El catalanista Roures se lleva Mediapro fuera de España para sacarla a bolsa
El fundador de la productora de televisión con sede en Barcelona y su socio chino consideran que Londres es una plaza más adecuada que Madrid para el estreno en el parqué
Jaume Roures (Barcelona, 1950) ha hecho mucho dinero en España. Desde sus comienzos en TV3, la televisión autonómica de Cataluña, pasando por Media Park, aquel consorcio montado por el Gobierno de José María Aznar con la ayuda de Telefónica e Iberdrola para agradecer el apoyo de Jordi Pujol en su primera legislatura y hacer de contrapeso de la Prisa de la familia Polanco. Su impulso definitivo fue la consecución de la licencia de La Sexta, ganada en un concurso público por José Luis Rodríguez Zapatero, músculo que le permitió ser capaz de quedarse con los millonarios derechos del fútbol español que antes gestionaba el grupo de Juan Luis Cebrián.
Ahora, tal y como adelantó este jueves El Confidencial, el empresario audiovisual quiere sacar a bolsa Mediapro, su productora de televisión y bróker de los permisos para ofrecer la Liga española por medio mundo, la Champions League, la Europa League en España y los principales acontecimientos deportivos, incluido el próximo Mundial de Fútbol de Qatar. Una operación dirigida por Citi, Deutsche Bank y Goldman Sachs de al menos 3.000 millones de euros, que va a hacer muy rico a un Roures que, dados sus orígenes sindicalistas y anarquistas, se define con un obrero. Un obrero catalanista que anda en coches lujo y al que se ha vinculado con las corrientes independentistas de Cataluña.
Pese a que Mediapro tiene su sede en Barcelona, la salida a bolsa de la compañía no se va a llevar a cabo en España. Según aseguran fuentes financieras, los accionistas de la sociedad están barajando otros mercados extranjeros para vender al menos el 40% del capital de un grupo que se ha valorado en un mínimo de 3.000 millones y un máximo de 4.000 millones. Una decisión que responde, según las mismas fuentes, a criterios puramente técnicos, ajenos totalmente al conflicto territorial en España.
Roures, que es dueño del 12%, y Josep Maria Bonet, que tiene otro 12%, han acordado con Orient Ontai, la empresa china que hace un año compró el 53,5%, que, dado el perfil de Mediapro, sería más adecuado cotizar en la Bolsa de Londres. Los tres grandes accionistas y Rothschild, su banco asesor, han analizado distintas alternativas, como la Bolsa de Hong Kong, dado el origen del fondo de inversión chino, e incluso la de Nueva York. Pero finalmente tienen casi decidido que la City británica puede ser el mercado que mejor encaje.
Mediapro produce la Liga Santander y la Liga 1,2,3, pero también se encarga de llevar a los hogares los partidos de hasta 13 ligas nacionales repartidas por todo el mundo y las principales competiciones internacionales de motos o coches. La compañía fue la encargada de retransmitir el pasado Mundial de Rusia de 2018, dará la Copa del Mundo Femenina que se juega ahora en Francia y se ha quedado con los derechos del próximo campeonato mundial de fútbol de Qatar en 2022.
No obstante, las relaciones de Roures con los principales agentes en España se han deteriorado últimamente. El Real Madrid le quitó el contrato para producir su canal de televisión, que ha quedado en manos de Manu Carreño, el director de 'El Larguero', de la Cadena SER. Después, la Federación Española de Fútbol le dejó sin la Final de la Copa del Rey, demanda judicial de por medio, y el miércoles le ha rescindido la producción de las imágenes del VAR que utilizan los árbitros para analizar las jugadas polémicas.
Para Bolsas y Mercados Españoles (BME), el dueño de la bolsa nacional, incluida la de Barcelona, y participado por los March y Banco Santander, la decisión de Mediapro es todo un palo. En primer lugar, por la sequía permanente de salidas a bolsa en España, que no ha visto una compañía debutar mediante una colocación de acciones en más de año. Fue la de Metrovacesa, que ha sido un ladrillo de pérdidas.
En segundo lugar, porque la producción de televisión es un sector con mucho atractivo para seducir a los inversores extranjeros, por lo que era una gran oportunidad para BME. En último término, porque, lejos de ver nuevos estrenos, la bolsa española solo ha registrado en los últimos tiempos opas con interés de excluir del mercado a empresas como Telepizza, Parques Reunidos, Natra o DIA.
Si la operación llega a buen término, Roures y Benet, que tienen una destacada colección de arte, podrían embolsarse al menos unos 350 millones de euros por cabeza por sus participaciones del 12% en el caso de que las vendieran en su totalidad.
Jaume Roures (Barcelona, 1950) ha hecho mucho dinero en España. Desde sus comienzos en TV3, la televisión autonómica de Cataluña, pasando por Media Park, aquel consorcio montado por el Gobierno de José María Aznar con la ayuda de Telefónica e Iberdrola para agradecer el apoyo de Jordi Pujol en su primera legislatura y hacer de contrapeso de la Prisa de la familia Polanco. Su impulso definitivo fue la consecución de la licencia de La Sexta, ganada en un concurso público por José Luis Rodríguez Zapatero, músculo que le permitió ser capaz de quedarse con los millonarios derechos del fútbol español que antes gestionaba el grupo de Juan Luis Cebrián.