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Vall Companys y Pedreres piden archivar la querella de sus exsocios de Comapa
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SE ACOGEN AL DERECHO DE NO DECLARAR

Vall Companys y Pedreres piden archivar la querella de sus exsocios de Comapa

Los grandes ganaderos catalanes de cerdo blanco aseguran que cambiaron el equilibrio de poder en Comapa, el exlíder del jamón serrano, tras detectar irregularidades de Jaime y David Álvarez

Foto: Cerdos en una dehesa.
Cerdos en una dehesa.

Josep Pedrós, director general de Vall Companys, y Blai Parés se han acogido a su derecho a no declarar este jueves ante un juez de Granada tras ser citados en el marco de una querella presentada por los hermanos Jaime y David Álvarez. Estos, a través de su sociedad Fleku 30, son socios de los anteriores en la distribuidora cárnica Osona-Comapa, la que más jamones serranos vendió en España buena parte de la década pasada. Los Álvarez acusan a Vall y Parés de sacarles de Comapa fingiendo una junta en febrero del año pasado a la que no les convocaron ni por tanto acudieron, mientras que los ganaderos catalanes niegan la mayor y aseguran que los cambios en los equilibrios de poder se hicieron con plena participación de todos los socios.

Además de no declarar, los representantes legales de ambos directivos y de sus respectivas empresas (Vall Companys y Les Pedreres) han solicitado el sobreseimiento y archivo de las actuaciones al juzgado número 9 de la capital nazarí. Osona tiene su sede social en Granada. Los abogados de ambos grupos basan su petición de archivo en que el cambio en los estatutos, que eliminó la necesidad de contar con el voto afirmativo del 75% del capital para tomar decisiones clave y obligó a contar con el visto bueno de Vall Companys desde ese momento para cualquier tema aprobado en consejo o junta de Comapa, no causaron daño a los querellantes. Estos aseguran que han perdido, al menos, los siete millones en que estaba valorado su 27% en la empresa en términos nominales.

Foto: Corte de jamón serrano. (EFE)

La decisión de cambiar los estatutos a inicios de 2019 se produjo, según la versión de Vall y Pedreres, tras un año 2018 en que una oleada de informaciones sobre graves problemas con los almacenistas y distribuidores de Comapa saltó a la prensa. Vall Companys, que factura 2.000 millones y es el primer grupo porcino de España, apoyó con hasta 200 millones en créditos a la empresa. Las entidades financieras habían dejado de confiar en ella, asegura. Los Álvarez, sin embargo, señalan que Vall pasó de querer venderles su 28% en Comapa a inicio de 2018 a quedarse en el capital y acabar tomando el control y echando a los hermanos ya en abril de 2019.

Esta última decisión, un despido que fue recurrido y ganado por los Álvarez, se tomó a su vez tras la auditoría encargada por Vall y Pedreres igualmente en febrero de 2019, a la par que esos cambios en el equilibrio de poder. En esa auditoría, según ambos grupos, se detectaron prácticas comerciales no sostenibles e incluso irregulares realizadas por Jaime y David Álvarez. El primero era el director comercial y el segundo el general, según han señalado los ganaderos catalanes, aunque ellos aseguran que solo gestionaban el área comercial y nada de la financiera o de compras, entre otras.

"La querella presentada por estos dos exdirectivos de Comapa obedece a una estrategia cortoplacista y engañosa, en respuesta a las acciones que Vall Companys pueda llevar a cabo", señala Vall Companys en un comunicado distribuido este jueves. El colofón a la historia de Comapa, por ahora, es el concurso que Vall declaró en septiembre pasado y en que se encuentra inmersa la empresa.

Josep Pedrós, director general de Vall Companys, y Blai Parés se han acogido a su derecho a no declarar este jueves ante un juez de Granada tras ser citados en el marco de una querella presentada por los hermanos Jaime y David Álvarez. Estos, a través de su sociedad Fleku 30, son socios de los anteriores en la distribuidora cárnica Osona-Comapa, la que más jamones serranos vendió en España buena parte de la década pasada. Los Álvarez acusan a Vall y Parés de sacarles de Comapa fingiendo una junta en febrero del año pasado a la que no les convocaron ni por tanto acudieron, mientras que los ganaderos catalanes niegan la mayor y aseguran que los cambios en los equilibrios de poder se hicieron con plena participación de todos los socios.

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