Es noticia
La escalada de la guerra comercial aumenta el temor a una crisis global
  1. Economía
Los inversores huyen a activos refugio

La escalada de la guerra comercial aumenta el temor a una crisis global

Los inversores protegen sus ahorros comprando oro y bonos soberanos. Los bancos centrales asiáticos responden a la devaluación de China con una oleada de recortes de tipos

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump. (Reuters)
El presidente de EEUU, Donald Trump. (Reuters)

En economía, la confianza de los agentes es tan importante como la realidad que marcan los indicadores. Por ese motivo, aunque la situación actual de la economía es favorable, la escalada de la guerra comercial comienza a deteriorar la confianza de empresas y consumidores y puede provocar una crisis global en los próximos trimestres.

El mapa político está cada vez más complicado como consecuencia del enfrentamiento entre EEUU y China, y los inversores han empezado a guardar sus ahorros en activos refugio con los que puedan superar una eventual crisis. El temor a esa situación es creciente, ya que es imposible predecir cuándo puede frenar el aumento de la tensión entre Washington y Pekín. Y todo eso en medio de una economía que está en una fase muy avanzada del ciclo expansivo y que guarda una bomba de relojería en forma de deuda. El conjunto de ingredientes perfecto para provocar una crisis.

Foto: Cambio de ciclo en la economía: la crisis que nos acecha
TE PUEDE INTERESAR
La crisis que nos acecha
Javier G. Jorrín Pablo López Learte Luis Rodríguez

La respuesta de los inversores ha sido automática. En el momento en que el presidente de EEUU reactivó las hostilidades anunciando nuevos aranceles, los ahorradores buscaron refugio en el dólar y en los bonos soberanos de los países desarrollados, que están protegidos por la cobertura de los bancos centrales.

El precio del oro ha subido un 5% en apenas una semana y cotiza ya en el entorno de los 1.490 dólares. Tal cota no se veía desde 2013, cuando los inversores empezaban a aflojar el miedo a la gran crisis del siglo XXI. Desde los mínimos de 2008, cuando la economía vivía su mejor momento desde la burbuja, el precio de la onza de oro se ha disparado más de un 25%, lo que muestra la incertidumbre creciente que rodea al mercado.

"La apreciación de las divisas refugio y el 'rally' de los precios del oro apuntan a que la aversión al riesgo se ha fortalecido en los mercados financieros [...] conducidos por preocupaciones crecientes sobre la economía global", señala BBVA Research. Quienes no invierten en oro se protegen con bonos soberanos, que se han convertido en el gran activo refugio tras la crisis. El motivo es que los bancos centrales han mostrado una baja tolerancia a permitir volatilidad en la deuda pública porque puede provocar una crisis como la que vivió Europa en 2012.

[Tensión en las bolsas: qué está pasando y qué esperar]

Esto significa que los responsables de la política monetaria van a actuar con contundencia para que no haya sustos en los títulos soberanos, de ahí la confianza de los inversores hacia este tipo de activos. Además de los tipos de interés, las entidades pondrán en marcha inyecciones de liquidez e incluso compras de estos títulos para evitar que su rentabilidad se vuelva a disparar.

Solo así se explica que el bono español esté cotizando en mínimos históricos a pesar del bloqueo político que vive el país y de la incertidumbre del escenario internacional. El bono con vencimiento a 10 años apenas ofrece una rentabilidad del 0,16%, claramente inferior a la inflación y a cualquier crecimiento.

En Alemania, toda la curva de rentabilidades está en negativo. Esto es, los inversores pagan por prestar dinero, una situación insólita. Incluso Italia, que acaba de salir de una corta recesión y tiene su economía estancada, tiene toda su deuda, hasta el bono a dos años, en negativo.

En Alemania, toda la curva de rentabilidades está en negativo, y en España, los inversores pagan hasta por comprar deuda con vencimiento a ocho años

Este comportamiento de la deuda soberana contrasta con la caída que han sufrido las bolsas en los últimos días. El Ibex acumula un descenso del 5% desde el pasado 1 de agosto, cuando Trump anunció los nuevos aranceles. Con esta reacción, huyen de los activos más volátiles y buscan protección ante el temor del inesperado futuro.

¿Llega una crisis?

Morgan Stanley ha sido uno de los primeros bancos en lanzar la advertencia de recesión. “Si EEUU aumenta los aranceles sobre todos los bienes importados de China al 25% entre cuatro y seis meses y China responde con más medidas, veremos la economía global entrar en recesión”, señala la entidad en una nota remitida a sus clientes. Trump ha amenazado en el pasado con crear este arancel y llevarlo hasta el 10%, aunque todavía no ha dado ningún paso en este sentido.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump. (Reuters)

También Bank of America ha señalado el riesgo real de que Trump suba el arancel hasta el 25% a todas las importaciones procedentes de China. Se trataría de un duro golpe para el comercio mundial que conduciría a la crisis a todos los países integrados en las cadenas de valor globales. Y ahí Europa tendría mucho que perder.

Los últimos datos de la industria alemana siguen mostrando una gran debilidad… y eso que todavía no había empezado esta nueva fase de la guerra comercial. La producción industrial alemana cayó en junio un 5,2% en tasa interanual (ajustado de calendario), el mayor descenso desde 2009, cuando el mundo todavía sufría las consecuencias de la gran crisis.

Los países asiáticos han reaccionado a la escalada de tensión en la nueva guerra de divisas, que ya se puede considerar mundial. Nueva Zelanda, India y Tailandia han recortado de forma inesperada sus tipos de interés esta semana para evitar la pérdida de competitividad respecto al yuan. Nueva Zelanda ha recortado el ‘precio del dinero’ 50 puntos básicos; la India, 30 puntos básicos, y Tailandia, 25 puntos básicos.

Esta dosis de estímulos monetarios no tiene otra intención que rebajar el tipo de cambio, aunque oficialmente se argumente que el objetivo es reanimar la economía. La realidad es que estos movimientos, y los que vendrán en los próximos meses, son la reacción a la devaluación de China, ya que sin esta, no se habrían producido.

Nueva Zelanda, India y Tailandia han recortado de forma inesperada sus tipos de interés para evitar la pérdida de competitividad frente al yuan

Trump ha respondido con dureza a este movimiento, como hace habitualmente, a través de Twitter. Ha acusado a la Fed de ser "nuestro problema", en referencia a la economía estadounidense, y de actuar "con incompetencia". "Es demasiado orgullosa para admitir su error de actuar demasiado rápido y endureciendo demasiado [la política monetaria]", ha lamentado Trump, unas palabras que han provocado una nueva caída de las bolsas.

El peligro para los emergentes no solo pasa por la pérdida de competitividad frente a China, sino por el riesgo a una salida de capitales por el temor de los inversores a una crisis. De esta forma, se ha abierto un nuevo foco de incertidumbre en la economía global. Más dudas que ponen a prueba la confianza de los agentes económicos.

En economía, la confianza de los agentes es tan importante como la realidad que marcan los indicadores. Por ese motivo, aunque la situación actual de la economía es favorable, la escalada de la guerra comercial comienza a deteriorar la confianza de empresas y consumidores y puede provocar una crisis global en los próximos trimestres.

Recesión
El redactor recomienda