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Los hombres utilizan de forma masiva todo el permiso de paternidad ampliado a 16 semanas
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Los primeros datos del impacto

Los hombres utilizan de forma masiva todo el permiso de paternidad ampliado a 16 semanas

Los padres han hecho un uso masivo de la equiparación de los permisos a las madres, la mayoría lo fraccionan para alargar el cuidado del bebé. Aun así, todavía persisten desigualdades laborales con las mujeres

Foto: Un padre lleva a su hijo al colegio. (iStock)
Un padre lleva a su hijo al colegio. (iStock)

Desde el año 2017 hasta 2021 se subieron aceleradamente los permisos de paternidad hasta igualarlos con los de maternidad con el objetivo de eliminar la penalización laboral que sufren las mujeres cuando tienen hijos. España se convirtió en uno de los países de la OCDE con mayor permiso remunerado a los padres, lo que generó una duda: ¿se cogerán los hombres una ausencia laboral larga que lastra las carreras de ellas? La duda ya está resuelta: han realizado un uso masivo de este nuevo derecho.

Así lo muestra un estudio publicado por EsadeEcPol a partir de los microdatos facilitados por la Seguridad Social. En todas las ampliaciones de los periodos de paternidad se ha producido un uso casi total del permiso. Actualmente, la duración media del permiso asciende a casi 15,5 semanas. Esto es, la gran mayoría de los padres trabajadores agota su prestación. Es importante señalar que los datos se refieren exclusivamente al Régimen General, es probable que los autónomos no hagan tal uso de la prestación.

Una de las cuestiones más relevantes que evidencia el estudio es que los hombres han ido perdiendo el miedo a disfrutar íntegramente de este derecho con el paso del tiempo. En el año 2019, el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó la primera gran extensión del periodo de paternidad, que pasó de cinco a ocho semanas. Sin embargo, el uso de este nuevo plazo fue parcial: en un primer momento, la duración media de la prestación apenas superó las seis semanas, lo que significa que los hombres renunciaban a la mitad de la subida aprobada. Sin embargo, hacia finales de ese año, la duración media ya estaba cerca de las ocho semanas.

En las subidas posteriores, el salto en la duración media del permiso ya ha sido abrupto. Por ejemplo, en 2020 se incrementó el permiso de 8 a 12 semanas, y la duración media escaló inmediatamente hasta las 11,5 semanas. Esto es, los padres de bebés que nacieron a partir del 1 de enero de ese año ya utilizaron íntegramente el permiso de paternidad de forma mayoritaria.

La normativa española tiene tres incentivos que empujan al uso masivo del permiso. El primero es que es intransferible, por lo que no se le puede pasar a la madre para no ahondar en la brecha de género. El segundo es que es fraccionable (con una parte inicial obligatoria para ambos progenitores), por lo que así se puede ampliar el periodo de cuidado del bebé. Y, tercero, porque la prestación está exenta de IRPF, por lo que los ingresos del trabajador suben considerablemente.

El estudio constata que la mayor parte de los padres fraccionan el permiso, algo que no hacen las madres. Esto es, cuando se reincorpora la madre al empleo, ellos empiezan la segunda parte de su permiso. Según el estudio, algo más del 50% de los padres fraccionan su periodo de paternidad. De media, hacen un primer periodo de baja de siete semanas (una más de las seis obligatorias) y, posteriormente, disfrutan de otras siete semanas adicionales cuando la madre se reincorpora al empleo.

El estudio constata que existen importantes diferencias en la duración media de la prestación por sectores y por territorios. En general, los padres que trabajan en sectores de mayor cualificación hacen un uso mayor del permiso con diferencias importantes. Además, en el sector público, el uso de este derecho es casi total. Por ejemplo, en los servicios públicos, la sanidad y la educación, la duración media del permiso supera las 15,6 semanas. Por el contrario, en la agricultura, la minería y las inmobiliarias, no llega a las 15 semanas. En medio se encuentran los servicios de alto valor añadido, como las profesiones TIC, las científicas o las técnicas, con permisos de paternidad de unas 15,5 semanas de media.

Esta diferencia es extensible a las comunidades autónomas. Las regiones en las que menos se utiliza este derecho son Extremadura, Castilla-La Mancha y Asturias, esto es, allí donde la agricultura y la minería tienen una participación elevada en el empleo. Por el contrario, en Navarra y La Rioja el uso de los permisos es más intensivo, superando las 15,5 semanas. Las autoras del estudio atribuyen estas diferencias a “características de los padres (por ejemplo, nivel educativo o renta) o bien a características de los empleos que ocupan y donde puede variar la aceptación o facilidad de fraccionar el permiso en varios periodos”.

“De todo esto concluimos que las extensiones de los permisos de paternidad han sido un éxito en cuanto a su aceptación por la amplia mayoría de la sociedad, como bien sugieren los datos de su utilización”, apuntan las autoras.

¿Se reduce la desigualdad laboral?

La evidencia económica internacional muestra que la verdadera brecha laboral entre hombres y mujeres se produce con la maternidad. La llegada del primer hijo provoca un frenazo en la carrera laboral de las madres que ya nunca se cierra. El Gobierno aprobó la equiparación de los permisos para romper este vínculo, pero, a pesar del uso masivo de este nuevo derecho, los resultados obtenidos son todavía parciales.

Así lo constata un estudio publicado por la Fundación Iseak tras los dos primeros años de equiparación de los permisos (2021 y 2022). Esta primera evidencia constata que la ampliación del derecho redujo en un 3% la probabilidad de los padres de seguir trabajando un año después. Sorprendentemente, también se redujo la probabilidad de las madres de seguir trabajando entre un 4 y un 6%. Esto significa que afectó de forma negativa al empleo de los padres sin beneficiar a las madres: “Lo cual puede coincidir con la hipótesis de que permisos de maternidad más largos no mejoran necesariamente el nivel de empleo de las mujeres”, escriben los autores del estudio, Imanol Lizarraga y Lucía Gorjón.

Sin embargo, este nuevo derecho generó un beneficio para las mujeres en forma de menor parcialidad en el empleo. En total, el número de madres que redujo su jornada laboral para cuidar al bebé fue un 8% menos, con el impacto que este fenómeno tiene en sus carreras profesionales. Además, esta caída en la reducción de jornada de las mujeres no afectó al horario de los padres. En consecuencia, los autores concluyen que “la brecha de género en la reducción de la jornada laboral asociada a la llegada de hijos se ha reducido ligeramente debido a la aplicación de esta política, si bien aún lejos de la paridad”.

Desde el año 2017 hasta 2021 se subieron aceleradamente los permisos de paternidad hasta igualarlos con los de maternidad con el objetivo de eliminar la penalización laboral que sufren las mujeres cuando tienen hijos. España se convirtió en uno de los países de la OCDE con mayor permiso remunerado a los padres, lo que generó una duda: ¿se cogerán los hombres una ausencia laboral larga que lastra las carreras de ellas? La duda ya está resuelta: han realizado un uso masivo de este nuevo derecho.

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