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España, Grecia y Portugal presionan para financiar la política industrial a nivel europeo
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España, Grecia y Portugal presionan para financiar la política industrial a nivel europeo

Los Gobiernos de España, Grecia y Portugal presionan para que la Comisión Europea haga una propuesta de un instrumento para financiar política industrial a nivel de la UE

Foto: Sede de la Comisión Europea en Bruselas.
Sede de la Comisión Europea en Bruselas.
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"Una Europa fuerte requiere una industria potente y, en la geopolítica actual, una industria potente requiere un nuevo enfoque para movilizar recursos públicos a escala de la UE junto con capital privado". Ese es el mensaje central que las delegaciones de España, Grecia y Portugal quieren transmitir en el Consejo de Competitividad e Industria que se celebra este viernes en Bruselas, proponiendo que se cree un instrumento europeo para financiar una política industrial a nivel de la Unión.

España lleva tiempo moviendo fichas en este sentido. La Moncloa ha empezado a utilizar el término "bienes públicos europeos", que no son nacionales sino puramente europeos. Para ellos, España defiende que es justa una financiación europea. Carlos Cuerpo, ministro de Economía, lo ha señalado en repetidas ocasiones en las últimas semanas, insistiendo en que el Fondo de Recuperación, un fondo inédito financiado con deuda común europea, finaliza en 2026 y que debería tener una continuación. Cuerpo ha subrayado que existe "la necesidad de una capacidad centralizada más allá de 2026", una idea que también ha expresado Paolo Gentiloni, comisario de Economía. Ursula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea y favorita para reeditar al frente del Ejecutivo comunitario, se ha abierto a ello, pero por el momento enfocándolo en defensa.

El debate sobre la pérdida de competitividad en la Unión Europea está dominando casi todos los foros en Bruselas desde hace meses. Pero las recetas para luchar contra ella son muy diversas. En abril, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete escucharon las conclusiones del informe sobre competitividad de la UE elaborado por el ex primer ministro italiano Enrico Letta, en la que insistió en la necesidad de avanzar en una política industrial realmente europea. En las conclusiones de aquel Consejo Europeo, los líderes se comprometieron a "desarrollar y aplicar una política industrial eficaz, en diálogo con las partes interesadas, que descarbonice nuestra industria de manera competitiva, desarrolle la ventaja competitiva de la Unión en tecnologías digitales y limpias, diversifique y asegure las cadenas de suministro estratégicas y refuerce la base tecnológica e industrial de defensa de Europa".

Madrid, Atenas y Lisboa temen que caiga en el olvido, y por eso han elaborado una nota para circular a las delegaciones del resto de Estados miembros. En el documento "piden a la Comisión que estudie la creación de un instrumento europeo para garantizar el éxito de nuestra política industrial, como se pide en las Conclusiones del Consejo Europeo de los días 17 y 18 de abril de 2024". "Este instrumento financiero mejoraría las capacidades de producción de manera equilibrada y competitiva y ayudaría a incentivar de manera eficiente las inversiones estratégicas en los sectores industriales críticos en toda la Unión, garantizando una distribución eficaz para aumentar la competitividad y la resiliencia globales de la UE", añaden.

Foto: El ex primer ministro italiano Enrico Letta. (Reuters/Remo Casilli)

Un llamamiento a una política industrial más activa que no vaya acompañada de una dimensión europea provoca bastante preocupación en muchos Estados miembros, porque vendría acompañada, como viene siendo la tendencia en los últimos años, de mayores ayudas de Estado que permitirían a los países con mayor espacio fiscal, como Alemania, incentivar su política industrial, mientras que debilitaría a los países que menos opción tengan de financiar dicha estrategia. Por eso, Grecia, Portugal y España, tres de los países que se verían claramente damnificados en caso de una política industrial fragmentada, hacen hincapié en el documento en que "el objetivo debe ser consolidar el número de iniciativas basadas en la experiencia para maximizar el impacto y garantizar la igualdad de condiciones en la UE".

"La aplicación con éxito de una política industrial global de la UE que beneficie a las empresas de todos los tamaños y promueva la transición ecológica y digital requiere una financiación específica y suficiente con cargo al presupuesto de la UE", explica una fuente diplomática, que, en todo caso, lo circunscribe al Marco Financiero Plurianual (MFP), el presupuesto de la Unión Europea que empezará a negociarse pronto de cara al periodo 2027 - 2034. "Esto es necesario para movilizar las enormes cantidades de inversiones privadas necesarias para alcanzar nuestros objetivos comunes, salvaguardando al mismo tiempo la igualdad de condiciones del mercado único de la UE y evitando cualquier carrera de subvenciones", añade la fuente.

Debate vivo

Originalmente, el documento que circularon las tres delegaciones dejaba espacio abierto para que otras delegaciones se sumaran a la nota informativa, pero finalmente ningún Estado miembro lo ha hecho. El debate está vivo y lo seguirá estando en las próximas semanas y los próximos meses, cuando se espera que Mario Draghi, ex primer ministro italiano y expresidente del Banco Central Europeo (BCE), emita un informe similar en objetivos al de Letta y en el que reclamará un cambio "radical" en el enfoque europeo.

La preocupación por la pérdida de competitividad y por la necesidad de diseñar una política industrial efectiva no es nueva. Desde 1950 y hasta 1970 los líderes europeos también estuvieron preocupados por ello, especialmente en los sectores del carbón, el acero, la electricidad y los ferrocarriles, que, no en vano, fueron algunos de los puntos clave en la integración europea temprana. Hubo en aquellos años muchas discusiones sobre cómo reducir la brecha entre Estados Unidos, Japón y Europa en algunas tecnologías, con una mayor intervención estatal y, en algunos aspectos, con perspectiva europea. Es en ese contexto en el que surge Airbus. Ahora son muchas las voces que piden dar un salto adelante cualitativo y cuantitativo, y que la Unión Europea responda al reto desde una perspectiva europea, con financiación común.

"Una Europa fuerte requiere una industria potente y, en la geopolítica actual, una industria potente requiere un nuevo enfoque para movilizar recursos públicos a escala de la UE junto con capital privado". Ese es el mensaje central que las delegaciones de España, Grecia y Portugal quieren transmitir en el Consejo de Competitividad e Industria que se celebra este viernes en Bruselas, proponiendo que se cree un instrumento europeo para financiar una política industrial a nivel de la Unión.

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