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Ximo Puig (PSPV) logra la primera victoria desde 1991 y liderará otro pacto de izquierdas
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Habrá segundo Botànic y Vox irrumpe

Ximo Puig (PSPV) logra la primera victoria desde 1991 y liderará otro pacto de izquierdas

Los socialistas crecen en votos y escaños y podrán sumar con Compromís y Podemos, pese a que el bloque de la izquierda pierde cuatro diputados. Vox irrumpe en las Cortes con 10 actas

Foto: Ximo Puig, tras valorar los resultados de las elecciones autonómicas. (PSPV-PSOE)
Ximo Puig, tras valorar los resultados de las elecciones autonómicas. (PSPV-PSOE)

Recuento de infarto y cambios importantes en la estructura electoral en la Comunidad Valenciana. El barón socialista, Ximo Puig, logró este 28 de abril la primera victoria para su partido en unas autonómicas desde 1991. El PSPV-PSOE se posicionó como primera fuerza con algo más del 23%, con un crecimiento de más de tres puntos en votos y cuatro diputados con respecto a los comicios de 2015. El apoyo, no obstante, está lejos de los resultados del puño y la rosa de hace una década y se quedan por debajo de los cosechados por Pedro Sánchez en las generales, cercanos al 29% en España. Es el descalabro del Partido Popular de Isabel Bonig, paralelo al de Pablo Casado, lo que sitúa al actual 'president' en una posición idónea para reeditar el cargo y garantizarse una nueva investidura con sus actuales socios: Compromís, que con 17 escaños pierde dos diputados, y Podemos, que aguanta el tirón de la mayor participación y la concentración de voto en el PSOE y salva ocho actas de las 13 que logró hace cuatro años.

La mayoría del bloque de izquierdas, con 1,25 millones de votos y 52 escaños, supera a la de la derecha. Lo hace perdiendo apoyos con respecto a la anterior cita electoral, cuando la suma de los tres partidos del llamado Pacte del Botànic arrojó 55 asientos en las Cortes Valencianas frente a los 44 de populares y Ciudadanos. En esta ocasión, al casi 97% escrutado, Vox ha irrumpido con fuerza en la Cámara autonómica con 10 actas, que unidas a las 19 del PP y 17 de Ciudadanos (47) hacen imposible el objetivo confeso de las tres formaciones políticas de formalizar un pacto a la andaluza para ocupar la Generalitat valenciana. En unas elecciones de altísima participación del 75,77%, los valencianos han rechazado el giro a la derecha y han refrendado para otros cuatro años el cambio político que desalojó al PP del poder en mayo de 2015. Pero la diferencia entre bloques ha sido de apenas 40.000 sufragios.

La confluencia de las dos citas electorales, un hecho inédito, fue una decisión arriesgada de Ximo Puig, que buscaba aprovechar la ola de concentración de voto progresista en torno al PSOE de Pedro Sánchez y asestar un golpe a sus socios de gobierno para tomar distancia, consolidar su presidencia y reducir la capacidad de influencia de Compromís y Podemos en su Ejecutivo. El resultado le ha salido bien, aunque con matices. Por un lado, sitúa su partido como nueva sigla hegemónica, pero seguirá dependiendo de las otras dos patas del Botànic, que interpretaron el requiebro del 'president' en clave de desafío y ahora harán valer sus escaños, determinantes en la configuración de una nueva mayoría, para exigir su cuota de poder institucional.

"Ha sido difícil, complicado, sinceramente, pero han sido los valores de la humanidad, la libertad, los que nos han hecho ser importantes en la Comunitat Valenciana", señaló Ximo Puig de madrugada cuando ya estaba casi cerrado el escrutinio. "Es un día de profundas emociones. Hemos hecho posible que el PSOE sea el primer partido de la Comunitat y de España, y por eso quiero dar las gracias a los compañeros desde la Vega Baja al Maestrat, a todo el territorio y a todas las personas que lo han hecho posible", remarcó. "Gracias a quienes trabajan por defender sus ideas, gracias a quienes casi después de 30 años han decidido que el PSPV sea la primera fuerza política en la Comunitat Valenciana. Se ha vuelto a poner en valor una propuesta que habla de libertad, de igualdad, de solidaridad, la fuerza que une a los valencianos", insistió.

placeholder Joan Baldoví, con Mónica Oltra, en la valoración de resultados. (EFE)
Joan Baldoví, con Mónica Oltra, en la valoración de resultados. (EFE)

