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Guardiola cumple el sueño de Abu Dabi: el City tumba al Inter y gana la Champions (1-0)
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11 años después

Guardiola cumple el sueño de Abu Dabi: el City tumba al Inter y gana la Champions (1-0)

Un solitario gol de Rodrigo Hernández en la segunda parte sirvió para que el conjunto inglés se adelantara en Estambul. Lautaro y Lukaku acariciaron el gol del empate, pero perdonaron

Foto: Rodri celebra el triunfo. (EFE/Tolga Bozoglu)
Rodri celebra el triunfo. (EFE/Tolga Bozoglu)

Más de 2.000 millones de euros gastados en jugadores y con más de 100 presuntos incumplimientos por Fair Play Financiero en la Premier League después, el Manchester City tumbó a un gran Inter de Milán en la final de la Champions League (1-0). Se completa el sueño de Emiratos Árabes Unidos y también de Pep Guardiola, que vuelve a tocar la plata de la Champions por primera vez desde que saliese del Barça. Eran 11 años sin hacerlo y ahora, por fin, cumple lo prometido en el Manchester City y añade su tercera Orejona a sus vitrinas. Un gol de Rodrigo Hernández en la segunda parte tras un pase a la red desde la frontal cuando peor lo estaba pasando su equipo decantó la balanza. Los italianos, que fueron superiores, tuvieron ocasiones claras de sobra en los pies de Lautaro Martínez y Romelu Lukaku para adelantarse y empatar la final de Estambul, pero perdonaron y lo pagaron muy caro.

El Inter de Milán sorprendió al Manchester City desde el principio. En el día clave y en el momento más importante de la temporada, a los jugadores del Manchester City les temblaron las piernas. Nunca había fallado el equipo de Pep Guardiola tantos pases sencillos en un partido de estas dimensiones. Los pupilos de Simone Inzaghi, capaces de vivir agazapados cerca de las faldas de su portero, André Onana, y de morder muy arriba a los ingleses, forzaron un primer tiempo de dudas, nervios, pocas ocasiones e igualdad máxima, a pesar de la diferencia de talento individual entre ambos equipos.

placeholder Lukaku falló tres ocasiones claras. (Reuters/Molly Darlington)
Lukaku falló tres ocasiones claras. (Reuters/Molly Darlington)

Después de un golpeo demoledor de Bernardo Silva, fruto de una jugada individual, el Inter de Milán limitó el poderío ofensivo del Manchester City. La falta de finura en el pase de los ingleses, unido a la excelente defensa del rombo citizen y los saltos para presionar de los centrales italianos, anuló el plan de Guardiola. El Inter de Milán se estiró y miró a los ojos al Manchester City. Y casi pesca en río revuelto, cuando los ingleses encontraban incógnitas a cada paso.

El Inter maniató al City

Rodri Hernández sufrió en los duelos individuales ante la presión de Barellà, Di Marco, Dumfries y Brozovic y no logró encontrar a De Bruyne ni Bernardo Silva. Mucho menos a Erling Haaland, aislado arriba. Las pérdidas brotaron tras pases sencillos de los ingleses. Un disparo de Brozovic, un malentendido entre Ederson y Ruben Dias que estuvo cerca de costar muy caro y el aviso de Haaland tras una diagonal endiablada que se topó con Onana.

placeholder De Bruyne, como en 2021, no acabó la final. (EFE/Tolga Bozoglu)
De Bruyne, como en 2021, no acabó la final. (EFE/Tolga Bozoglu)

Dumfries tuvo una llegada muy clara, pero se durmió en los laureles con todo a favor. Algo similar le sucedió a Lautaro Martínez, al que siempre le sobró un toque o le faltó una pizca de decisión. A la media hora, con el Manchester City siendo un manojo de nervios, el equipo inglés se quedó sin uno de sus futbolistas más decisivos, De Bruyne. El belga no pudo seguir y entró Foden en su lugar. No sucedería nada más hasta el descanso y el Inter, que había forzado la peor versión del Manchester City, solo lamentaba no tener más potencia ofensiva en el último tercio del campo.

Lautaro y Lukaku no estuvieron a la altura

La segunda parte empezó como terminó la primera, con la afición del Inter inundando de cánticos Estambul y el árbitro del encuentro, Marciniak, sin ver dos faltas claras del Manchester City. Los italianos robaron y corrieron, pero la luz se apagaba en el último tercio del campo. Çalhanoğlu y Dumfries fallaron con todo a favor, otra vez. También Lautaro Martínez, incapaz de aprovechar el enésimo error entre Akanji y Ederdon. En el minuto 57, Lukaku entró por Dzeko, lesionado. Con Haaland peleado con la pelota y Acerbi y Darmián, Guardiola dio ánimos al noruego. Estaba desconectado y alicaído.

placeholder Barellà protesta una falta. (EFE/Sedat Suna)
Barellà protesta una falta. (EFE/Sedat Suna)

En el minuto 68, en el peor momento del Manchester City, una jugada por la banda derecha terminó con Rodrigo Hernández ajustando la pelota como si de un pase a la red se tratara. El Manchester City se adelantó y, nada más reanudarse el partido, el Inter pudo empatar, pero Lukaku taponó el cabezazo de Di Marco. Al contragolpe, el belga amenazó con poner las tablas en el marcador..., pero su disparo se fue blando al medio.

El Manchester City respiró, tocando con sentido y precisión casi por primera vez en toda la final. Ahí nació una ocasión clara para Foden que Onana detuvo al filo de la navaja. El canterano inglés tuvo en sus botas sentenciar el encuentro en unos minutos finales agónicos. No tuvo la determinación suficiente y dio una vida extra al Inter de Milan. Los ingleses se disiparon, sin lograr protegerse con la pelota. A través del centro lateral, Lukaku se encontró un remate franco, donde solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red, pero la envío al medio y Ederson la despejó a córner. Fue la última ocasión clara de un Inter que murió de pie, siendo mejor y pagando caro la poca dinamita ofensiva de sus delanteros. Guardiola vuelve a sonreír tras alzar la Champions en 2011.

Más de 2.000 millones de euros gastados en jugadores y con más de 100 presuntos incumplimientos por Fair Play Financiero en la Premier League después, el Manchester City tumbó a un gran Inter de Milán en la final de la Champions League (1-0). Se completa el sueño de Emiratos Árabes Unidos y también de Pep Guardiola, que vuelve a tocar la plata de la Champions por primera vez desde que saliese del Barça. Eran 11 años sin hacerlo y ahora, por fin, cumple lo prometido en el Manchester City y añade su tercera Orejona a sus vitrinas. Un gol de Rodrigo Hernández en la segunda parte tras un pase a la red desde la frontal cuando peor lo estaba pasando su equipo decantó la balanza. Los italianos, que fueron superiores, tuvieron ocasiones claras de sobra en los pies de Lautaro Martínez y Romelu Lukaku para adelantarse y empatar la final de Estambul, pero perdonaron y lo pagaron muy caro.

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