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Las empresas asumen el primer golpe de la crisis: sufren el 95% de la caída del PIB
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Las empresas asumen el primer golpe de la crisis: sufren el 95% de la caída del PIB

Los beneficios empresariales y del capital se hundieron un 12% en el primer trimestre del año, una caída que multiplica por cuatro la crisis de Lehman Brothers. Los salarios serán los siguientes

Foto: Imagen: iStock.
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Los datos del PIB del primer trimestre del año muestran la magnitud de la crisis provocada por el coronavirus. Aunque las restricciones a la movilidad se aplicaron solo a las últimas semanas de marzo, la producción del conjunto del trimestre se hundió un 5,2%, una caída que es el doble que el peor registro de la crisis de Lehman Brothers.

Si se atiende a la distribución de las rentas de la producción, el principal impacto recayó sobre las rentas empresariales, de los autónomos y del capital (rentas mixtas). El desplome fue del 11,7% respecto al cuarto trimestre de 2019, lo que supone el mayor descenso nunca registrado en los datos de contabilidad nacional que elabora el INE. En concreto, el PIB se hundió en 17.200 millones de euros, de los cuales, el 95% se trasladó a una caída de los ingresos empresariales y del capital, mientras que los salarios asumieron menos del 4% del golpe.

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Hasta ahora, la mayor caída de las rentas empresariales se había producido tras la quiebra de Lehman Brothers, en concreto, en el primer trimestre de 2009, y el descenso fue del 2,9%, muy lejos del 11,7% actual. Estos datos muestran claramente cómo el primer impacto de la crisis recayó sobre las empresas, autónomos y propietarios del capital. Esto explica, por ejemplo, que 122.000 empresas cerraran en el mes de marzo, según los registros de la Seguridad Social, un escenario sin precedentes en España.

Por el contrario, la renta destinada a salarios se redujo un 0,5% trimestral. Esta caída de la masa salarial fue consecuencia de la destrucción de empleo (incluyendo los trabajadores afectados por ERTE). Sin embargo, los salarios unitarios sí subieron a lo largo del trimestre, manteniendo la tendencia de los meses anteriores. Una buena parte de esta subida es consecuencia de los convenios ya firmados que marcaban una importante subida salarial para este año antes de que la crisis golpeara con toda su crudeza. De esta forma, los datos del INE recogen un incremento de la remuneración por asalariado del 2% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que los costes laborales unitarios aumentaron un 5,7% interanual.

Este reparto desigual de las rentas de la producción es consecuencia de la rapidez y la profundidad de esta crisis. España pasó de crecer a tasas próximas al 2% a sufrir un desplome del 5,7% en apenas unas semanas como consecuencia de la declaración del estado de alarma. Esto provocó que el ajuste más severo recayera sobre las rentas empresariales, ya que son las que están directamente afectadas por la parálisis de la demanda y de la oferta. Además, el tejido productivo llevaba varios años aprovechando los beneficios para mejorar su situación financiera, reduciendo deuda y acumulando reservas, lo que ayudó a asumir este primer golpe.

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Esta es una tónica de todas las crisis, ya que la traslación de las pérdidas a los salarios es más rígida por la legislación laboral. Sin embargo, esta distribución de los costes de la crisis no es sostenible en el tiempo y probablemente no se repita en el segundo trimestre del año. Las empresas trasladarán su caída de ingresos a una reducción mayor de los costes salariales con despidos y ajustes temporales (ERTE), algo que ya está sucediendo. Esto provocará que las rentas salariales sufran una gran caída en el segundo trimestre que ayudará a reequilibrar esta situación. Una nueva caída del 11% de los beneficios empresariales supondría la quiebra para una buena parte del tejido productivo más débil.

En el primer trimestre también se redujo la recaudación de los impuestos sobre la producción, aunque su caída fue muy leve en comparación con el hundimiento del resto de la economía. En concreto, registraron un descenso del 0,8% respecto al cuarto trimestre de 2019. Al igual que ocurre con los salarios, esta caída se multiplicará en las próximas semanas, a medida que la caída de la producción se consolide en las cuentas de las empresas y aumenten las subvenciones y transferencias a las empresas.

Es importante tener en cuenta que estos datos del PIB de rentas muestran el reparto de los ingresos de la producción antes de la acción del sector público. En otras palabras, estos ingresos de los diferentes agentes económicos tienen que tributar, y después pasan por el reparto público a través de transferencias, subvenciones, bienes y servicios públicos (transferencias en especie).

Una crisis asimétrica

El impacto de la crisis provocada por el estado de alarma está siendo muy desigual por sectores, lo que se traduce en las rentas salariales de cada uno de ellos. Los peores datos fueron para el sector de las agencias inmobiliarias, que registraron un desplome de la masa salarial del 16% respecto al trimestre anterior. Es una caída que no se vio ni siquiera tras la quiebra de la burbuja inmobiliaria.

Foto: Imagen de una oficina de empleo en Madrid. (EEE)

El sector llevaba años de una intensa recuperación, especialmente en las grandes capitales, donde los precios subían sin freno. Ahora se avecina una fase de corrección. En la construcción también se produjo una importante caída de la masa salarial, del 1,1%.

El sector de la hostelería, el comercio y el transporte ha sido uno de los más afectados por las medidas de cierre de negocios, lo que empezó a trasladarse a los salarios ya en el primer trimestre, con una caída del 1,9%. El impacto se extendió también a las actividades de ocio y cultura, muy vinculadas con el turismo. En este sector, la masa salarial se redujo un 4,2%.

La sanidad, por el contrario, se tuvo que reforzar de forma obligada en marzo para atender a todos los pacientes infectados con el virus. Esto explica que la renta salarial de este sector aumentara un 1,7%, incremento que está en línea con los que vivió España entre los años 2005 y 2008, cuando se elevó considerablemente el gasto sanitario.

Los datos del PIB del primer trimestre del año muestran la magnitud de la crisis provocada por el coronavirus. Aunque las restricciones a la movilidad se aplicaron solo a las últimas semanas de marzo, la producción del conjunto del trimestre se hundió un 5,2%, una caída que es el doble que el peor registro de la crisis de Lehman Brothers.

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