Los de Mónica Oltra han salido especialmente perjudicados del 28-A. En las generales, han perdido tres de los cuatro parlamentarios que tenían en el Congreso. Solo Joan Baldoví ha conservado el acta por la circunscripción de Valencia, lo que implica para los valencianistas retrotraerse a las elecciones de 2011 en su nivel de representación en el Congreso. El objetivo de lograr grupo parlamentario queda muy lejos y su rol de bisagra en un posible Gobierno de izquierda de Sánchez, muy disminuido. La vicepresidenta valenciana también ve alejarse cualquier opción de liderar un Gobierno autonómico, pues ni siquiera sumando con Podemos consigue superar a los socialistas. El voto dual ha sido especialmente visible en el caso del partido 'taronja'. Mientras en las generales apenas han recogido el 6,45% de votos, en las autonómicas se recuperan por encima del 16%, al arañar papeletas a socialistas y morados. Por esto mismo, Oltra advertía tras conocer los resultados del rol clave que jugará su formación en la conformación del nuevo Consell del Botànic. "Es la única suma posible", señalaba la dirigente política. "Eso es una seña de identidad de los valencianos, que decimos que no queremos políticas de derechas".

Ciudadanos crece

La sensación agridulce de Compromís, que seguirá ocupando espacios institucionales en la Generalitat, se ve acrecentada por el hecho de haber sido superados por Ciudadanos, cuya campaña ha estado muy enfocada en lanzar duras críticas a los valencianistas. "Hemos ganado al nacionalismo en la Comunitat. Hemos ganado a Compromís", señalaba Toni Cantó con cierta euforia, pese a que tendrá que conformarse con la oposición. Ciudadanos mejora sus resultados, como ha hecho el partido de Albert Rivera en el conjunto de España, y con 18 diputados y un 17% de los votos [cuatro puntos más que en 2015] se queda muy cerca de los populares.

Consciente de esto, la presidenta y candidata del PP, Isabel Bonig, advertía casi al cierre de escrutunio, de que es su partido el que lidera el bloque del centro-derecha. La dirigente popular, que no hizo ninguna alusión a una posible renuncia pese al hundimiento de sus siglas, destacó que el PP sigue siendo la segunda fuerza política "a pesar de la fragmentación". "No ha sido fácil llegar hasta aquí con la historia y la mochila que tiene el PP, especialmente el PP de la Comunitat Valenciana", afirmó para justificarse.

Pistas para las municipales

Las autonómicas arrojan algunas pistas sobre lo que puede ocurrir en las próximas municipales del 26 de mayo. Por ejemplo, que Compromís ha logrado afianzarse en la ciudad de Valencia, donde ha ganado la cita regional (el PSOE ha hecho lo propio en las generales). En la capital valenciana, la suma de la izquierda alcanza el 47,52% frente al 47,96% de la derecha, encabezada por Ciudadanos, por lo que se augura una batalla a cara de perro por la tercera ciudad de España. Los populares bajan a la cuarta plaza.

En Alicante ciudad, el PSOE ha ganado las autonómicas con el 24,43%. Pero los partidos de la derecha, también con Ciudadanos en primer lugar, suman más del 52% y tienen en su mano conservar a la alcaldía si se repite el resultado en mayo. La diferencia es que la vara de mando no recaería sobre el actual alcalde, el popular Luis Barcala. En Castellón, ganan también los socialistas, que podrían seguir al frente del consistorio con un pacto con Compromís y Podemos y se repiten los resultados. La izquierda suma aquí el 48% frente al 47% del bloque de derechas liderado por el PP.

Recuento de infarto y cambios importantes en la estructura electoral en la Comunidad Valenciana. El barón socialista, Ximo Puig, logró este 28 de abril la primera victoria para su partido en unas autonómicas desde 1991. El PSPV-PSOE se posicionó como primera fuerza con algo más del 23%, con un crecimiento de más de tres puntos en votos y cuatro diputados con respecto a los comicios de 2015. El apoyo, no obstante, está lejos de los resultados del puño y la rosa de hace una década y se quedan por debajo de los cosechados por Pedro Sánchez en las generales, cercanos al 29% en España. Es el descalabro del Partido Popular de Isabel Bonig, paralelo al de Pablo Casado, lo que sitúa al actual 'president' en una posición idónea para reeditar el cargo y garantizarse una nueva investidura con sus actuales socios: Compromís, que con 17 escaños pierde dos diputados, y Podemos, que aguanta el tirón de la mayor participación y la concentración de voto en el PSOE y salva ocho actas de las 13 que logró hace cuatro años.

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