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La caída de Comapa, rey del jamón, enfrenta a sus creadores con Vall Companys
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EL EXPROVEEDOR DE CARREFOUR O ALCAMPO

La caída de Comapa, rey del jamón, enfrenta a sus creadores con Vall Companys

Los hermanos Álvarez, cerebros del jamón 'low cost', se querellan contra Vall Companys y Blai Parés por echarles. Les acusan de simular una junta de socios y ganan el juicio por despido

Foto: Corte de jamón serrano. (EFE)
Corte de jamón serrano. (EFE)

Guerra cárnica. La compañía que llegó a controlar la venta de uno de cada cuatro jamones en España, Comapa, es el epicentro de una encarnizada batalla entre sus socios. Por un lado, los hermanos Jaime y David Álvarez, creadores en 2002 del modelo de bajo coste que les llevó a liderar el mercado del jamón de cerdo blanco. Por otro, los dos grupos catalanes Vall Companys (familia Vall) y Les Pedreres (Blai Parés), que conjuntamente controlan el 72% de la compañía. Tras ser expulsados en abril, antes de que la empresa entrara en concurso en septiembre pasado, los Álvarez han presentado una demanda por despido (que han ganado) y una querella por falsedad societaria.

Esta última acción judicial derivará en la declaración de altos directivos de los grupos catalanes mañana jueves. Los Álvarez acusan a sus exsocios de simular la celebración de una junta de socios en febrero del año pasado. En ella, se reformaron los estatutos de Osona (la empresa matriz de Comapa) para eliminar las cláusulas que exigían mayorías reforzadas para tomar las decisiones clave, según documenta la querella.

Osona está domiciliada en Granada, en cuyos juzgados comparecen este jueves a través de videoconferencia como imputados Josep Pedrós, el directivo clave de Vall Companys en Osona y Comapa; el citado Blai Parés, ganadero especializado en cerdo blanco, y el secretario del consejo de Osona, Carles Molera. También lo hará un representante de Vall Companys, grupo ganadero con 2.000 millones en ventas en 2019.

Foto: Jamón ibérico pata negra. (iStock)

Los hechos se remontan a la junta celebrada el 19 de febrero de 2019, en la que se aprobó un mecanismo de mayorías reforzadas del 75% que protegía los intereses de Fleku 30, la sociedad a través de la que los Álvarez controlaban el 27% de Osona-Comapa. Pero el 22 de julio, los Álvarez comprueban que en el Registro Mercantil de Granada se inscribe una modificación de tres artículos de los estatutos sociales que elimina justamente todas las garantías otorgadas a los socios minoritarios.

Los socios minoritarios alegan que la junta en la que se aprobó esta última modificación se realizó sin su conocimiento. En consecuencia, concluyen que las decisiones en ella tomadas son nulas y además les habrían causado un daño patrimonial de al menos siete millones. Es el precio nominal de las acciones en manos de los Álvarez, que quedan sin valor al quitarles su poder mediante esa modificación de los estatutos.

Los socios minoritarios alegan que la junta en la que se aprobó esta última modificación se realizó sin su conocimiento

Toda esta situación vivida en 2019 sucede a la ocurrida durante 2018, cuando Vall Companys tenía previsto desinvertir de Comapa pero finalmente decidió seguir en el capital. Tras ello se firmaron, ya en febrero del año pasado, las nuevas condiciones de convivencia entre los socios luego conculcadas, según la querella de Fleku 30.

Desde Vall Companys se desmiente categóricamente esta versión de los hechos y se asegura que el cambio en las condiciones de control de Osona-Comapa estuvo ligada directamente con la concesión de un préstamo de 200 millones desde el grupo Vall a Comapa. El financiador se aseguró de que todas las decisiones clave tuvieran que contar con su visto bueno para aprobarse, lo que dejó sin margen a los Álvarez. El líder porcino recalca que el consejero David Álvarez estuvo presente y que la escritura pública ante notario que recoge todos los cambios aprobados no contenía ninguna medida lesiva para la sociedad de los Álvarez.

Junto a ello, la querella recoge que en otra junta general de socios de abril de 2019, Vall y Parés expulsan a los Álvarez del consejo. Algo que se recoge en un acta que, según la querella, primero detalla que esa medida se tomó por unanimidad para, más adelante, reflejar que contó con el voto contrario del 27% en manos de Fleku.

Idas y venidas de socios

Como detonante de esta lucha societaria se encuentra la catarata de informaciones sobre supuestos fraudes cometidos por Comapa y sus suministradores y almacenistas de jamón, investigados por la Guardia Civil y juzgados de varias provincias. Un ruido mediático que inicialmente llevó al gigante porcino de Lleida a anunciar esa retirada del capital de Osona-Comapa. Sin embargo, finalmente se quedó tras aportar esos 200 millones precisamente para salvar a la empresa ante la falta de confianza de los bancos en ella, según las fuentes cercanas al grupo de Lleida.

Vall se había incorporado en 2013 comprando un 25%, y Comapa ya era líder en venta de jamón a la pieza en España. Luego, en 2017, Vall compró Naturíber para entrar en ibérico. Pero las sinergias que esperaba entre todos estos negocios, más los que ya poseía previamente, no se produjeron, a lo que se sumó esa ola de artículos que minaban la reputación de Comapa e, indirectamente, la de la propia Vall.

Hasta el pasado año, Blai Parés venía compartiendo la visión de negocio de los hermanos Álvarez, lo que se tradujo por ejemplo en que Comapa no usara las capacidades de secado de jamones de Naturíber, o que tampoco le comprara el número de cerdos que preveía. Marc Parés, hijo de Blai, era el director de Producción, el área donde se detectaron esos problemas de suministro investigados judicialmente. Sin embargo, los Parés cambiaron de bando en 2019 y pasaron a aliarse con los Vall en contra de los hermanos Álvarez, que dirigían la parte de comercialización y 'marketing'.

Los socios minoritarios vinculan la alianza de Parés y Vall contra ellos como un movimiento para acercarse a Mercadona

Detrás de este giro de querer salir de Comapa a pasar a tomar su control, según las fuentes cercanas a los socios minoritarios, estaría el interés de Vall y Parés por acercarse más a Mercadona. Comapa era el suministrador de Carrefour, Alcampo, Consum o Ahorramás. Sin embargo, fuentes conocedoras del negocio de Vall Companys con el líder distribuidor en España señalan que desde 2017 el negocio entre ambos se ha mantenido estable. De forma directa, es uno de los 16 proveedores de pollo del grupo de distribución, y no es proveedor directo de carne de cerdo, explican desde Mercadona.

Indirectamente, también se mantiene estable desde hace tres años la facturación de Vall (el mayor criador de cerdo blanco de España) con Incarlopsa, uno de los principales proveedores directos de productos cárnicos para Mercadona. La cadena valenciana explica que tiene en total 15 suministradores de productos del cerdo, entre ellos, Incarlopsa.

Guerra cárnica. La compañía que llegó a controlar la venta de uno de cada cuatro jamones en España, Comapa, es el epicentro de una encarnizada batalla entre sus socios. Por un lado, los hermanos Jaime y David Álvarez, creadores en 2002 del modelo de bajo coste que les llevó a liderar el mercado del jamón de cerdo blanco. Por otro, los dos grupos catalanes Vall Companys (familia Vall) y Les Pedreres (Blai Parés), que conjuntamente controlan el 72% de la compañía. Tras ser expulsados en abril, antes de que la empresa entrara en concurso en septiembre pasado, los Álvarez han presentado una demanda por despido (que han ganado) y una querella por falsedad societaria.

Jamón Low cost Guardia Civil
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