Ábalos, sobre un pacto con Ciudadanos: "No nos estamos planteando esa posibilidad"
"A lo único a lo que puede aspirar Cs es a sobrevivir", reprocha. El tres del PSOE señala que Sánchez priorizará políticas progresistas y escuchará a sus bases. No descarta una coalición con Iglesias
Oficialmente, el PSOE no descarta "ningún escenario" y deja "todo abierto" hasta más adelante. Pero la dirección sí va teniendo algunas cosas claras, y es que su opción preferente de pacto no es, desde luego, con Ciudadanos. Quiere situar la carga de la prueba en la formación de Albert Rivera, que sean los naranjas los que sigan imponiendo un "cordón sanitario" hacia Pedro Sánchez, pero en sus declaraciones la cúpula va deslizando que no es ese el camino prioritario. Sí lo es, sin embargo, una nueva alianza con Unidas Podemos, aunque distinto es que pueda armarse un Ejecutivo de coalición con Pablo Iglesias, que Ferraz tampoco descarta por completo, pero que 'a priori' no quiere. Sánchez quiere un Gobierno en solitario, con independientes "de prestigio".
"¡Con Rivera no!", gritaban las bases socialistas en la noche del 28-A. Un mandato clarísimo al que el ya presidente en funciones replicó con un "lo he escuchado", pero también añadió que desde posiciones de izquierda el PSOE tenderá la mano "a todas las formaciones políticas". Este lunes, día de resaca electoral, la portavoz nacional de Cs, Inés Arrimadas, volvió a dar portazo a un pacto con los socialistas. "Es que eso es básico. Eso condiciona totalmente. Si no, va a parecer patético. No lo entendería nadie. Aparte de que aun no compartiéndola [la posición de cerrojazo], hay que respetarla", señaló el secretario de Organización, José Luis Ábalos, en la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva federal del PSOE, preguntado por la opinión del partido sobre un acuerdo con los naranjas.
📺 @carmencalvo_ en @telediario_tve: De manera clara y contundente los españoles y españolas quieren que gobierne el #PSOE.
— PSOE (@PSOE) 29 de abril de 2019
Queremos hacerlo con nuestra propia fuerza y con nuestro programa, sin poner vetos a nadie.#HicisteisQuePasara pic.twitter.com/jx3zoOlhYC
"Nosotros queremos hacer políticas progresistas —siguió—. Entonces, no nos estamos planteando esa posibilidad. Quien ha perdido es Ciudadanos. A ver si asumimos cada uno su rol. Ha perdido estas elecciones". El también ministro de Fomento se apoyó en que Rivera no ha alcanzado los objetivos que se había marcado, aunque haya crecido (desde los 32 a los 57 escaños), ya que no ha vencido en su competición de "primarias internas" con PP y Vox, y no ha conseguido adelantar a Pablo Casado. Ni tampoco juntos logran desplazar a Sánchez del Ejecutivo. "A lo único a lo que puede aspirar [Cs] es a sobrevivir como partido", subrayó, mordaz.
Recuerda que fue Cs quien impuso el cordón sanitario y quien no ha alcanzado sus objetivos: no ganó, ni adelantó al PP, ni echa al PSOE del poder
Ábalos insistió en que el PSOE, cuando toque, hablará con "todos los grupos", pero primero de "propuestas para el país". "Y luego ya veremos, en función de esas propuestas, las mayorías que hacen falta. Pero tenemos mucha experiencia en generar mayorías, en alcanzar acuerdos sin necesidad de coaliciones. El PSOE no siempre ha tenido mayoría absoluta y se ha sabido manejar, tenemos cultura de entendimiento", argumentó.
"No vamos a decepcionarlos"
El dirigente lanzó otra señal de que no está en la mente de la cúpula acercarse a Cs: "Tenemos muy claro lo que piensa nuestra militancia y cuál es el sentimiento de nuestros electores. No vamos a decepcionarlos". Y es que las urnas del 28-A han reforzado a la izquierda. Con una participación del 75,75%, la suma de PSOE (123 escaños, un 28,68% de los votos) y Unidas Podemos (42 diputados, 14,31% de las papeletas) llega a los 165 parlamentarios, por los 147 de PP, Cs y Vox. El sendero parece bastante marcado, además de que los naranjas ya dejaron claro antes de la campaña que nunca pactarían con los socialistas. Ábalos afeó a Rivera que liderara una "oposición muy destructiva, en lo personal", vetando a un partido al que sitúa "fuera de las reglas del juego". A eso responde el "¡Con Rivera no!" que se oyó como un clamor en Ferraz, que aunque no es un "mandato" de una asamblea, sí refleja una respuesta "emocional" con "fondo y contenido".
