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Plan Estratégico 2018-2020: Bankia necesita ganar cuota de crédito para no pinchar
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Plan Estratégico 2018-2020: Bankia necesita ganar cuota de crédito para no pinchar

La curva de tipos de interés dificulta a Bankia lograr las metas de rentabilidad y beneficio del plan estratégico. Los márgenes se desplomaron un 10% en 2018

Foto: José Ignacio Goirigolzarri. (EFE)
José Ignacio Goirigolzarri. (EFE)

El cambio en las expectativas del Banco Central Europeo (BCE) ha dinamitado los supuestos usados por Bankia para confeccionar su plan estratégico. El banco parcialmente nacionalizado ha consumido el primero de los tres años fijados, entre 2018 y 2020, con un desplome de los márgenes y un descenso de la rentabilidad, alejándose del objetivo.

Sin embargo, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri aún tiene tiempo para evitar un ‘profit warning’, palabras que siempre generan miedo y sobrerreacción en el mercado. El ROE del banco se situó en el 5,6% en 2018, frente al 10,8% prometido al mercado para 2020. Aunque la rentabilidad se desplomó en el cuarto trimestre por las provisiones extraordinarias contra resultados, lo cierto es que necesita un fuerte crecimiento para cumplir con el plan estratégico, que incluye también un aumento del beneficio del 85% en dos años, hasta los 1.300 millones.

Los analistas consultados consideran que la vía para cumplir, teniendo en cuenta la curva actual de previsiones del euríbor, es que mantenga el fuerte crecimiento de las formalizaciones del crédito, que en la segunda mitad de 2018 alcanzó el 20% en consumo y en el cuarto trimestre el 10% en nuevas hipotecas.

Foto: José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia (Efe).

“Bankia lleva tiempo siendo el banco que más crece en nuevas operaciones, y tiene capacidad para absorberlas tras terminar la integración de BMN y ser el banco cotizado con mayor ratio de solvencia”, explica un analista. La entidad elevó su ratio de capital de máxima calidad (CET 1 ‘fully loaded’) hasta el 12,51%, y si se tiene en cuenta la venta acordada con Mapfre en seguros, hasta el 12,62%.

Esta holgura permite al banco estar en línea con su plan estratégico en cuanto a generar 2.500 millones de capital por encima del 12% entre 2018 y 2020. Por ahora, suma en el primer ejercicio del plan estratégico casi 800 millones, y ha incrementado el dividendo un 5%, hasta los 357 millones, con un ‘pay out’ del 50%. La promesa al mercado fue mantener la ratio del beneficio que se reparte a los accionistas entre el 45% y el 50%. Goirigolzarri ha evitado confirmar si se mantendrá en el 50% o bajará dentro de esta horquilla.

La entidad también va adelantada en la reducción de activos improductivos (NPA, en la jerga, por sus siglas en inglés) tras sacar de balance 6.000 millones en 2018, el doble de lo previsto por ejercicio. La ratio frente a los activos se redujo al 8,2%, con 10.900 millones. La meta es acabar 2020 por debajo del 6%.

El banco heredó del rescate y el cambio de cultura una fijación por priorizar la solvencia. Así, el saneamiento del balance y la ratio de capital van por encima de lo prometido, pero no así el beneficio y la rentabilidad. Especialmente tras las pérdidas de 40 millones (mayores de lo previsto por el consenso de analistas, en 20 millones) del cuarto trimestre. En el conjunto de 2018, el banco logró un beneficio de 703 millones, un 39% más que en el ejercicio anterior, al ampliar el perímetro con Banco Mare Nostrum (BMN).

Caída de márgenes, rentabilidad...

Sin embargo, en igualdad de perímetro (sumando BMN a los resultados de 2017), la entidad vuelve a sufrir un desplome de los márgenes de dos dígitos. El margen neto, que recoge el beneficio obtenido por la actividad tradicional de captar y prestar dinero, se hundió un 9,6%, hasta los 2.049 millones. El margen bruto, que recoge las principales líneas de ingresos, se desplomó un 6,5%, hasta los 3.368 millones. Entre medias, las comisiones aumentaron un 3,4%, hasta los 1.065 millones, mientras que el resultado de operaciones financieras (ROF) cayó un 5,2%, hasta los 411 millones.

En este sentido, “Bankia es uno de los bancos que más renta fija tienen en porcentaje de activo”, recuerda un analista, aunque la compra de bonos italianos lastró su resultado. En cualquier caso, Goirigolzarri recuerda que entre 2013 y 2018 se hundió el peso de la cartera de renta fija (ALCO, en la jerga) frente al crecimiento del margen de clientes. No en vano, la entidad sumó 103.000 clientes con nómina en 2018.

Bankia es uno de los más dependientes del ‘precio del dinero’ para mejorar sus márgenes. Goirigolzarri aseguró que vuelve a ver “la luz al final del túnel”, aunque trabajan con una curva de tipos que muestra un retraso en las expectativas de normalización respecto a febrero de 2018, cuando presentaron el plan estratégico. Por ello, la vía para cumplir pasa por el crecimiento, tanto en número de clientes como en productos.

Foto: Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell. (Reuters)

La cuota en producción hipotecaria de Bankia ha ido aumentando desde el 6,36% de marzo del año pasado hasta el 8,12% en noviembre, según el último dato disponible, gracias a una variación interanual que sigue acelerándose hasta el 10% del cuarto trimestre. El plan estratégico recoge una media del 10,8% entre 2018 y 2020, frente al 7,3% que tenía en 2017 después de completar la fusión con BMN.

Así, Bankia se encomienda a un crecimiento de dos dígitos, también en crédito al consumo, en el que registró un aumento del 20% en la segunda mitad del año en nuevas operaciones y del 14,1% en el saldo del ejercicio. La entidad arrancará su ‘joint venture’ con Crédit Agricole con el crédito al consumo en máximos, pero servirá para un nuevo impulso. Fuentes de Bankia explican que en el banco cuentan con que el crecimiento de este segmento se sitúe al nivel del PIB, frente a los dos dígitos actuales.

Por otro lado, el desplome del mercado, liderado precisamente por la banca con caídas del 30%, ha golpeado el crecimiento en fondos de inversión, otra palanca para cumplir con el plan estratégico. El banco prometió una cuota de mercado superior al 7% en 2020, pero en 2018 solo la ha incrementado del 6,38% al 6,55%. Tendrá que arañar cuota a los competidores en un negocio por el que están apostando todos, con el hándicap de que el comportamiento del mercado ha provocado que la evolución del patrimonio fuera el año pasado de una caída del 2,1% frente al incremento previsto en la guía presentada al mercado del 11,8%.

Con estos ingredientes, los ejecutivos de Bankia esperan que los márgenes dejen de caer para estabilizarse, requisito para que al captar las sinergias tras el ajuste de empleo con la fusión de BMN mejore la eficiencia (ingresos sobre costes, cuanto más baja mejor) que aumentó en el cuarto trimestre hasta una media del 55,5% en 2018, lejos aún del 47% que busca en 2020. De fondo está superar por primera vez en la historia de Bankia el coste del capital de forma sostenible con un ROE prometido del 10,8%, y obtener un beneficio neto de 1.300 millones.

El cambio en las expectativas del Banco Central Europeo (BCE) ha dinamitado los supuestos usados por Bankia para confeccionar su plan estratégico. El banco parcialmente nacionalizado ha consumido el primero de los tres años fijados, entre 2018 y 2020, con un desplome de los márgenes y un descenso de la rentabilidad, alejándose del objetivo.

Rentabilidad José Ignacio Goirigolzarri
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