Es noticia
Proceso 1001, los 20 años de cárcel a Camacho que le salieron caros a la dictadura
  1. Economía
EXPOSICIÓN EN LA BIBLIOTECA NACIONAL

Proceso 1001, los 20 años de cárcel a Camacho que le salieron caros a la dictadura

50 años. Este es el tiempo que ha pasado desde que el TOP condenó a 10 dirigentes de CCOO a 161 años de cárcel. La condena levantó dentro y fuera de España una ola de solidaridad y aceleró el fin de la dictadura

Foto: La exposición 'Para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora'. (EP)
La exposición 'Para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora'. (EP)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

En 1973, hace ahora medio siglo, acabó la guerra de Vietnam con los acuerdos de París; Salvador Allende fue expulsado del poder por un golpe de Estado cruento de los militares, y Perón regresó a Argentina tras 18 años en el exilio, abriendo la puerta a una nueva dictadura.

También en septiembre de aquel año estalló la guerra de Yom Kipur, que provocó una formidable crisis petrolífera como nunca antes había visto la humanidad. Richard Nixon, mientras tanto, juraba su segundo mandato, del que sería desalojado un año más tarde a causa del Watergate. Y también en 1973, George Foreman derrotó a Frazier en una de las peleas más brutales de la historia moderna del boxeo por el campeonato mundial del peso pesado, mientras que Elvis Presley celebró su primer concierto en Hawái, emitido vía satélite para medio planeta y que fue más visto que el aterrizaje del Apolo XI en la luna.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí.

El año se cerró en España con el asesinato de Carrero Blanco, sucesor natural del dictador, nombrado presidente del Gobierno apenas cuatro meses antes del magnicidio. El Atlético de Madrid ganó la liga y Eddy Mercks hizo lo propio en la Vuelta a España. El país vivía los últimos coletazos del desarrollismo y, sobre todo, el turismo se había consolidado como la primera industria nacional, junto al automóvil, gracias a los bajos salarios y la estabilidad política que ofrecía la dictadura.

Pero también algo importante estaba ocurriendo extramuros del poder. Los cambios sociales y económicos estaban creando las condiciones objetivas para que emergiera una nueva correlación de fuerzas en las fábricas, en los tajos, donde los obreros comenzaban a reclamar algo tan básico como poder negociar sus condiciones de trabajo y su salario.

Entrismo sindical

Lo que estaba cambiando en el ámbito sindical tenía mucho que ver con una decisión política tomada en la clandestinidad. El PCE había dado orden de entrismo en los sindicatos verticales. O lo que es lo mismo, la nueva estrategia pasaba por empezar a ocupar un espacio político propio. Julián Ariza, uno de los fundadores de CCOO, lo contó hace algún tiempo en este periódico: “Lo que pasó es que a partir de 1957, yo mismo fui elegido [enlace sindical] y la gente comenzó a participar en las elecciones, lo que se vio reforzado con la ley de convenios colectivos de 1958. A partir de 1962, y tras la huelga minera de Asturias, es el partido quien lanza la idea de que hay que crear Comisiones Obreras. Fue entonces cuando Camacho me dice: 'Julián, hay que crear Comisiones Obreras', y yo vi que era una consigna, y a eso nos dedicamos”.

placeholder Libro 'Proceso 1001. El franquismo contra Comisiones Obreras'. (Archivo CCOO)
Libro 'Proceso 1001. El franquismo contra Comisiones Obreras'. (Archivo CCOO)

Las comisiones obreras, en minúscula, sin embargo, tendrían que esperar una década para dar el gran salto mediático, que se diría hoy. Tuvo que ser la detención de su cúpula, en el convento de los Oblatos, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), lo que consumó un hecho histórico.

El 24 de junio de 1972, la policía irrumpió en el convento cuando la reunión ya había finalizado y los asistentes, de forma tan ordenada como sigilosa, se retiraban de las instalaciones. Hay quien lo achaca a un chivatazo desde dentro de la organización, pero la versión más probable es que hubiera alguna fuga de seguridad. Alguien se equivocó y se dejó seguir por la policía.

Foto: El fundador de CCOO, Marcelino Camacho, junto a su mujer, Josefina Samper en 2008. Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Lo que separa a Marcelino Camacho de Andrea Levy
Carlos Sánchez

Lo relevante, sin embargo, es que 10 dirigentes de CCOO fueron detenidos, entre ellos Marcelino Camacho, de profesión mecánico-fresador y de “mala conducta social”, como reza la sentencia que lo condenó a dos décadas de cárcel. Lo acompañaron Nicolás Sartorius Álvarez de Bohórquez, también con mala conducta social, Eduardo Saborido, Fernando Soto, Francisco Acosta, Miguel Ángel Zamora, Pedro Santisteban, Juan Muñiz Zapico, Luis Fernández Costilla y Francisco García Salve, que además de tener mala conducta social, según el fallo del Tribunal de Orden Público, y de ser “insolvente”, como reza la sentencia, era sacerdote, el célebre cura Paco de los tiempos de la Transición.

