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La escalada del gas y el petróleo provoca el mayor déficit energético en siete años
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La escalada del gas y el petróleo provoca el mayor déficit energético en siete años

España se gastó en agosto 4.400 millones en comprar combustibles y electricidad. El déficit energético ascendió a 2.200 millones y supone seis de cada 10 euros del déficit comercial

Foto: Imagen de una plataforma petrolífera en China. (EFE)
Imagen de una plataforma petrolífera en China. (EFE)

La economía española es una de las más vulnerables a la subida del precio de la energía. Lo es por dos motivos: primero, porque no tiene recursos energéticos, sino que tiene que importarlos, y, segundo, porque su sistema eléctrico es muy ineficiente y genera costes muy elevados para familias y empresas por las políticas energéticas de las dos últimas décadas. El resultado es que en cuanto ha vuelto a subir el precio de los combustibles, se ha disparado el déficit energético.

En agosto, las importaciones de energía (desde la compra de crudo hasta la electricidad ya producida) ascendieron a 4.400 millones de euros. Se trata del mayor gasto registrado en un mes de agosto desde el año 2014. Esto es, hay que volver a hace siete años para encontrar un verano más caro en las importaciones de energía. Y eso a pesar de que la actividad económica todavía seguía este verano lejos de los niveles previos a la pandemia. Aunque todavía no se conocen los datos del PIB del tercer trimestre del año, es posible que los niveles de actividad sigan un 5% por debajo de los existentes antes del covid-19.

Foto: Empleado de una fábrica metalúrgica. (EFE)
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Si se compara con el verano previo a la pandemia, las importaciones energéticas han costado casi 800 millones más. Una parte de estas compras de energía se exporta, bien directamente o tras un proceso de refino. En total, las exportaciones de energía ascendieron a 2.000 millones de euros.

En conjunto, el saldo total que dejó la energía en agosto fue un déficit de 2.400 millones de euros, un dato que no se veía desde hace siete años. La mayor parte de este déficit se produjo por el coste del petróleo, que dejó un saldo negativo de 1.800 millones de euros. Un dato significativo es el rápido incremento de los costes de importación de gas, y eso a pesar de que el volumen de las compras fue inferior al habitual por los problemas geopolíticos del suministro por el enfrentamiento entre Marruecos y Argelia. Las compras de gas tuvieron un coste superior a los 700 millones de euros, lo que supone un 153% más que hace un año.

Sin embargo, el mayor crecimiento en las importaciones se produjo en la energía eléctrica. Esto es, la compra directa de electricidad ya producida, principalmente a Francia. En parte, este incremento se debe al efecto precio, pero no todo, ya que España está intentando mejorar sus interconexiones con el extranjero para reducir la volatilidad de los precios. En total, las compras de electricidad tuvieron un coste de 251 millones de euros, una cifra nunca vista en un mes de agosto que multiplica por 4,5 las importaciones realizadas hace un año y por cuatro las de antes de la pandemia.

No solo se incrementaron las compras de electricidad, también crecieron las exportaciones, hasta superar los 180 millones de euros, una cifra que es un 200% superior a la de hace un año. En consecuencia, el saldo de la electricidad arrojó un déficit de 70 millones de euros, la tercera peor cifra de la serie histórica en un mes de agosto, solo por detrás de los años 2017 y 2018, en que también se registró un fuerte repunte de los precios energéticos.

En consecuencia, el aumento de la dependencia energética del exterior supone que el déficit para España vuelve a situarse en niveles delicados, cerca de los 2.500 millones de euros al mes. Seis de cada 10 euros del déficit comercial fueron consecuencia de la balanza energética. Si se compara con el mes de agosto de 2020, el déficit comercial se ha incrementado en 2.100 millones de euros, de los cuales, algo más de la mitad son consecuencia de la balanza energética. Y si se compara con agosto de 2019, antes de la pandemia, el déficit comercial ha mejorado en 200 millones, sin embargo, el saldo energético se ha deteriorado en casi 450 millones. Se trata, por tanto, de una tendencia a vigilar, ya que España sigue siendo muy vulnerable al encarecimiento de la energía.

La economía española es una de las más vulnerables a la subida del precio de la energía. Lo es por dos motivos: primero, porque no tiene recursos energéticos, sino que tiene que importarlos, y, segundo, porque su sistema eléctrico es muy ineficiente y genera costes muy elevados para familias y empresas por las políticas energéticas de las dos últimas décadas. El resultado es que en cuanto ha vuelto a subir el precio de los combustibles, se ha disparado el déficit energético.

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