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Bruselas propone compras conjuntas de gas para un futuro y solo en caso de emergencia
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CRISIS ENERGÉTICA

Bruselas propone compras conjuntas de gas para un futuro y solo en caso de emergencia

La Comisión presenta una propuesta descafeinada respecto a la del Gobierno de Sánchez: solo se podrá recurrir a esta opción en casos de desabastecimiento, pero no de subida de precios

Foto: Una planta de gas natural. (Reuters/Angus Mordant)
Una planta de gas natural. (Reuters/Angus Mordant)

Las bases del mercado del gas permanecerán inalteradas, las compras conjuntas tendrán carácter voluntario y solo se podrán hacer en caso de emergencia. De momento, habrá que esperar. No es lo que pedía España, que llegó a amenazar con salirse del marco europeo y establecer sus propios precios de la electricidad si Bruselas no actuaba. Pero al menos es un avance, aunque sea limitado, en respuesta a las reivindicaciones del Gobierno de Pedro Sánchez, que, junto a Francia, Grecia, República Checa y Rumanía, había demandado en las últimas semanas un mayor compromiso europeo ante la crisis energética.

La Comisión ha recogido el guante y, aprovechando su nuevo paquete de medidas para la descarbonización, ha presentado este miércoles una propuesta que autoriza a los Estados miembros a formar alianzas para realizar compras conjuntas de gas. Estas tendrán carácter voluntario, por lo que los países que se oponen a la fórmula, liderados por Alemania, no tendrán que ir al mercado junto a sus socios europeos. Y solo se podrán realizar en casos de urgencia, básicamente para evitar cortes de suministro. Fuentes comunitarias han explicado en los últimos días que un escenario como el actual, por ejemplo, no reuniría las condiciones necesarias para poder hacer uso de este mecanismo, cuyo empleo sería el "último recurso" cuando existiese un problema ya no de precios, sino de suministro.

El paquete de propuestas inicial de España, mucho más ambicioso, fue paralizado en el Consejo Europeo de finales de octubre por la negativa de los países del centro y del norte de Europa, liderados por la entonces canciller Angela Merkel. La Comisión Europea tampoco compartía la necesidad de tomar grandes medidas, asegurando que el aumento de los precios es temporal. El bloque liderado por Alemania mantiene la negativa a los distintos movimientos del Gobierno español y del francés por impulsar modificaciones de calado, que han continuado después en las reuniones de ministros de Energía.

El paquete de propuestas inicial de España, mucho más ambicioso, fue paralizado en el Consejo Europeo de finales de octubre

Una de las concesiones que España obtuvo en aquella cumbre de octubre fue que la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) hiciera un análisis del mercado energético y las propuestas españolas, un movimiento que se le ha vuelto en su contra, ya que el informe preliminar de la ACER ha dado la razón al bloque de Alemania, asegurando que las reformas propuestas pondrían en riesgo el suministro.

La otra concesión que obtuvo Sánchez fue que en las conclusiones se encargara a la Comisión que considerara "rápidamente medidas a medio y largo plazo que contribuyan a la energía a un precio asequible para los hogares y las empresas, aumenten la resiliencia del sistema energético de la UE y el mercado interior de la energía, proporcionen seguridad de suministro y apoyo la transición a la neutralidad climática, teniendo en cuenta la diversidad y especificidad de las situaciones de los Estados miembros".

Es por eso que, la Comisión da un paso adelante, más a modo de cesión menor o medida blanda a las reclamaciones de Madrid o París que como una acción efectiva en un momento en el que las reservas de gas se encuentran en sus niveles más bajos en la última década y sus futuros cotizan en máximos históricos en la Bolsa de Ámsterdam, por encima de los 100 euros.

Foto: Gaseoducto europeo. (EFE/Darek Delmanowicz)

El objetivo del Bruselas es que las compras conjuntas, de producirse, generen un mercado "más resiliente" que reduzca la volatilidad actual, según recoge la Comisión en una nota de prensa. En otras palabras: depender menos de los caprichos del presidente ruso, Vladimir Putin, y los sátrapas del norte de África.

