Es noticia
La crisis arrasa el tejido productivo: 122.000 empresas se dieron de baja en marzo
  1. Economía
Consecuencias de la crisis del coronavirus

La crisis arrasa el tejido productivo: 122.000 empresas se dieron de baja en marzo

El número de empleadores sufrió en el mes de marzo la mayor caída de la historia, multiplicando por cuatro el peor dato de la crisis de Lehman Brothers

Foto: Las tiendas de la calle Fuencarral, de Madrid, cerradas a cal y canto. (EFE)
Las tiendas de la calle Fuencarral, de Madrid, cerradas a cal y canto. (EFE)

El gran riesgo de la crisis económica provocada por el coronavirus es la destrucción de tejido productivo. Todos los países del mundo se han puesto, como objetivo número uno, evitar la pérdida de empresas para que la recuperación pueda ser intensa una vez se levanten las medidas de confinamiento. El Gobierno de España no ha sido ajeno a este objetivo, sin embargo, las cifras de empresas activas recopiladas por la Seguridad Social muestran que la crisis ha tardado muy poco en destruir tejido productivo.

En el mes de marzo se perdieron 122.000 empleadores en España, esto es, empresas y autónomos con asalariados a su cargo, nada menos que un 8,2% del total de empresas activas. Así lo reflejan los datos de la estadística de códigos de cuenta de cotización que elabora mensualmente la Seguridad Social. El ministerio dispone de todos los datos de empresas y autónomos empleadores, por lo que puede medir, en tiempo real, la salud del tejido productivo. Esta estadística estará desagregada por sectores y tamaño de las empresas dentro de un mes, por el momento, solo está disponible el dato total de empresas con trabajadores a su cargo.

Foto: (iStock)
TE PUEDE INTERESAR
Así fue la destrucción de empleo por provincias y sectores en marzo
Javier G. Jorrín Gráficos: María Zuil

En concreto, en España había 1.489.733 empleadores activos al cierre de febrero, y en el último día de marzo quedaban 1.367.493 empleadores. Esto significa que a lo largo del mes se perdieron 122.000 empresas y autónomos empleadores, un descenso nunca antes visto. Hasta ahora, el peor dato mensual registrado era el de diciembre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, cuando se perdieron 27.200 empresas. Esto significa que la destrucción de tejido productivo en marzo fue cuatro veces superior al peor mes de toda la serie histórica, que arranca en enero de 1994.

El resultado es que a finales de marzo quedaban poco más de 1,3 millones de empresas con trabajadores, el dato más bajo desde enero de 2013, cuando España todavía estaba saliendo de la crisis. En apenas un mes, se han perdido los siete años de recuperación en lo que se refiere al número de empresas activas. El dato de cierre de marzo está ya muy cerca de los mínimos de la crisis, por lo que es probable que esta cifra se sobrepase en el mes de abril.

Es de esperar que la mayor parte de esta destrucción de tejido productivo se trate de microempresas y autónomos empleadores que hayan cesado su actividad como consecuencia de las medidas de confinamiento aprobadas. Se trata de la parte más frágil de todo el tejido productivo y su capacidad para sobrevivir sin ingresos y sin actividad es muy limitada. Y eso a pesar de que se han aprobado medidas para garantizar la liquidez a todos los niveles. Pero para muchas empresas no es suficiente, ya que la liquidez no cubre pérdidas, solo permite financiarlas para darles una patada hacia adelante. Un riesgo que muchos empresarios no habrán querido asumir.

España es un país de empresas muy pequeñas, por lo que es especialmente vulnerable a estas fases de crisis. Según los datos de la Seguridad Social, en febrero, el 37% de los empleadores tenía solo un trabajador a su cargo, el 38% tenía entre dos y cinco asalariados y el 22% tenía entre seis y 50 trabajadores. Esto significa que menos del 3% son medianas y grandes empresas.

[La rigidez de Hacienda aboca a autónomos y pymes a pedir créditos para pagar impuestos]

Además, esta parte del tejido empresarial más débil se concentra en sectores poco productivos y que requieren de mucha mano de obra barata: turismo, ocio, comercio y construcción. Estas actividades aglutinan, también, la mayor parte del empleo destruido en marzo. Nada menos que el 60% de los empleos destruidos en marzo pertenecía a uno de estos cuatro sectores.

En el caso de los autónomos, si han despedido a sus trabajadores o se han acogido al cese de actividad, dejan de figurar en esta estadística. Sin embargo, todavía es imposible conocer el impacto real de la pérdida de autónomos empleadores, ya que la Seguridad Social todavía no ha publicado datos desagregados por regímenes de cotización a último día del mes.

Foto: Foto: EFE.

Las empresas que siguen figurando como empleadoras son las que hayan hecho un ERTE, ya que aunque hayan suspendido el contrato de todos sus trabajadores, estos siguen en alta y sus empresas siguen siendo las empleadoras. En resumen, esto significa que se trata de pérdida real de tejido productivo. En el futuro, estos empleadores podrían volver a funcionar, pero también podrían haberse perdido para siempre. También es posible que estas empresas pierdan su hueco en el mercado laboral y que sea ocupado por empresas de mayor tamaño, más productivas y sólidas, lo que supondría una buena noticia a largo plazo.

Esta caída del número de empleadores explica, en gran medida, que marzo fuera el peor mes de la historia para el empleo. Desde el anuncio del estado de alarma, España ha perdido 890.000 afiliados a la Seguridad Social. Esto significa una destrucción de empleo de 68.500 personas al día, una cifra nunca antes vista que da idea de la magnitud de la caída de la producción que se está viviendo.

El gran riesgo de la crisis económica provocada por el coronavirus es la destrucción de tejido productivo. Todos los países del mundo se han puesto, como objetivo número uno, evitar la pérdida de empresas para que la recuperación pueda ser intensa una vez se levanten las medidas de confinamiento. El Gobierno de España no ha sido ajeno a este objetivo, sin embargo, las cifras de empresas activas recopiladas por la Seguridad Social muestran que la crisis ha tardado muy poco en destruir tejido productivo.

Seguridad Social Macroeconomía Crisis
El redactor recomienda