Sabadell renueva su área de desinversiones tras vender carteras por 20.000 millones

Cambios en una de las áreas clave de Banco Sabadell. La entidad presidida por Josep Oliu ha renovado su división de venta de carteras y proyectos singulares tras la salida de su responsable, Simón Castellá. Esta unidad ha sido una de las más activas del banco y del sector en España, con el traspaso de préstamos e inmuebles valorados en 20.000 millones durante los últimos años.

La entidad catalana ha decidido reordenar el área con directivos de la casa que ya estaban en el equipo de Castellá. Es Sergio Serrano quien coge esta responsabilidad, bajo la supervisión de Jaume Oliu, subdirector general al cargo de Estrategia y Transformación de Riesgos.

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Castellá dejó el banco hace unos meses para unirse a Boscalt Hospitality —nuevo fondo del mismo grupo que Aina Hospitality—, un 'family office' catalán especializado en la compra y gestión de hoteles de lujo. Este inversor tiene una alianza con Edmond de Rothschild y fue creado por Jaume Tàpies, expresidente mundial de Relais Chateaux.

En los últimos años, este equipo de Sabadell ha sido uno de los líderes del sector. Fue el primero en ir vendiendo carteras con créditos con garantía inmobiliaria, y el primero en traspasar activos de un esquema de protección (EPA) del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). De hecho, gran parte de los préstamos e inmuebles que ha ido vendiendo proceden de CAM, la caja rescatada que se quedó en 2011.

Un 70% de desagüe

La actividad de esta unidad ha ido a más año a año. En 2013, se deshicieron de carteras valoradas en 722 millones. En 2014, fue de 1.022 millones; de 1.676 millones en 2015, y de 2.071 millones en 2016. El ritmo se mantuvo estable en los dos años siguientes —2017 y 2018—, con desinversiones de en torno a 1.600 millones cada ejercicio. Hasta el récord de 2019, con casi 12.000 millones traspasados a Cerberus, Deutsche Bank e Intrum.

Con estas últimas operaciones, Sabadell ha dejado a niveles mínimos de la crisis su exposición a activos adjudicados: en tan solo 1.185 millones de euros en 2019, frente a los 9.200 millones que llegó a tener. El volumen total de NPA (activos problemáticos, que también incluye créditos dudosos) ascendía a 7.300 millones a finales del año pasado, frente a los casi 26.000 millones que llegó a tener en 2014. Es decir, un 70% menos.

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Aun así, esta unidad sigue teniendo objetivos importantes. Sobre todo a la hora de seguir gestionando el desagüe de los créditos dudosos, que superan los 6.000 millones. La entidad espera seguir sacando al mercado carteras de créditos de pymes y promotores, aunque el principal reto está en las hipotecas, donde el BCE está poniendo el foco y supone una mayor penalización de capital.

Junto a la venta de carteras, esta división tiene el encargo de gestionar otras sociedades no estratégicas del grupo, como las participaciones en Solvia —vendió un 80% a Intrum— o sus alianzas en inmuebles con Oaktree o Cerberus.