Muere el empresario gallego Manuel Jove, fundador de la inmobiliaria Fadesa

El empresario gallego Manuel Jove Capellán, fundador de la inmobiliaria Fadesa, ha fallecido a los 78 años en A Coruña, la misma ciudad donde nació en 1941, tras no poder superar las secuelas provocadas por una grave enfermedad desde hace doce meses.

De origen humilde, sus comienzos profesionales fueron en el negocio familiar de carpintería, donde empezó a trabajar cuando tenía 11 años, para luego fundar su propio taller, junto a su hermano, con solo 19 años. Fueron sus primeros pasos como emprendedor.

A comienzos de los 70, fundó la inmobiliaria Fadesa. La promotora local pasó a convertirse en apenas 25 años, al calor del desarrollo económico del país, en una inmobiliaria de ámbito nacional y proyección internacional, que terminó cotizando en bolsa en pleno 'boom' del mercado.

En 2007, Jove vendió la compañía y emprendió nuevos proyectos a través de Inveravante. Con sede en A Coruña, esta corporación familiar desarrolla inversiones en diferentes sectores como inmobiliario, hotelero, agroalimentación y energía y está presente en España, Marruecos, México, Brasil, Panamá, República Dominicana y Rumanía.

Casado y con dos hijos, Felipa Jove y Manuel Ángel Jove, herederos y vicepresidentes de la corporación familiar. En 2002, falleció su hija mayor, María José, en cuya memoria creó en 2003 la Fundación María José Jove para trabajar en favor de la infancia y la inclusión.

Reconocimientos

Su éxito profesional le conviritó en una figura empresarial gallega, que le valió la Medalla Castelao de la Xunta de Galicia, pero también del propio sector inmobiliario, con reconocimientos de la Universidad Politécnica de Madrid y la Asociación de Promotores y Constructores de España.

Aunque pasaba desapercibido, Jove era uno de los empresarios españoles con mejores relaciones en Marruecos, donde tenía inversiones desde hace décadas. Esa estrecha relación fue reconocida por el propio Rey de Marruecos con el título de Comendador Wissan Al Moukafaa Al Watania y de Wissam Al-Alaoui.

Manolo, como le trataban sus allegados, siguió trabajando siempre la madera en el pequeño taller que tenía en su domicilio. Con el tiempo, el arte se convirtió en su otra gran afición, poseyendo una importante colección, cedida a la Fundación María José Jove para su exposición y para el desarrollo de proyectos educativos y sociales.