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El informe del FMI que revela cómo se está fragmentando el comercio mundial
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LOS NO ALINEADOS SALVAN LA GLOBALIZACIÓN

El informe del FMI que revela cómo se está fragmentando el comercio mundial

La guerra de Ucrania y la posterior política de bloques han puesto el comercio mundial patas arriba. Un informe elaborado por la élite de los economistas del FMI describe cómo los nuevos actores han salvado la globalización

Foto: La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. (EFE/EPA/Jim lo Scalzo)
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. (EFE/EPA/Jim lo Scalzo)
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¿Qué consecuencias está teniendo para el comercio mundial la creciente tensión geopolítica entre bloques? La respuesta la acaba de dar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, según sus estimaciones, ya se han producido "disminuciones significativas" tanto en los flujos comerciales como en los de inversión extranjera directa (IED). En concreto, según sus cálculos, desde la guerra de Ucrania las relaciones económicas entre bloques enfrentados han caído entre un 12% y un 20%.

Lo peor, sin embargo, puede ser lo que está por delante. El estudio considera que si bien la fragmentación de los intercambios comerciales "es todavía relativamente pequeña", el desacoplamiento entre los bloques geopolíticos rivales durante la Guerra Fría, es decir, EEUU y la UE, por un lado, y China y Rusia, por otro, sugiere que podría empeorar considerablemente si persisten las tensiones geopolíticas y se intensifican las políticas restrictivas del comercio.

Esto se manifiesta, por ejemplo, en que China ya no es el mayor socio comercial de EEUU. Su participación en las importaciones de bienes estadounidenses ha caído aproximadamente ocho puntos porcentuales en seis años, del 22% al 14% en 2023. La causa, lógicamente, tiene que ver con el incremento de los aranceles, que frenó las importaciones chinas. Pekín, de hecho, tampoco es ya un destino destacado para la inversión directa de EEUU en el mundo. Ha perdido posiciones frente a mercados emergentes como India, México y los Emiratos Árabes Unidos en el número de proyectos de IED anunciados.

El informe está avalado por algunos de los mejores economistas del FMI, liderados por Gita Gopinath, vicedirectora gerente y anteriormente responsable de su división de estudios. Su principal conclusión es que la desilusión por los beneficios desiguales del comercio, la fragilidad de las cadenas de suministro globales altamente especializadas, como se observó durante la pandemia, y las fricciones geopolíticas exacerbadas por la guerra en Ucrania están contribuyendo a repensar los compromisos con el libre comercio.

Se recuerda, por ejemplo, que en 2015 el gobierno chino anunció la iniciativa "Made in China 2025", con el objetivo de mejorar su industria manufacturera, reducir su dependencia de la tecnología extranjera y aumentar el contenido nacional de componentes y materiales básicos al 70% para 2025. Tres años más tarde, EEUU aumentó los aranceles sobre una amplia gama de importaciones procedentes de China, mientras que otras economías avanzadas y de países emergentes han tomado medidas en la misma dirección.

Un nuevo entorno geopolítico

El informe, sin embargo, aclara que, pese a los cambios en el entorno geopolítico, no hay señales de cambios significativos en la globalización medida como la relación entre el comercio mundial y el PIB. Lo que ha cambiado, por el contrario, son los flujos entre bloques, pero no tanto el volumen de comercio mundial. Desde que comenzó lo que se ha llamado hiperglobalización, en los primeros años 2000, el comercio de bienes respecto del PIB ha fluctuado entre un 41% y un 48%, si bien la inversión extranjera directa se ha contraído de forma relevante. De representar el 3,4% durante la crisis financiera, ha bajado hasta el 2,5%.

El análisis se centra en el comercio entre EEUU y China y confirma los efectos adversos que han tenido los aranceles, aunque la principal aportación del trabajo es que identifica que a consecuencia de las tensiones geopolíticas entre superpotencias han aparecido una serie de países que el FMI llama "conectores" que facilitan el comercio mundial y el funcionamiento de las cadenas de suministro.

