El Gobierno se enroca ante Feijóo y no salvará a las cajas gallegas

Las presiones hasta el último minuto de Alberto Núñez-Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, para salvar de la nacionalización a NovaCaixaGalicia han sido infructuosas. El Gobierno se ha enrocado en la postura defendida por el Banco de España de que la caja gallega no puede beneficiarse de la misma disposición que va a salvar a las cajas catalanas, según fuentes del Partido Popular.

Lo que pretende Feijóo es que la fusión de Caixa Galicia y Caixanova pueda recibir dinero del FROB antiguo (FROB 1.0) en forma de préstamo en vez de sufrir la entrada del fondo público como accionista (el FROB 2.0). En el primer caso, únicamente tendría el compromiso de devolver el dinero en un plazo de cinco años y pagar los elevados intereses (el 7,75%), y además no tendría que transformarse en banco.

En cambio, en el segundo pasará a manos del Estado, que ejercerá sus derechos políticos por el porcentaje de capital que adquiera a valor de mercado. Dado que ese valor es muy reducido ante la avalancha de papel de las cajas y que la entidad no llega al 6% de capital básico frente al 10% que exige el Ejecutivo, ese porcentaje puede ser muy elevado.

El presidente gallego ha estado muy activo negociando con el Ejecutivo central la reparación de lo que entiende como un agravio comparativo, aunque sin éxito según las fuentes consultadas. Tras este fracaso, la baza que está tratando de jugar se refiere a las condiciones de entrada del Estado en las cajas nacionalizadas, de forma que sus actuales gestores conserven parte del poder.

Más allá de la política, Feijóo ha sondeado a las grandes fortunas gallegas para que pongan su dinero en la caja y ha planteado su fusión con el también gallego Banco Pastor.

Una disposición transitoria para Cataluña pero no para Galicia

El Real Decreto-Ley abre la posibilidad de apelar a la fórmula del préstamo del FROB a las entidades que lo hubieran solicitado antes de su entrada en vigor, gracias a una disposición transitoria introducida por las presiones de CiU. En ella se dice que "el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria podrá adquirir los títulos emitidos por las entidades de crédito que, a la entrada en vigor de este real decreto-ley, sin incurrir en las circunstancias del artículo 6 del Real Decreto-ley 9/2009 [que no estén en situación de insolvencia] hayan iniciado la negociación al efecto de solicitar al Fondo su adquisición para el reforzamiento de sus recursos propios. Dichas adquisiciones podrán referirse a participaciones preferentes convertibles en acciones o cuotas participativas".

Las dos fusiones de cajas catalanas -CatalunyaCaixa y Unnim- se encuentran en esta situación. Pero NovaCaixaGalicia, cuando tuvo conocimiento del texto, se apresuró a pedir 582 millones más al FROB el mismo viernes en que el Consejo de Ministros aprobó el Decreto. Por tanto, stricto sensu, su petición entraría dentro de lo que permite esta disposición.

Sin embargo, el Banco de España asegura que se trata de un régimen limitado exclusivamente a las entidades que suspendieron los test de estrés y que estaban pendientes de recibir del FROB el déficit de recursos propios detectado en estas pruebas. Una situación en la que se encuentran CatalunyaCaixa y Unnim, pero no NovaCaixaGalicia, que aprobó aquellas pruebas. Es decir, el supervisor premia a los que suspendieron y castiga a la que aprobó.

En consecuencia, para que Feijóo se salga con la suya no hace falta cambiar la letra del Decreto, sino convencer al gobernador Fernández Ordóñez de que la caja gallega tiene el mismo derecho que las catalanas a acogerse a la disposición transitoria. Pero las fuentes aseguran que no pretende abandonar esta postura y que el Gobierno no le está presionando para que lo haga.

La más perjudicada por el cambio constante de las reglas