CiU obligó al Gobierno a cambiar el Real Decreto para salvar a las cajas catalanas

El punto más polémico del Real Decreto-Ley de recapitalización del sector financiero, la disposición que permite a las cajas que suspendieron los test de estrés recibir préstamos del 'antiguo' FROB, fue introducido como respuesta a las presiones de Convergència i Unió, según confirman fuentes políticas de Cataluña. La consecuencia es que las cajas catalanas podrán evitar por esta vía ser nacionalizadas por el Gobierno español.

Josep Antoni Duran i Lleida, el hombre de CiU en Madrid, fue el que arrancó esta concesión al Ministerio de Elena Salgado la semana pasada. Contó con el apoyo inestimable del presidente de la CECA y de La Caixa, Isidre Fainé, que se sumó a la 'causa catalana', siempre según estas fuentes. La contrapartida será el apoyo de CiU al Decreto en su tramitación parlamentaria.

Por el contrario, el PSC no se movió en este sentido, a pesar de que fue Montilla quien diseñó la reorganización de las cajas de la región y de la peligrosa situación en que se encontraría Narcís Serra, ex presidente de Caixa Catalunya, en caso de que la entidad acabara en manos estatales.

La norma de marras es la disposición transitoria cuarta del Real Decreto-Ley que aprobó el Gobierno el viernes. En ella se dice que "el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria podrá adquirir los títulos emitidos por las entidades de crédito que, a la entrada en vigor de este real decreto-ley, sin incurrir en las circunstancias del artículo 6 del Real Decreto-ley 9/2009 [que no estén en situación de insolvencia] hayan iniciado la negociación al efecto de solicitar al Fondo su adquisición para el reforzamiento de sus recursos propios. Dichas adquisiciones podrán referirse a participaciones preferentes convertibles en acciones o cuotas participativas".

Es decir, que las entidades que se encuentran en esta situación recibirán préstamos del FROB 1.0 -en forma de preferentes- y no inyecciones de capital mediante compra de acciones. Estos préstamos, aunque tienen un coste muy elevado (7,75% el primer año y 8% el segundo), no dan derecho al Estado a nombrar consejeros ni a entrar en la gestión de las entidades, salvo que no se devuelvan al cabo de cinco años.

Las catalanas sí, las gallegas no

CatalunyaCaixa (fusión de Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona) confirmó hace unos días a El Confidencial que se encuentra en la situación requerida para pedir estos fondos; Unnim (fusión de Terrassa, Sabadell y Manlleu) ya lo hizo en noviembre. Las cantidades que les corresponden son 1.032 y 200 millones, respectivamente.

NovaCaixaGalicia quiso apuntarse el mismo viernes a esta posibilidad, pero el Banco de España se la ha negado con el argumento de que se trata de un régimen transitorio para aquellas entidades que suspendieron los test de estrés de julio y que, en consecuencia, tenían derecho a estos fondos públicos desde entonces. Algo que no hace más que agravar la polémica, porque supone premiar a las que suspendieron las pruebas y castigar a las que las aprobaron.

Plan B por si no es suficiente

Además de esta vía de escape, el Decreto también contiene un 'plan B' para las cajas catalanas en caso de que los préstamos del FROB no basten para llegar al 10% de core capital exigido a las cajas que no salgan a bolsa. El artículo 9 de la norma establece que las entidades que sean nacionalizadas podrán recomprar, durante un plazo de dos años, las acciones que adquiera el Estado o bien designar a un inversor 'amigo' para que lo haga. Este inversor podría ser la propia Generalitat en caso de no encontrar capital privado.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, había mostrado desde su toma de posesión una firme voluntad de mantener la "catalanidad" de las cajas de ahorros. En esa estrategia se inscribe el intento de acercamiento entre CatalunyaCaixa y Banco Sabadell, como adelantó en su día El Confidencial. Dados los graves obstáculos a los que enfrenta esta operación, el president ha ejercido toda la presión que le otorgan los decisivos votos de CiU para modificar el Decreto.

De esta forma, Mas ha conseguido su objetivo de que todas las cajas de la comunidad sigan en manos catalanas. La única que falta, La Caixa, ha diseñado un plan de ingeniería financiera con la creación de CaixaBank, un banco que cotizará tomando el relevo de Criteria, que le blinda completamente contra las exigencias del Decreto, aunque requerirá emitir 1.500 millones en convertibles.