Lo que está ocurriendo, sostiene el estudio, es que las cadenas de suministro (claves en una economía globalizada) se han ensanchado debido a la participación de nuevos países que antes no participaban en el comercio, lo que permite cerrar la creciente brecha entre bloques rivales. Turquía, por ejemplo, además de países del antiguo bloque soviético, estarían cumpliendo ese papel debido al bloqueo occidental a las exportaciones procedentes de Rusia, incluidas las materias primas. Esto hace, sostiene el artículo, que algunos países tengan incentivos para alinearse con un bloque u otro a fin de lograr beneficios económicos. Por decirlo de alguna manera, son naciones cada vez más necesarias para garantizar el funcionamiento del comercio mundial.

Lo que se preguntan los autores del estudio es por qué las economías no alineadas no intervinieron como conectores en la década de 1950 y lo están haciendo ahora. Y a la luz de los datos estadísticos llegan a la conclusión de que los países no alineados en la época de la Guerra Fría tenían una huella económica mucho menor. En 1950, Occidente y los bloques del Este, juntos, representaron aproximadamente el 85% del PIB mundial y más de la mitad de la población mundial. Los países no alineados eran en su mayoría economías en desarrollo, que recibieron ayuda exterior, asistencia técnica y equipamiento militar motivados por consideraciones geopolíticas

Las economías no alineadas de hoy están mucho más integradas en los mercados mundiales

Sin embargo, las economías no alineadas de hoy están mucho más integradas en los mercados mundiales. La relación comercio/PIB fue equivalente al 80% en 2019, el doble que en 1960. Mientras que el arancel promedio de la nación más favorecida fue del 12% en 2019, cuando hace seis décadas era del 40%. Por último, no contaban con alianzas comerciales, y ahora sí. Esto hace que los países no alineados podrían beneficiarse de una creciente fragmentación geoeconómica.

El telón de acero

La nueva Guerra Fría, en todo caso, como afirman los autores del estudio, está muy lejos de aquella que se inició después de que Churchill hablara del telón de acero. Esto es así porque la interdependencia comercial, tecnológica y, en general, económica o, incluso, cultural, entre países es mucho mayor hoy en día, ya que los costes del comercio han disminuido sustancialmente debido a la reducción de las barreras y al desmantelamiento gradual de los aranceles, además de las mejoras en el transporte marítimo y el avance en las tecnologías de la información, que favorecen los intercambios. Como resultado, el comercio, incluido el de servicios, se ha convertido en una parte mucho mayor de la actividad económica y la producción se comparte a través de cadenas de valor globales mucho más complejas ahora que hace setenta años.

Hay que tener en cuenta que al comienzo de la Guerra Fría (1947-1952), el comercio mundial de bienes representaba solo el 12% del PIB, mientras que en los últimos cinco años (2019-2023), la relación entre el comercio mundial de bienes y el PIB promedió aproximadamente el 44%. Incluyendo los servicios, el comercio superó el 60% del PIB mundial en 2022. En otras palabras, sostiene el trabajo, a pesar de los niveles extremos de fragmentación de los intercambios comerciales entre bloques durante la Guerra Fría, el comercio dentro de los bloques floreció reflejando políticas y avances tecnológicos que efectivamente redujeron los costos comerciales entre países del mismo bloque geopolítico.

Lo que sucedió durante aquella época fue que los esfuerzos para fomentar la integración comercial (dentro de los bloques) y las mejoras tecnológicas allanaron el camino para un aumento del comercio. Este proceso se aceleró una vez que los países del antiguo bloque del Este se unieron a la economía global. Ahora, el comercio y la inversión globales han sido resistentes, principalmente porque los flujos se han desviado a través de países conectores. Ellos habrían salvado el comercio y, por ende, la globalización.

¿Qué consecuencias está teniendo para el comercio mundial la creciente tensión geopolítica entre bloques? La respuesta la acaba de dar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, según sus estimaciones, ya se han producido "disminuciones significativas" tanto en los flujos comerciales como en los de inversión extranjera directa (IED). En concreto, según sus cálculos, desde la guerra de Ucrania las relaciones económicas entre bloques enfrentados han caído entre un 12% y un 20%.

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