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No es la Superliga. Quien puede salvar al fútbol español de la decadencia es Hacienda
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UNA LEY BECKHAM NO APTA A FUTBOLISTAS

No es la Superliga. Quien puede salvar al fútbol español de la decadencia es Hacienda

La fiscalidad de los futbolistas españoles, que es igual a la del resto de contribuyentes, juega en desventaja respecto a otras ligas europeas

Foto: Florentino Pérez y Joan Laporta, conversan en un acto sobre la Superliga. (EFE/Mariscal)
Florentino Pérez y Joan Laporta, conversan en un acto sobre la Superliga. (EFE/Mariscal)
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Cuando a Robert Lewandowski le explicaron la fiscalidad española y que tendría que tributar por el patrimonio acumulado en su carrera, estuvo a punto de plantar al FC Barcelona, según fuentes jurídicas. Y, por ello, el fichaje se demoró a última hora, por renegociar el contrato con foco en la cifra neta. Una constante que deja en desventaja al fútbol español.

Real Madrid y FC Barcelona, tras recibir el aval del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), tratan de difundir el mensaje de que la creación de una Superliga será positiva para el fútbol español. Y que, en caso contrario, se enfrenta a una decadencia frente a los clubes Estado.

Los clubes financiados por Estados o fortunas de Oriente Medio son una realidad creciente, y que se plasmó en la victoria de la Champions por parte del Manchester City. Pero jeques y grandes fortunas adquiriendo clubes hay por todos lados. No puede ser la única explicación.

Hay otra que tiene que ver con algo tan sencillo como los impuestos que pagan los jugadores que llegan desde el extranjero —foráneos o locales que llegan, al menos, tras cinco años fuera—, y hay que señalar a Cristóbal Montoro y, actualmente, a María Jesús Montero. Cualquier club español soporta un coste mayor para pagar el mismo salario neto que un club inglés, francés, italiano, alemán o portugués.

Foto: Sala de audiencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE)

De hecho, fuentes fiscalistas aseguran que los asesores de los futbolistas ya les han inculcado que, con sus representantes, la negociación debe ser en neto. Esto supone una desventaja competitiva para los clubes españoles.

Además, en Madrid, Andalucía o Galicia se ha acrecentado con el Impuesto temporal de Solidaridad para las Grandes Fortunas (IGF), avalado por el Constitucional, y que ha llevado a estas comunidades a recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio. Se cierra así una desventaja que tenían clubes de otras comunidades —FC Barcelona respecto al Real Madrid, por ejemplo—, pero se agranda sobre Europa.

Dado que tienen salarios muy altos, se van al tipo marginal más elevado en IRPF, que oscila entre el 45,5% de Madrid y el 54% de Valencia

Los futbolistas que residen en España tributan como cualquier otro contribuyente. Dado que tienen salarios muy altos, se van al tipo marginal más elevado en IRPF, que oscila entre el 45,5% de Madrid y el 54% de la Comunidad Valenciana, con el 50% entre medias en Cataluña. Los ingresos por derechos también se computan en IRPF. Si se reduce la factura fiscal con sociedades, siempre y cuando sean operativas, hay riesgo de colisión con la Inspección de Hacienda, siempre y cuando no se traspase al menos el 75% de los ingresos a la base imponible del jugador como rendimientos del capital mobiliario.

En otros países hay regímenes especiales. En la Premier, el régimen fiscal para los futbolistas que residen en Reino Unido es de la tributación del 45% del salario, sin tributar por el patrimonio. Además, tributan solo un 17% de los ingresos por derechos de imagen, marcando una brecha con la realidad española para los futbolistas más importantes. En otros países la ventaja fiscal se agranda con la Liga. En Italia o Portugal se aplica el régimen de impatriados a los futbolistas; aunque, en este último país, 2024 podría ser el último año.

Foto: La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Martín)

Los futbolistas extranjeros que llegan al Calcio pagan, durante los cinco primeros años, un 30% de sus ingresos totales a Hacienda. El tipo se reduce al 10% en el sur de Italia. Quizás esto ayuda a explicar el auge reciente del Nápoles.

En Portugal, el tipo aplicando a los que se acogen a su régimen de impatriados es del 20%. En Francia, el 30% de los ingresos están exentos. Además, el 50% de los ingresos generados en el extranjero también, algo clave para los derechos de imagen.

En Alemania no hay régimen de impatriados al que acogerse, pero los futbolistas solo tributan por los derechos de imagen locales, con lo que cuando va algún jugador veterano a la Bundesliga que ya genera ingresos relevantes por esta vía, se libra de pagar impuestos a la Hacienda alemana por ello.

