La gasolina alcanza el precio más alto en siete años mientras la luz pulveriza su coste récord

Los precios de los suministros básicos no paran de subir. A los precios de récord histórico de la luz, que lastran el bolsillo del consumidor desde marzo, se suma la fuerte alza de los combustibles fósiles. La gasolina 95 ha escalado en los primeros compases del mes de junio hasta rozar una media de 1,36 euros por litro, según los datos recopilados por el 'Boletín del Petróleo', de la Comisión Europea. Se trata del coste más alto desde octubre de 2014, hace casi siete años.

Este encarecimiento se da, además, cuando crece con fuerza la movilidad tras la pandemia y a las puertas del verano, momento en que los ciudadanos se desplazan masivamente a segundas residencias y lugares de vacaciones.

El precio de la gasolina de 95 octanos ha escalado un 23% en el último año: llenar un depósito de un vehículo estándar de 60 litros de capacidad costaba hace 12 meses unos 66 euros de media, mientas que ahora supone 81,6 euros (15 euros más cada repostaje completo).

El precio actual de la gasolina, que no se veía desde el otoño de 2014, se da, además, cuando el coste del petróleo es muy inferior. Entonces se adquiría un 37% más caro. Además de que el precio del barril era unos 15 dólares más alto (más de 85 dólares frente a los poco más de 70 dólares actuales), el poder adquisitivo del euro frente al dólar era superior al actual (1,20 dólares por euro ahora frente a 1,25 dólares por euro entonces).

¿A qué se debe la subida?

A diferencia de la situación de hace siete años, actualmente la gasolina carga con más impuestos que entonces y el margen bruto de las empresas ha aumentado.

En la parte fiscal, cabe destacar que el Gobierno de Rajoy armonizó el 1 de enero de 2019 en toda España el tramo autonómico del tipo especial del impuesto sobre hidrocarburos. Hasta ese momento, cada comunidad autónoma tenía la competencia para determinar su nivel y había algunas en las que era cero, mientras que en otras estaba al nivel máximo de 4,8 céntimos por litro. Desde entonces, en todas las regiones de España es de 4,8 céntimos por litro.

A lo anterior hay que sumar el aumento de márgenes de las compañías petroleras. Según los datos publicados por la CNMC, en otoño de 2014, el margen bruto promedio para la gasolina 95 era de 17,1 céntimos de euro por litro, mientras que en 2021 este margen es de 22,2 céntimos de euros por litros (3,4 céntimos por litro superior a la media de la zona euro). Esto significa que este indicador, que incluye la subida de costes y el beneficio de las compañías, ha aumentado un 30% durante estos años.

En los últimos años, la gasolina ha visto cómo se incrementaba su carga impositiva. Además, el margen bruto de las petroleras ha aumentado

Del total del precio de la gasolina, el coste del crudo supone un 30,1%, mientras que los impuestos son el 53,2% y el margen bruto de distribución pesa el 16,7%.

El incremento de precios también se está notando para el diésel, aunque algo menos. Ha pasado de un euro por litro hace un año a 1,22 euros por litro actualmente (+22%). No obstante, el precio actual también se dio a finales de 2019 y principios de 2020, y en el otoño de 2018. El diésel tiene una carga impositiva inferior a la de la gasolina (de cada litro de gasóleo A, el 49,1% son impuestos, frente al 53% de la gasolina 95). No obstante, el Gobierno quiere corregir en parte esta situación y ha propuesto elevar sus impuestos en 3,8 céntimos por litro.

En este contexto, los expertos no auguran mejoras a corto plazo. La fuerte demanda a nivel mundial de petróleo que está trayendo el fin de las restricciones impuestas por el coronavirus está tirando con fuerza de los precios del barril de crudo. Con una subida de más del 40% del Brent desde hace un año, los mercados de futuros apuntan a que el oro negro superará los 100 dólares por barril, lo que supondría el precio más alto desde 2014.

La luz registra hoy el tercer precio más caro de la historia

A la fuerte subida de los combustibles hay que sumar el coste récord de la electricidad. Este miércoles, el precio medio de la luz en el mercado mayorista alcanzará los 94,66 euros por MWh. Ayer martes superó los 90 euros por MWh. Este coste roza el máximo del año, que se registró el 8 de enero, de 94,99 euros, en plena descarga de la tormenta de nieve Filomena. Solo hay un tercer día en la historia que superó al actual, el 11 de enero de 2002, según detalla 'El Periódico de la Energía'.

La subida viene provocada por el alto precio del gas que pagan las centrales generadoras de electricidad con este combustible y por el coste récord del CO₂, el impuesto que se cobra dentro de la Unión Europea por emitir este gas de efecto invernadero. El gas ha pasado de los cinco euros por MWh el pasado verano a más de 25 euros por MWh en la actualidad. La tonelada de CO₂ se ha encarecido desde los 25 euros a los que cotizaba el pasado año hasta los más de 51 euros en que está actualmente. Esto tiene su efecto, también, en el precio del recibo del gas, otro suministro básico que en muchos casos supone un coste tan importante como el de la luz para muchas familias.

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En el caso de la electricidad, toda esta situación está provocando que el precio medio del kWh que se paga en la factura de la luz en junio sea un 74% superior al de hace un año. La subida media interanual del recibo de electricidad es de 28 euros, según cálculos de la asociación de consumidores Facua, que estima que si continúa la tendencia, este será, además del mes de junio más caro, el segundo mes más caro de la historia, solo superado por el invierno de 2012 (el registro entonces era trimestral).

El Gobierno está tramitando leyes para tratar de bajar el precio, pero estas tardarán en llegar, ya que el camino elegido hace que no tengan efecto inmediato. Según recalcó este lunes la ministra de Industria, Reyes Maroto, los efectos de las reformas tardarán en llegar.

Todo ello está deteriorando el poder adquisitivo de las familias españolas, que ven cómo la subida de suministros básicos se traslada al resto de bienes de consumo, también los de primera necesidad, como los alimentos. No en vano, el IPC de mayo fue el más alto en cuatro años (un 2,7%). El precio de la energía es el factor que más contribuye a la subida. Y la tendencia al alza de la inflación, sin que por ahora lleguen medidas de contención en el corto plazo, supone ya, a ojos de muchos expertos en economía, el mayor riesgo para la recuperación tras la pandemia.