Construcción y sanidad acaparan las licitaciones de los fondos europeos

La dificultad para hacer un seguimiento de la ejecución de los fondos europeos en España está llevando a los expertos a buscar vías alternativas para lograr la información que no da el Ministerio de Hacienda. Una de las vías es realizar un seguimiento de las convocatorias realizadas por las diferentes administraciones públicas con cargo a los recursos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) y al React EU. Manuel Hidalgo, investigador de EsadeEcPol, ha creado un algoritmo para recopilar todas las convocatorias de licitaciones publicadas y así poder hacer un seguimiento del uso de estos recursos y su destino. El informe con los resultados, publicado junto con EY Insights, muestra que durante esta primera fase de ejecución la mayor parte de los recursos se ha canalizado a través de ADIF para construir y mejorar infraestructuras ya existentes.

Hay dos características que determinan estos primeros meses de acción de las administraciones públicas. La primera es que el Gobierno ha acelerado la ejecución de los fondos a través del segmento de la Administración que más acostumbrada está a licitar: las empresas públicas de infraestructuras. La segunda es que se están acelerando proyectos que ya existían previamente y que tienen escaso o nulo poder transformador de la economía española. Esto es, el Gobierno ha hecho más de lo mismo para dar un acelerón inicial a la ejecución de los fondos ante la previsión, finalmente cumplida, de que no se iban a cumplir los plazos que se fijó el Ministerio de Economía.

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Con datos hasta el 28 de febrero (la mayor parte de estas convocatorias ya están cerradas y adjudicadas, aunque una parte se quedaron desiertas) las administraciones públicas habían licitado algo menos de 5.000 millones de euros. La mayor parte de estos recursos se pusieron en marcha a través de empresas públicas con una presencia mayoritaria de ADIF, la empresa que gestiona la infraestructura ferroviaria estatal. En concreto, ADIF ejecutó casi el 50% de las licitaciones públicas durante el primer año de los fondos europeos, con una suma que alcanza los 2.439 millones de euros.

Solo ADIF ha licitado casi el doble de recursos que toda la Administración central. Entre las obras que se han realizado se encuentra la instalación de pantallas táctiles o equipos de megafonía en las estaciones. Obras, todas ellas, que tienen un valor testimonial o incluso nulo a la hora de mejorar la productividad de la economía española o de transformar el modelo productivo.

Por debajo de ADIF, y muy lejos de esta, se sitúan otras empresas públicas como Tragsa, Renfe o Incibe, y también entidades autonómicas como Serveis Ferroviaris de Mallorca o la Empresa Municipal de Transportes de Valencia. En cualquier caso, la primera de ellas, Tragsa, apenas había licitado 93 millones de euros.

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Estas licitaciones de ADIF han permitido al Gobierno salvar la fotografía de la ejecución de los fondos europeos que estaba estancada. De hecho, más de la mitad de las licitaciones salió entre noviembre y febrero. La presión política, social y mediática por acelerar el gasto de los fondos está generando un incentivo a priorizar la rapidez de la ejecución por encima de la eficiencia económica. El último informe de seguimiento de los fondos europeos de la CEOE advierte de que “una parte de las inversiones se está dirigiendo a licitaciones con un cierto enfoque estático, en las que puede cuestionarse su efecto transformador”. Y culmina: “Es necesario subrayar la importancia de que las licitaciones de contratos públicos vayan dirigidas a proyectos con un enfoque transformador a fin de evitar un segundo Plan E”.

De los casi 5.000 millones licitados hasta el final de febrero, 1.500 millones se destinaron a servicios de transporte por vía terrestre (la mayor parte ferrocarril), otros 1.300 millones a construcción y 440 millones adicionales a construcción de carreteras, aeropuertos y otras infraestructuras. En definitiva, viejos conocidos de la inversión pública española en un capital físico del que el país ya está bien dotado.

Si se observa la licitación por grandes áreas de gasto, casi la totalidad está destinada a la construcción de infraestructuras de transporte y a sanidad. Los fondos destinados a la transición hacia energías limpias, mejora del medio ambiente o la inversión industrial son residuales entre las licitaciones.

CEOE pone como ejemplo en el plano de las subvenciones el programa Kit Digital, del Ministerio de Economía, destinado a fomentar la digitalización en las pymes. En su opinión, “debería ser la referencia para el resto por encima de iniciativas continuistas o recurrentes que ya se ponían en marcha en años anteriores”. Es previsible que a medida que avance la ejecución de los fondos europeos entren en funcionamiento licitaciones con mayor capacidad transformadora para la economía española. El objetivo último de la Comisión Europea no es instalar pantallas táctiles en las estaciones de tren, sino conseguir una mejora en el modelo productivo español.