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Los militantes de IU elegirán por primera vez a su líder y a su dirección por primarias
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EL FUTURO DE LA IZQUIERDA

Los militantes de IU elegirán por primera vez a su líder y a su dirección por primarias

Este domingo el Consejo Político dará vía libre al nuevo mecanismo: los casi 30.000 militantes tendrán voz y voto y podrán optar entre las distintas candidaturas que concurran a la XI Asamblea

Foto: Alberto Garzón, portavoz de Izquierda Unida-Unidad Popular, el pasado 3 de marzo en rueda de prensa en el Congreso. (EFE)
Alberto Garzón, portavoz de Izquierda Unida-Unidad Popular, el pasado 3 de marzo en rueda de prensa en el Congreso. (EFE)

Era evidente que antes o después el cambio dentro de Izquierda Unida se iba a producir. A comienzos de 2014, antes de las europeas que verían nacer a Podemos, Cayo Lara -y con él buena parte de su dirección- calificaban las primarias como un "invento norteamericano" que era mejor no importar. La federación las acabó abrazando para la elección de sus candidatos. Ahora da un paso más, el avance lógico y que tenía que caer como fruta madura: que su líder fuera elegido por las bases.

El salto cultural dentro de IU ya está en camino. Tras semanas de debates internos, se aprobará este domingo en la reunión de su máximo órgano de dirección, el Consejo Político Federal (CPF), que componen más de 200 miembros, una cita clave pues en ella se asentarán los pilares de la XI Asamblea, que se celebrará finalmente a principios de junio y en la que se prevé que Cayo Lara pase el testigo al portavoz de Izquierda Unida-Unidad Popular en el Congreso, Alberto Garzón.

Al encuentro de este domingo acudirán dos documentos importantes, que definen esta nueva etapa y a los que ha tenido acceso El Confidencial. Uno, el 'Plan de acción', y el otro, el 'Esquema para los documentos político-organizativos', ambos dirigidos a la preparación de la XI Asamblea Federal. Es en el primer texto donde se explica el nuevo mecanismo de elección del coordinador y del CPF.

[Consulta aquí en PDF el 'Plan de acción' y el 'Esquema de los documentos políticos organizativos' de la XI Asamblea Federal de IU]

Las diferencias con el sistema anterior

Hasta ahora, los delegados a la asamblea -en torno a mil- elegían a una parte de los miembros del Consejo Político. En el cónclave se presentaban distintas listas y cada una de ellas obtenía una representación proporcional de puestos en el CPF en función de su número de votos. En el curso del propio cónclave, los dirigentes elegidos del Consejo se reunían y, a su vez, nombraban al coordinador. Este era luego ratificado en torno a un mes después, cuando se completase la composición del máximo órgano con los representantes designados por las federaciones. Es decir, que era un método de elección indirecta, y deliberadamente alejado del presidencialismo de otros partidos, en los que el líder cuenta con mayor poder y margen de maniobra. En 2008, por ejemplo, no hubo consenso en la IX Asamblea para nominar al jefe... así que Lara fue elegido un mes después.

[Consulta aquí en PDF los estatutos de la X Asamblea de IU, celebrada en diciembre de 2012]

¿Qué cambia ahora? Que son los casi 30.000 militantes de IU los que podrán elegir entre distintas candidaturas al CPF, cada una de las cuales irán encabezadas por el aspirante al liderazgo de la federación.

La votación será online y se llevará a cabo en la última semana de mayo, antes del cónclave presencial en Madrid, que se fijará para el 3, 4 y 5 de junio

Hay que tener en cuenta que el desarrollo de la XI Asamblea se extiende en tres fases. Una primera ya está completada: la consulta a las bases. Con ella se buscaba que la militancia respondiera a varias preguntas sobre las principales debilidades y fortalezas de la organización. A esta primera etapa de lanzamiento sigue la 'fase de debate' (6 de marzo a 26 de mayo), en la que se elaboran las distintas ponencias políticas y se presenta el informe de gestión de la dirección saliente, que también se somete a debate de los militantes. También se presentan las candidaturas al Consejo. No está reglado aún cómo serán las listas porque aún "hay discusión" al respecto: se tiene que perfilar si todas ellas deberán precisar los equipos -es decir, que se incluya el cargo concreto al que opta cada candidato: coordinador, secretario de Organización, responsables de área...- o si serán candidaturas cerradas y bloqueadas o bien abiertas. Sí está claro ya que cada lista deberá estar "vinculada a una de las ponencias políticas" presentadas previamente. Dicho de otro modo, que cada candidato ha de referenciarse en un proyecto de futuro de IU.

La 'fase de decisión' se prolonga desde el 27 de mayo al 5 de junio. "Se votan por sufragio universal los diferentes temas de los documentos y las candidaturas", señala el texto. Aquí está la frase clave. La votación en manos de la militancia. Las primarias internas.

