los alquileres y al hecho de que "conlleva meterse en un negocio que no es el nuestro y que requerirá inversiones" en un momento en el que no se podrían afrontar.

En ese sentido, añaden que la mejor opción para sobrevivir no pasa por volver al ruedo sino ir a los tribunales. Ya ha habido sentencias que han obligado a los inquilinos a no cobrar nada a locales de ocio nocturno mientras están cerrados y reducir al 50% su pago cuando abran. Por ello, afirman que "solo puede ser rentable si eres dueño de algún establecimiento" y defiende que la gente que abre "no está lo suficientemente asesorada jurídicamente".

Delgado, por su parte, no cree que esto sea una opción porque "la situación era crítica" y la respuesta judicial a su problema llegaría en un futuro en el que, a lo mejor, ya era tarde. Por su parte, dicen que les compensa reabrir por la negociación que han hecho con su arrendatario, pero que "si tienes que pagar el 100%, en ningún caso te interesa". Y justifican su apertura diciendo que "si nos manteníamos cerrados perdíamos seguro 5.000 euros al mes".

Foto: (EFE)

Pero el alquiler, a pesar de ser su principal gasto, no es el único. Han tenido que sacar a sus empleados del ERTE (hasta ahora solo tenían uno en activo) y llegar acuerdos para poder servir comida donde antes ofrecían vodka o ginebra. La fórmula que han elegido es llegar a un acuerdo con una empresa que les suministre platos que solo requieran ser calentados en el microondas, ya que ni se plantean abrir una cocina. El motivo no es solo los costes que puedan derivar de ello, sino la inseguridad política. "¿Cómo vamos a apostar por eso si mañana nos pueden cerrar perfectamente otra vez?", explica Delgado.

Otro de los 'recién llegados' a la hostelería, que viene de ser un club nocturno, es el Ocean Rock. Su dueño, Víctor, tiene mejores perspectivas y afirma que la decisión de reabrir se debe a que "nosotros ya tenemos los costes fijos", de modo que "lo peor que nos puede pasar es tener el 100% parado".

Respecto al alquiler, Víctor aclara que pagará un 50% ahora pero que se ha comprometido con su casero a que esto solo sea un aplazamiento. Sin embargo, no ve viable la opción de ir a los tribunales para conseguir no pagar. "Al final tú tienes un contrato con tu casero y si vas a malas lo que va a pasar es que acabarás en la calle". Añade que "si tú te planteas sobrevivir y quieres un proyecto a cinco o diez años no puedes imponer medidas, toca negociar". El dueño del bar de copas matiza que en muchos casos sí puede tener sentido, pero que en su situación cree que "ese no es el camino".

placeholder El bar de copas Ocean Rock, transformado para operar como hostelería (EFE)
El bar de copas Ocean Rock, transformado para operar como hostelería (EFE)

Con una plantilla de cuatro trabajadores, ve viable lanzarse a la transición desde el bar de copas hacia la hostelería convencional. A pesar de ello, reconoce que solo está ingresando un 25% de lo que lograba antes de la pandemia. Pero, según explica, cree que lo más probable es que este 'experimento salga bien' a pesar de que "es raro ver a la gente sentada, con la música en bajito y tener tantas mesas".

Pese a todo, no se plantean abrir una cocina por los mismos motivos. Creen que la incertidumbre política hace imposible cualquier clase de inversión ahora mismo y luego, que "nosotros no servimos comida, si te metes a hacer algo que no sabes y, por ejemplo, alguien se intoxica, el menor de tus problemas va a ser el covid".

Otro caso es el del Jazz Bar, un local enfocado en la coctelería y en este género de música que se nutría especialmente del turismo. Tras cuarenta años de historia vive actualmente uno de los momentos más duros, y, debido a ello, ha abordado este cambio. Necesitan salir del cierre cuanto antes para conseguir, aunque sea, ingresar un mínimo.

placeholder Jazz Bar.
Jazz Bar.

Ellos no tienen que pagar alquiler debido a que, con todo ese camino a sus espaldas, ya tienen el local en propiedad, por lo que estaban esperando "con ansia" la posibilidad de abrir. "Hasta ahora ha sido muy duro, llevamos 7 meses cerrados y solo registramos gastos sin tener ningún ingreso".

Afirma que "es muy posible que los gastos derivados de la reapertura sean demasiado y esto no sirva para nada". Sin embargo "hay casos en los que sí podría funcionar y creo que nosotros encajamos ahí". El motivo es que "somos un sitio pequeño, que necesitamos poca gente para funcionar".

Comenta que los clubes de Jazz tienen un público fijo que "poco a poco van sabiendo que hemos reabierto". Una gran parte del negocio viene de los turistas y por ello, ven su actividad mucho más negra en esta reapertura, así que dudan de la rentabilidad que puedan obtener. "Emocionalmente sí compensa completamente, pero económicamente no lo sabemos" por lo que creen que "esto es un salto al vacío".

¡Es una trampa!

Desde la patronal explican que esto, desde luego, no compensa para discotecas grandes. Y, de momento, solo han dado el paso negocios que, de alguna forma, tenían más conexión con la hostelería. En cualquier caso, creen que es una medida que puede confundir a muchos negocios y que incluso legalmente es cuestionable.

"Si viene una inspección les pueden poner una multa, diga lo que diga Aguado", afirma Tito Pajares, presidente de CEONM (patronal del ocio nocturno). Aunque haya casos concretos en los que esto pueda servir, pide a Madrid que "se centre en tomar medidas que afecten a todo el sector en vez de esta, que solo va a servir para unos pocos casos".

Tiene mucho más sentido que podamos contratar a 'Martes y Trece' a que nos pongamos a vender perritos calientes

Además, respecto a los alquileres, reitera que puede ser "una trampa", porque muchos dueños "no están bien asesorados jurídicamente" y no saben que "si abren, no podrán acceder a autos que les eximen del pago si están cerrados por causa mayor". Además de que hay muchos gastos "inasumibles en el momento actual" como los cocineros.

"Los políticos están montando un 'numerito' cuando el problema es otro", incide Pajares. Por eso, pide a Madrid que, si quiere facilitar la situación, permita que celebren espectáculos antes que tomar esta medida, porque "tiene mucho más sentido que podamos contratar a 'Martes y Trece' a que nos pongamos a vender perritos calientes".

La noche madrileña, conocida en todo el mundo, está viviendo un infierno tras solo 15 días abiertos por el covid desde marzo. Ante la oleada de nuevas restricciones y viendo que el cierre va para largo, la Comunidad de Madrid ha ofrecido la alternativa a discotecas y pubs de abandonar las copas en la madrugada y servir cervezas y comida por el día, sin tener la licencia necesaria para ello. Muchos negocios han acudido a la llamada y han dado este "salto al vacío". Si sale bien, conseguirán suficientes ingresos para que sea mejor que permanecer con la persiana bajada. Si no compensa por la baja afluencia, podría suponer la estocada final para los que ven esta apertura como su última oportunidad antes de morir de inanición.

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