Asesinato de Carrero

La sentencia lleva la firma del magistrado Mateu Canovés, muy conocido en los ámbitos de la represión judicial, como presidente del tribunal, y también está suscrita por los magistrados Redondo Salinas (ponente) y Méndez Rodríguez. Fue publicada el 27 de diciembre de 1973, apenas siete días después del asesinato de Carrero Blanco, y hay pocas dudas de que su dureza está empapada de aquel contexto político. El juicio que se iba a celebrar en las Salesas, de hecho, se suspendió temporalmente aquella mañana ante el asesinato de Carrero (09:27 horas).

placeholder Manifestación contra el estado de excepción y a favor de la democracia. (Archivo CCOO)
Manifestación contra el estado de excepción y a favor de la democracia. (Archivo CCOO)

La dictadura necesitaba dar un escarmiento y lo más fácil —y eficaz— era condenar de forma ejemplarizante. A Camacho y Saborido, a cada uno, les cayeron 20 años; a Sartorius y el cura Paco, 19 años, mientras que Muñiz Zapico fue condenado a 18 años. Para el resto, las penas oscilaron entre 12 y 17 años, lo que da idea de lo que buscaba el franquismo en unos momentos en que una nueva generación de españoles que no había vivido la Guerra Civil anhelaba la democracia. En total, 161 años de cárcel, cuatro meses y cuatro días para los 10 condenados.

Entre los abogados defensores, letrados muy conocidos, como el exministro de Educación Joaquín Ruiz-Giménez, represaliado tras los sucesos estudiantiles de 1956, además de Cristina Almeida, Paquita Sahuquillo, Enrique Barón o José María Gil-Robles, recientemente fallecido.

La sentencia, de la que se cumplen 50 años, no tiene desperdicio y fue contestada en la calle con saltos y manifestaciones

La sentencia, de la que se cumplen 50 años, leída a los ojos de hoy, no tiene desperdicio y fue contestada en la calle con cientos de saltos y manifestaciones. También en el extranjero, donde las embajadas españolas fueron atacadas por una condena que se consideró a todas luces desorbitada. La idea fundamental de la sentencia es que los sindicalistas buscaban “la mutación por la fuerza de la vigente estructura estatal”, lo cual era una verdad a medias. Es cierto que se buscaba pasar de una dictadura a una democracia, que supone tener sindicatos libres, pero la fuerza, como era obvio, la ponía el régimen. Aquella reunión fue tan pacífica que se celebró en un convento.

Acabar con la dictadura

El encuentro en el que fueron detenidos los dirigentes de CCOO había sido cerrado con semanas de antelación, y como corresponde a una reunión clandestina, era fundamental llegar a la hora. Ni un minuto antes ni un minuto después. Y la propia sentencia afina esta idea, matizando que los convocados llegaron entre las 11:30 de la mañana y las 12:15, de uno en uno y sin cruzar palabra, para no infundir sospechas. Lo que se discutía no era una acción violenta, sino abrir un debate sobre la unidad sindical. La excusa que se dio a los curas oblatos era la de siempre en unos momentos en que parte de la Iglesia colaboraba con los movimiento de izquierda para tumbar la dictadura. La excusa fue que allí se iba a discutir acerca de cuestiones religiosas y sociales. Lo que se incautó la policía “entre la una y la una y media”, como precisa la sentencia, fueron “tres ejemplares”, se supone que de una ponencia encabezada con la palabra “Proyecto”.

Foto: Protesta convocada por CCOO, UGT y CSIF contra la gestión en atención primaria en Andalucía. (EFE/Julio Muñoz)

El escrito, de 11 folios divididos en 22 apartados, se asienta, como dicen los magistrados del TOP, en una premisa: “El proceso histórico por el que atraviesa nuestro país se caracteriza fundamentalmente por ser el de la liquidación de un Régimen político [en mayúsculas]”. Y a continuación decía, como subrayan los magistrados del Tribunal de Orden Público: “Es una necesidad imperiosa y urgente… acabar con la dictadura”. Tres años más tarde (estamos en 1972) moriría Franco y cinco años después se celebrarían las primeras elecciones democráticas desde la Guerra Civil. No estaban tan desencaminados los 10 sindicalistas del convento de los Oblatos.

Camacho, Sartorius y Muñiz Zapico Juanín salieron de la cárcel el 30 de noviembre de 1975 tras el indulto real concedido después de la llegada al trono del rey Juan Carlos. “Sírvase poner en libertad definitiva aplicación indulto 25 de noviembre actual penados Eulogio Marcelino Camacho Abad Nicolás Sarorios Álbarez [sic] de Bohórquez y Juan Marcos Muñiz Zapico causa 1001 mil novecientos setenta y dos Juzgado Orden Público uno”, rezaba el telegrama enviado por el presidente del TOP al director de la cárcel de Carabanchel. Comenzaba el principio del fin del régimen. Aquella reunión sirvió para algo.

Este jueves se ha inaugurado una exposición en la Biblioteca Nacional recordando lo que sucedió en aquellas fechas. Inicialmente, la iba a inaugurar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero finalmente no ha acudido por su viaje a China.

En 1973, hace ahora medio siglo, acabó la guerra de Vietnam con los acuerdos de París; Salvador Allende fue expulsado del poder por un golpe de Estado cruento de los militares, y Perón regresó a Argentina tras 18 años en el exilio, abriendo la puerta a una nueva dictadura.

CCOO Sindicatos Francisco Franco Dictadura
El redactor recomienda