Bañuelos se acoge a la ley Beckham y regresa a España de la mano de Cuatrecasas

El anuncio del Gobierno de Portugal de que se plantea eliminar las exenciones fiscales a los extranjeros ha alterado el plan de jubilación de muchos ejecutivos españoles, la mayoría procedentes de bancos como el Santander o Telefónica. Otros se habían refugiado en Londres, donde también gozaban de un tratamiento tributario muy beneficioso. Sin embargo, el aumento de los impuestos en Reino Unido aprobado por el nuevo primer ministro, Rishi Sunak, ha hecho que algunos hayan decidido volver a España, como Enrique Bañuelos, uno de los reyes del ladrillo de la burbuja inmobiliaria de principios de siglo.

Según han confirmado distintas fuentes, Bañuelos, que llevaba 14 años viviendo en Londres, se ha instalado en Madrid como residente fiscal. El empresario valenciano, que se dio a conocer por el éxito y posterior caída de la promotora inmobiliaria Astroc, se ha vuelto a vivir a España, donde hasta la fecha solo pasaba pequeñas temporadas. Entre su casa en la capital y su castillo en Mallorca. La mayoría del año, al menos 183 días, estaba en Londres, donde ha vivido los últimos 14 años en uno de los mejores barrios de la capital británica. Ahora, desde Madrid, quiere dirigir sus ambiciosos proyectos en Cabo Verde y San Marino.

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Durante los siete primeros años, Bañuelos pagó cero libras esterlinas como residente fiscal en Reino Unido por los rendimientos del trabajo y su patrimonio. Los últimos siete abonó una cantidad fija y creciente, en cualquier caso muy inferior a lo que hubiera tenido que desembolsar en España. Sin embargo, el cambio de régimen impositivo, tanto personal como de sociedades, aprobado por Sunak para mejorar las cuentas pos-Brexit, ha llevado al inversor a regresar a Madrid.

Cuatrecasas ha sido el bufete encargado de ordenar la repatriación fiscal de Bañuelos, que se ha podido acoger a la denominada comúnmente ley Beckham o ley para impatriados para instalarse de nuevo en España. Esto es posible porque el empresario ha estado más de 10 años fuera del país. Para ello, los asesores fiscales le han creado una sociedad de la que es administrador, cargo por el que tendrá pagar un máximo del 24% en concepto de impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) hasta los primeros 600.000 euros.

Pero, sobre todo, este régimen especial para trabajadores desplazados, como realmente se llama, permite a las personas que se acogen a esta normativa no tributar por los dividendos o ganancias patrimoniales que tengan en el extranjero. Cláusula que beneficia a aquellos inversores que, habiendo vivido en el Reino Unido o Portugal, tengan sus sociedades en países como Singapur, Hong Kong o cualquiera de las islas británicas del canal de la Mancha, como Jersey o Guernsey, donde la presión fiscal es prácticamente nula.

El efecto llamada de la ley Beckham podría también atraer a numerosos directivos españoles que optaron por irse a vivir a Comporta

El efecto llamada de la ley Beckham podría también atraer a numerosos directivos españoles que, cuando se acogieron a los planes de prejubilación o bajas incentivadas en grandes empresas del Ibex, optaron por irse a vivir a Comporta, la ciudad próxima a Lisboa que se convirtió en el refugio de lujo de muchas estrellas mediáticas. Especialmente porque tributaban al 0%, en lugar de al 19% que hubieran tenido que pagar en España por sus millonarias pensiones.

Los nuevos portugueses

Entre los nacionales que se instalaron en el país vecino se encontraban José Luis Gómez Alciturri, que trabajó en Banco Santander durante 40 años y que en su última etapa ocupó el puesto de director general de Recursos Humanos. También Enrique García-Candelas, que fue director general y máximo responsable de la red de oficinas del banco en España.

Un caso similar al de José Manuel Tejón, que como Alciturri y García-Candelas superaba con amplitud los 60 años de edad cuando emigró a Portugal. Tejón era director general e interventor de Banco Santander, un puesto de muchísima responsabilidad, por el que más de una vez tuvo que dar la cara en nombre del banco en los tribunales. Todos ellos se fueron hace más de cinco años a Lisboa, por lo que ahora que han perdido el régimen especial luso podrían volver a España.

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Asimismo, en Comporta se compró una mansión Eduardo Taulet, exdirectivo de Telefónica, Airtel (hoy Vodafone) y después presidente de Yoigo. Taulet, al que el fondo británico Cinven nombró presidente de Lyntia, se fue el pasado año a Como (Italia), donde aún encontró mejor tratamiento fiscal a su patrimonio.

El último de los españoles que se establecieron en Portugal tras recibir una indemnización millonaria es Ramiro Sánchez de Lerín, el que durante 16 años fue secretario del consejo de Telefónica. Un directivo que percibió 11 millones de euros de compensación cuando José María Álvarez-Pallete le relevó de su puesto tras acceder a la presidencia. Sánchez de Lerín tendrá que volver pronto a España a declarar en diciembre por el juicio de Rodrigo Rato, donde la compañía de telecomunicaciones es responsabilidad civil subsidiaria. Motivo por el cual ha tenido que poner un aval de seis millones de euros en nombre de su ex ejecutivo.