El Barça eleva en 215 M las obras del Camp Nou (hasta 815 M) y pide 8 años de bula

Josep Maria Bartomeu no solo está expectante por el aspecto deportivo del Fútbol Club Barcelona, después de cambiar de entrenador y buscar un delantero centro de oferta que tape las carencias del primer equipo. Según aseguran distintas fuentes financieras, el presidente de la entidad deportiva ultima con la banca las condiciones de la financiación del llamado Espai Barça, que se ha disparado en 215 millones de euros, intereses incluidos, sobre el presupuesto original y para la que pide hasta ocho años de carencia para pagar la hipoteca.

Según fuentes financieras, el FC Barcelona ha elevado desde los 600 millones iniciales hasta los 815 millones las obras de remodelación del Camp Nou, del Mini Estadi (campo del equipo filial y del femenino) y del resto de instalaciones del club, incluido el pabellón donde se juega baloncesto, balonmano, fútbol sala y hockey sobre patines. El importe que el Barça pide a los bancos supera ligeramente los 700 millones, pero la suma de los intereses dispara el coste hasta los 815 millones. El principal motivo de este encarecimiento es que la institución azulgrana va a aprovechar el proyecto para construir también unas nuevas oficinas centrales, cuyo coste se ha estimado en cerca de 100 millones adicionales.

Debido a la magnitud de la inversión, la mayor en la historia centenaria del club, Bartomeu ha pedido a la banca un periodo de gracia o carencia

La financiación de estos 815 millones se va a estructurar mediante dos vías. Por una parte, la petición de un crédito de 400 millones de euros que va a ser concedido por Goldman Sachs, Citi, Banco Santander, CaixaBank y Banco Sabadell. Por otra parte, por la emisión de bonos que serán colocados entre inversores institucionales estadounidenses por importe de 415 millones. Goldman Sachs, que es el banco director del conjunto de la financiación, ya ha adelantado 90 millones, dinero que sirvió para construir el pasado año el Estadi Johan Cruyff, el campo que sustituye al viejo Mini Estadi.

Las garantias de esta financiación serán los ingresos futuros por la explotación de los nuevos espacios comerciales, ya que el Barça ha conseguido no tener que aportar ni la finca --el estadio principal--ni los contratos de televisión o merchandising actuales, que sirven para hacer frente a un presupuesto global que ya alcanza los 1.000 millones de euros.

Pero, debido a la magnitud de la inversión, la mayor en la historia centenaria del club, Bartomeu ha pedido a la banca un periodo de gracia o carencia de un mínimo de cinco años. Justo el tiempo que durarán las obras. Por tanto, durante el primer lustro, el actual campeón de Liga no pagará el principal del préstamo y solo hará frente a los intereses. El presidente del Barça ha solicitado este favor a la banca, que está dispuesta a concederle esta dispensa, dado que se trata de una financiación global a cerca de 30 años. Pero Bartomeu también les ha pedido que alarguen esta cláusula hasta un máximo de ocho años en caso de que las obras no estuviesen finalizadas en el plazo previsto, demanda a la que Goldman Sachs, Citi, Santander, CaixaBank y Sabadell no están dispuestos.

El Real Madrid hizo algo parecido para hacer frente a los 575 millones de euros que pidió a varios bancos extranjeros para remodelar el Santiago Bernabéu. Florentino Pérez también les requirió una carencia, pero en este caso fue de tres años, mientras duraban las obras del coliseo blanco, frente a los cinco iniciales que solicita el Barça y los hasta ocho que exige en caso de demora en el proyecto. La diferencia se explica, según distintas fuentes, porque el proyecto tiene una dimensión mayor, ya que no solo incluye el estadio de fútbol sino el resto de instalaciones, como el pabellón multifuncional y las oficinas centrales.

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Pero otras fuentes argumentan que la situación financiera de uno y otro equipo es distinta. Mientras el Madrid exhibía tesorería neta a finales de la pasada temporada, el Barça contaba con un pasivo neto de 217 millones de euros. El club presidido por Florentino Pérez tenía una deuda bruta de 174 millones, pero contaba con dinero en caja (156 millones) y derechos de cobro por traspaso de jugadores que le daban un saldo de 27 millones positivos. Por su parte, el club azulgrana tenía una deuda bruta de 511 millones, a la que resta 158,3 millones de dinero en caja y otro importe por venta o cesión de jugadores por 178 millones.

Un asunto vital para Bartomeu

La cuestión de la deuda es muy relevante para Bartomeu, ya que en el caso de superar dos veces la proporción entre el pasivo neto y el beneficio bruto de explotación o ebitda, la directiva del club debería dimitir. Actualmente, esta métrica es de 1,21 veces, pero la financiación del Espai Barça dispararía esta ratio a más de cuatro veces. Para evitar esta circunstancia, el presidente va a convocar una asamblea de socios extraordinaria para que le permitan llevar a cabo el proyecto sin que se contabilice como deuda operativa.

La asamblea debería haberse celebrado hace más de una semana, pero Bartomeu la ha retrasado sin fecha concreta debido precisamente a que la banca no autoriza los ocho años de carencia en el pago del principal del préstamo. En la asamblea ordinaria con socios que tuvo lugar en octubre del pasado año para aprobar las cuentas de la temporada 2018-2019, Bartomeu consiguió que le aprobasen todos los puntos del orden del día, salvo los que tenían que ver con el ámbito económico. En especial, el que proponía la eliminar la limitación de la junta directiva para superar el 10% del nivel de endeudamiento en forma de crédito o préstamo.

El club confía en que la financiación se cierre en las próximas semanas, una vez que los comités de riesgo de los bancos den luz verde a los últimos detalles.