Los estatutos, en el cónclave presencial

El formato por el que opta IU es distinto al del PSOE. En este último caso, los militantes socialistas eligen a su secretario general de forma directa, y este elabora una propuesta de órganos federales que son votados por los delegados en el congreso. Lo que distingue a la federación es hacer que las bases opten por las distintas listas al Consejo, que incluyen desde el candidato a coordinador como al resto de miembros. La votación, la última semana de mayo, se hará de forma online. Se abrirán las agrupaciones en días concretos, pero para que los afiliados puedan emitir su sufragio telemáticamente, no en urna. ¿Por qué no se vota al coordinador de forma separada? Porque IU no quiere caer aún en la cultura presidencialista de otros partidos. Su jefe no se llama por casualidad coordinador, en lugar de secretario general.

Los militantes se pronunciarán sobre las candidaturas al Consejo Político... y también por primera vez sobre los documentos políticos y organizativos

Esta 'fase de decisión' se cierra con la asamblea presencial en Madrid, el 3, 4 y 5 de junio. En ella se ratifican las votaciones. El CPF elegido previamente por las bases -y que se compondrá de forma proporcional a los resultados cosechados por cada lista- se reunirá y designará al coordinador. Un paso puramente formal, porque el líder estará dotado de una legitimidad de origen -la militancia- que nunca antes tuvo un coordinador. En el cónclave en la capital se redactarán los estatutos y se elaborará el llamamiento, una declaración política que condensa el espíritu de la asamblea.

La novedad radica, por tanto, en que por primera vez las bases podrán elegir de forma directa a su líder y también podrán votar los documentos políticos y organizativos. Hasta ahora, la dirección redactaba los textos que luego eran enmendados en el cónclave. De cara a este proceso, los equipos que lo deseen podrán defender sus ponencias, que se someterán a debate en las agrupaciones de base y en las asambleas regionales.

La XI Asamblea Federal está llamada a ser una cita histórica dentro de IU, dada la fragilidad en la que se encuentra y su complicado futuro. En los textos internos, de hecho, se subraya que la imagen principal que se quiere transmitir es que será un cónclave de "cambio cualitativo", en la que IU se abre a "cambiar lo que sea necesario para responder a las necesidades de la gente y ser útiles". "Hemos entendido la importancia que la sociedad confiere a que las organizaciones sean abiertas, transparentes y participativas y por ello innovamos y profundizamos en democracia y renovación, adaptando los equipos al nuevo tiempo político". En consonancia, el tono debe ser, señalan los documentos, "moderadamente épicos". "Somos audaces, la izquierda está dispuesta a jugársela, a repensarse y hacer autocrítica".

"Nuevas herramientas"

IU indica que está dispuesta a cambiar, pero sin despreciar su mochila, una crítica recurrente de Podemos. Entiende que no le hace falta "reinventarse". "Vamos a ser útiles porque en nuestro bagaje traemos ya muchas cosas que lo son". Así, se construye un relato que une "el pasado con el presente-futuro": representa una tradición de izquierda que "se sacrificó cuando fue necesario" -el PCE en la clandestinidad y en la Transición-, que "no tuvo miedo de abrirse y mezclarse" -la fundación de IU hace ahora 30 años, en 1986-, y que se ha "mostrado dispuesta a sumar para cambiar el país", apostando por la confluencia y la unidad popular en las municipales y generales del año pasado. Y también saca pecho de su anclaje en la movilización social y en el poder institucional.

IU quiere evitar los "debates sin conclusión, la ambigüedad, la falta de definición de objetivos concretos o los enfrentamientos no sobre la política"

De cara a esta XI Asamblea, IU quiere potenciar su carácter de organización "democrática" y que da el paso de "un militante, un voto", que es una formación "valiente" y que "se renueva". Y quiere evitar los "debates sin conclusión, la ambigüedad, la falta de definición de objetivos concretos o los enfrentamientos no sobre la política".

En el texto en el que se dan pautas sobre los documentos organizativos y políticos, se advierte de que la XI Asamblea debe plantearse "cómo configurar organizativa y programáticamente" la izquierda "transformadora y rupturista". Una discusión nada teórica: la dirección entiende que está en juego "disputar la hegemonía e intervenir de forma real y eficaz en el conflicto social y de clase". "Nuestra encrucijada -se lee- es que tenemos la voluntad y la decisión de combatir a quienes quieren consolidar un pacto de Estado sobre la base de la hegemonía ideológica y política del neoliberalismo y de la paz social, pero necesitamos de más organización y de nuevas y mejores herramientas de trabajo para hacerlo con la necesaria eficacia e intensidad".

