Destapan una presunta trama de comercio ilegal de jamones en varias provincias

En el marco de la denominada operación 'Sanedrac', agentes de la Guardia Civil, en colaboración con la Dirección General de Salud Pública de la Junta de Extremadura, han identificado a 13 personas como sospechosas de una trama de venta ilegal de productos cárnicos en las provincias de Badajoz, Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cáceres, Huelva, Salamanca, Granada y Murcia. La investigación, iniciada tras una inspección por parte de un equipo de veterinarios que detectaron una "trazabilidad irregular" en jamones y paletillas.

La investigación comenzó cuando los veterinarios de la Dirección General de Salud Pública de la Junta de Extremadura inspeccionaron una empresa de productos cárnicos en la localidad de Salvaleón (Badajoz), a raíz de la advertencia de sus homólogos de la Zona de Salud de Alcuéscar para tratar de averiguar la trazabilidad de una partida de jamones. Fue en ese registro donde encontraron graves deficiencias que acreditasen su origen legal y carentes de sellos sanitarios, por lo que se incautaron de 24.843 piezas de estos alimentos.

Asimismo, cuando reclamaron a las empresas los documentos oficiales de los jamones y paletillas comprobaron que había mucha información incompleta, además de algunos datos modificados, coincidencia de fechas en expedición de los mismos productos por distintos operadores, y referencia a direcciones de empresas no registradas por las Autoridades sanitarias. Estos detalles hicieron que aumentaran las sospechas en relación con una presunta actividad ilegal en la comercialización de los productos, por lo que los veterinarios alertaron a las autoridades.

Desde el pasado mes de abril de 2019, los agentes realizan numerosas gestiones tendentes al esclarecimiento de los hechos, inspeccionando la empresa y gran cantidad de documentos, pudiendo constatar también, la falta de identificación de los productos en la industria — bien por ausencia total o por la falta de referencia a los lotes del producto y/o marcado sanitario y/o marcado de entrada en salazón —, ofreciendo de igual modo, dudas sobre la trazabilidad interna así como la posibilidad de garantizar el origen del producto, careciendo al mismo tiempo, de documentación que justifique toda la información alimentaria obligatoria: ingredientes, información nutricional y fechas de caducidad...no garantizando la obligación de información al consumidor.