Ábalos se queja de que Rivera ni siquiera se ha dignado en felicitar al líder socialista, prueba de la poca "madurez" que hay para otras conversaciones
A la posición política se suma la piel. Sánchez y Rivera, los protagonistas del pacto del Abrazo en 2016, mantienen una relación pésima. La prueba está en que el jefe de Cs ni siquiera ha llamado aún al presidente para darle su enhorabuena por su victoria en las urnas, tal y como desveló Ábalos: "Alguno ni siquiera ha llamado para felicitar, lo que indica un nivel de madurez como para encarar otro tipo de conversaciones". El número tres confirmó que, a diferencia de Rivera, Pablo Casado sí descolgó el teléfono, igual que hizo el jefe de Podemos, Pablo Iglesias, en su caso para reiterarle su interés por un Gobierno de coalición, como él mismo narró ayer domingo.
No es igual que en la Comunidad Valenciana
La posición de que "todo está abierto", como insisten en trasladar fuentes oficiales de Ferraz, también vale para la formación morada. Ábalos reiteró que el PSOE hablará con "todos los grupos", que integrará "la pluralidad de las urnas". "No renunciamos a nada, ni estamos de entrada contra nada", señaló sobre la hipótesis de un Gobierno de coalición. Ahora bien, no es la fórmula preferida por el candidato. Recordó, en ese sentido, que más allá de las "estrategias y los discursos", habrá que encajar un puzle, todo un marco de gobernabilidad que forzosamente habrá de completarse tras las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo. Hasta entonces nada.
"No renunciamos a nada, ni estamos de entrada contra nada", señala sobre una coalición con Podemos. Nada se aclará hasta pasado el 26-M
El secretario de Organización explicó que tampoco los pactos en comunidades y ayuntamientos se pueden trasladar al ámbito nacional, porque son niveles "distintos", con "impactos distintos", y "manejos de competencia distintos". "No son estrictamente extrapolables". Tampoco aguanta, a su juicio, la comparación con el acuerdo de gobierno en la Comunitat Valenciana entre el PSPV y Compromís, al que ahora se añadirá probablemente Unidas Podemos. Los tres partidos optaron por aquella experiencia que funcionó "con lealtad" y en positivo, y que ahora los ciudadanos han ratificado en las urnas. En España, en cambio, lo que ha habido en estos diez meses, insistió, es una "colaboración" entre PSOE y Podemos, un acuerdo presupuestario que se cumplió "bien" y del que en Ferraz están "satisfechos". Y a eso han dado su visto bueno los electores.
La cúpula del PSOE quiere que los demás partidos hagan sus "lecturas" y análisis del 28-A, y hagan si quieren autocrítica. "Habrá que preguntar al resto si están dispuestos a dejar gobernar a la fuerza más votada", señaló, trasladando la presión a las demás formaciones, especialmente a Cs y PP. En ese sentido, recordó lo que ocurrió en 2016, cómo el PSOE fue interpelado desde distintos frentes para que permitiera con su abstención la investidura de Mariano Rajoy, lo que provocó un brutal desgarro interno. "¿Estos que hablaban de la estabilidad se van a imponer su receta? No vamos a hacer lo que ellos hicieron, que fue desestabilizar este partido. No vamos a ir a romperles el partido. No vamos a maniobrar, y no es poca cosa", apuntó.
Oficialmente, el PSOE no descarta "ningún escenario" y deja "todo abierto" hasta más adelante. Pero la dirección sí va teniendo algunas cosas claras, y es que su opción preferente de pacto no es, desde luego, con Ciudadanos. Quiere situar la carga de la prueba en la formación de Albert Rivera, que sean los naranjas los que sigan imponiendo un "cordón sanitario" hacia Pedro Sánchez, pero en sus declaraciones la cúpula va deslizando que no es ese el camino prioritario. Sí lo es, sin embargo, una nueva alianza con Unidas Podemos, aunque distinto es que pueda armarse un Ejecutivo de coalición con Pablo Iglesias, que Ferraz tampoco descarta por completo, pero que 'a priori' no quiere. Sánchez quiere un Gobierno en solitario, con independientes "de prestigio".