Foto: Florentino, en una asamblea de socios compromisarios del Real Madrid. (EFE/Fernando Alvarado)

Hace años, los futbolistas españoles tenían ventajas fiscales superiores a las de otros países. Y coincidió con un boom del fútbol español. El primer deportista galáctico en acogerse al régimen de impatriados fue el inglés David Beckham, y por ello se apodó la normativa con su apellido. Los contribuyentes acogidos a la norma tributaban al 24%.

Curiosamente, el régimen de impatriados se conoce como Ley Beckham, pero no aplica a los deportistas. Desde el principio fue polémico porque aunque se creó para atraer talento en todas las disciplinas, incluyendo científicos o artistas, sobre todo lo usaron los futbolistas. Desde Beckham a Cristiano Ronaldo, el último célebre caso en acogerse. El Gobierno de Rajoy, con Montoro como ministro, les excluyó definitivamente en 2014, aunque sin carácter retroactivo.

Entre medias, con Zapatero, hubo una reforma en 2010 que había excluido a los deportistas con salarios superiores a los 600.000 euros. Este año, bajo el liderazgo de Nadia Calviño, aunque desarrollada por Hacienda, se ha mejorado la Ley Beckham, pero manteniendo el veto a los deportistas.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Emilio Naranjo)

Algunas fuentes apuntan a que en su momento, dado que no había retroactividad, el Madrid solo se planteaba vender a Kaká y, en ningún caso, cederle, pese a que se especuló con ello. Si se iba al extranjero para volver después, habría perdido la ventaja fiscal y se habría disparado el coste bruto para el Real Madrid con su salario. O el jugador brasileño habría cobrado menos en neto.

Los futbolistas, por lo tanto, tributan entre un 45% y un 54% de su renta. A esto hay que sumar la tributación por el patrimonio. Para un jugador joven llegado de Brasil, como Vinicius o Rodrygo, puede no tener aún demasiado impacto. Para poder fichar a un veterano, como el caso de Lewandowski, es capital.

Foto: Desayuno informativo sobre la Superliga. (EFE/Mariscal)

El IGF creado para el Estado sirve como un mínimo de tributación por el patrimonio, que puede ser mayor si así lo decide algún gobierno autonómico. Pero como poco, se tributa un 1,7% por el patrimonio entre tres y cinco millones, un 2,1% para la cuantía entre cinco y 10 millones, y un 3,5% para cantidades superiores. Un mordisco que hace a cualquier futbolista veterano que ha acumulado riqueza replantearse su fichaje por la Liga española.

También en otros deportes. Fuentes fiscales señalan que el italiano Andrea Bargnani, ex NBA —donde había acumulado patrimonio— fichó por Baskonia y nada más convertirse en residente de Álava, estaba pensando en su salida. Duró seis meses, más otros dos negociando la rescisión.

Es decir, los fichajes de futbolistas extranjeros o los nuevos contratos firmados a partir de 2010 y, especialmente, tras 2014, suponen un coste de hasta un 100% más si se negocia el neto, algo que ya hacen casi todos los futbolistas con capacidad de exigir.

Para que el neto de impuestos siga siendo un millón, el Villarreal tendría que pagarle en bruto 2,8 millones, y el Atlético de Madrid, 2,4 millones

Haciendo un ejercicio simplificado para un futbolista que gana un millón de euros netos de impuestos —contando con IRPF y Patrimonio o IGF—, el club tendría que soportar un coste bruto de 1,32 millones anuales si se aplicara la Ley Beckham que funcionó entre 2005 y 2010.

Para que se quede en un millón neto ahora, el Valencia tendría que soportar un coste de más de dos millones, el FC Barcelona, de casi dos millones, y el Real Madrid, de 1,8 millones. Y esto suponiendo que sea un futbolista sin patrimonio acumulado.

Si es veterano y ha generado una fortuna de, por ejemplo, 15 millones, y sin derecho a deducciones relevantes —algo probable si viene del extranjero—, el jugador tendría que tributar 314.000 euros por su patrimonio. Para que el neto de impuestos siga siendo un millón, el Villarreal tendría que pagarle en bruto 2,8 millones, y el Atlético de Madrid, 2,4 millones. Cifras de coste mucho mayores a las que soportaría un club extranjero para pagar ese millón neto, algo que no evitará la Superliga.

Cuando a Robert Lewandowski le explicaron la fiscalidad española y que tendría que tributar por el patrimonio acumulado en su carrera, estuvo a punto de plantar al FC Barcelona, según fuentes jurídicas. Y, por ello, el fichaje se demoró a última hora, por renegociar el contrato con foco en la cifra neta. Una constante que deja en desventaja al fútbol español.

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