Alberto Garzón a Pedro Sánchez: “Nosotros no somos enemigos, somos posibles aliados”

IU se conjura para resolver las "cuestiones que funcionan mal" y le hacen ser lenta y burocrática a la hora de tomar y aplicar decisiones. Pero también cree necesario "debatir y definir cuál es hoy el marco de la ruptura más allá del ámbito institucional y electoral. Dónde se gana la hegemonía para avanzar en un proceso de ruptura". Aquí se integra la discusión sobre la relación con Podemos, por ejemplo. O cómo enlazar esta XI Asamblea, que es puramente de IU, con el proceso siguiente, que es el de construcción "de un espacio o ámbito más amplio de la izquierda social y política de carácter alternativo". Ese proyecto, más ambicioso, se prevé que pueda echar a andar a la vuelta de verano.

La marcha de Ramón Luque

Con todos estos mimbres, las ponencias políticas que se presenten -de 30 folios máximo, avisa la cúpula- han de responder a nueve preguntas o ejes: qué estrategia y discurso tiene que armarse para avanzar hacia una salida "social, anticapitalista, antiimperialista justa y democrática de la crisis, cómo desarrollar en este ciclo las confluencias, cómo se organiza IU y qué papel ha de tener la militancia, qué concreción se da de modelo de Estado o qué posición se defiende de Europa.

Los documentos, previsiblemente, se aprobarán sin problema por el Consejo de este domingo 6 de marzo, ya que han sido elaborados por la comisión política plural encargada de organizar la XI Asamblea, y que integra a dirigentes de diferentes sensibilidades. Es un órgano que encabeza Alberto Garzón y en el que se sientan miembros de su confianza y también cercanos al coordinador saliente, Cayo Lara. Sí discrepa Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares, aunque representa una minoría en los órganos de dirección.

La asamblea ayudará a definir las relaciones con Podemos y a construir "un espacio o ámbito más amplio de la izquierda de carácter alternativo"

A esta cita del CPF, por cierto, no acudirá ya como miembro el catalán Ramón Luque, hasta ahora secretario de Acción Electoral de IU y uno de los rostros más reconocibles de la dirección ya desde los tiempos de Gaspar Llamazares como coordinador. Decidió dejar todos sus cargos hace unos días, y lo hizo público a través de una carta abierta publicada en eldiario.es. Ya se descolgó del equipo de campaña de Garzón, igual que su compañera Lara Hernández, que tras las generales acabó dimitiendo igualmente de todos sus cargos. Luque señaló que no tenía sentido bendecir políticas que no comparte y advertía que, de no "enderezar" su rumbo, IU podía verse arrinconada en la "marginalidad política".

¿Y qué pasa si hay nuevas elecciones?

Sobre todos los procesos congresuales de los partidos pesa la misma duda: ¿podrán celebrarse o habrán de suspenderse si hay elecciones?

En IU ese debate está aún abierto. Hay quienes consideran que, si se repiten las generales el 26 de junio, habría que adelantar el proceso congresual para que sirva como espaldarazo para la organización y lanzar así el nuevo liderazgo -que muy probablemente asumirá Alberto Garzón-. Otros creen que es mejor postergar la XI Asamblea, para hacer los trabajos de reflexión sin prisas y no condicionados por la cita electoral. En cualquier caso, deberá decidir qué hacer un nuevo Consejo Político.

Si se reeditan las generales, cosa que la dirección no desea -entre otras razones, por su asfixia financiera-, IU deberá decidir si concurre esta vez en coalición con Podemos o se presenta sola, como el 20-D. Garzón ya dijo esta semana que ve "mimbres" de colaboración con la fuerza de Pablo Iglesias, aunque siempre desde el "reconocimiento" de ambas organizaciones.

Pero hasta que se sepa si hay o no elecciones -el 2 de mayo, si no se ha formado Gobierno, el Rey disolverá las Cortes-, IU mantiene sus planes. El Consejo, no obstante, retrasará este domingo 15 días la fecha de la XI Asamblea inicialmente prevista: del 20, 21 y 22 de mayo al 3, 4 y 5 de junio. La razón es que no se quiere que coincida con el 39º Congreso del PSOE... que también podría aplazarse si se repiten las generales.

La oposición más visible a Garzón pivota en torno a los firmantes de la 'Declaración de Zamora', al que pertenecen dirigentes próximos a Cayo Lara y Gaspar Llamazares, y defensores claros de las siglas de IU. Esta semana exigieron un referéndum a las bases para que se decida cómo debe concurrir la federación (o sea, sí o no con Podemos) en caso de ir a nuevos comicios.

Era evidente que antes o después el cambio dentro de Izquierda Unida se iba a producir. A comienzos de 2014, antes de las europeas que verían nacer a Podemos, Cayo Lara -y con él buena parte de su dirección- calificaban las primarias como un "invento norteamericano" que era mejor no importar. La federación las acabó abrazando para la elección de sus candidatos. Ahora da un paso más, el avance lógico y que tenía que caer como fruta madura: que su líder fuera elegido por las bases.

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