Para ello, se autorizan las compras conjuntas que permitan generar reservas comunes entre los diferentes países europeos, mejorando la interconexión de la red. Esto reduciría, por ejemplo, la dependencia de España del gas de Argelia. Si los argelinos cerrasen el grifo, nuestro país podría, en el caso de que la situación llegase a ser crítica, tener acceso a las reservas estratégicas compartidas con otros Estados vecinos, ya que la intención de la Comisión es que la resiliencia del sistema se organice por regiones. Siempre dentro de las reglas de competencia, aclara la nota.

Según la propuesta de Bruselas, los países que quieran iniciar una operación conjunta de adquisición de gas tendrán que avisar al resto de socios y a la Comisión, y posteriormente serán los operadores y transportistas eléctricos (TSO, por sus siglas en inglés), como Red Eléctrica en España, los que asumirán la operación.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (i), interviene en la sesión de control al Gobierno celebrada en el Congreso de los Diputados en Madrid este miércoles. (EFE/Javier Lizón)

La comisaria de Energía, Kadri Simon, ha afirmado este miércoles en la rueda de prensa de presentación del plan que la nueva medida recoge las demandas de algunos Estados miembros, entre los que se encontraría España, y que permitirá aumentar la coordinación del stock de gas para "no dejar a nadie atrás". Bruselas, pretende, así, conjurar el miedo a un desabastecimiento en Europa ante un invierno que se prevé especialmente duro.

Sin embargo, la medida no cambia las bases del sistema y las fuentes insisten en que en este escenario todavía no se cumplirían las condiciones para poder hacer uso de la herramienta. El peso principal de las compras seguirá recayendo en los Estados, y ninguno estará obligado a acudir al mercado junto a otros socios para generar reservas compartidas. Es decir, la propuesta de Bruselas se dibuja como un complemento al modelo actual a medio y largo plazo, pero en ningún caso pretende sustituirlo, y además, la ausencia de países como Alemania, que han mostrado sus dudas respecto a esta propuesta, resta capacidad negociadora y de compra del grupo de países que participen en el esquema.

El Consejo Europeo de este jueves abordará el debate energético, pero no se espera que haya ningún avance concreto

En las últimas horas, ninguna voz destacada del Gobierno español ha salido a celebrar la noticia. Solo la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sugirió tras el Consejo de Ministros de este martes que la Comisión presentaría una propuesta en esta línea, y tampoco se ha destacado en los círculos políticos y diplomáticos de Bruselas, donde la propuesta ha pasado por debajo del radar, con la atención puesta en un nuevo debate energético que celebrarán los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión este jueves y de la que no se espera que salga nada concreto, aunque las fuentes insisten en la necesidad de mantener la "presión" sobre el asunto.

La medida se enmarca dentro del paquete conocido como Fit for 55, que pretende reducir en un 55% las emisiones de gases contaminantes para 2030, y cuya primera fase ya fue presentada el pasado julio. Además del apartado dedicado a las compras conjuntas, el Ejecutivo comunitario propone que los contratos a largo plazo de gas natural fósil no se puedan extender más allá de 2049, una estrategia para la reducción de las emisiones de metano y un fuerte impulso del hidrógeno en las próximas décadas.

Las bases del mercado del gas permanecerán inalteradas, las compras conjuntas tendrán carácter voluntario y solo se podrán hacer en caso de emergencia. De momento, habrá que esperar. No es lo que pedía España, que llegó a amenazar con salirse del marco europeo y establecer sus propios precios de la electricidad si Bruselas no actuaba. Pero al menos es un avance, aunque sea limitado, en respuesta a las reivindicaciones del Gobierno de Pedro Sánchez, que, junto a Francia, Grecia, República Checa y Rumanía, había demandado en las últimas semanas un mayor compromiso europeo ante la crisis energética.

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