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De los colegios privados a las inmobiliarias: los sectores con salarios de menos de 900€
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Se revisarán automáticamente a partir de hoy

De los colegios privados a las inmobiliarias: los sectores con salarios de menos de 900€

La subida del salario mínimo va a beneficiar a más de dos millones de asalariados. Muchos convenios colectivos recogen tablas salariales que no llegan a 900€, algunos, sorprendentes

Foto: Una profesora con sus alumnos en un colegio. EFE
Una profesora con sus alumnos en un colegio. EFE

A partir de hoy, primero de enero, no puede haber ningún trabajador con un salario inferior a 900 euros mensuales (medido para un empleo de 40 horas semanales y 14 pagas). En estos casos es común pensar que afectará a los trabajos que socialmente entendemos son los de menor cualificación y experiencia, por ejemplo, limpieza. Sin embargo, nos equivocamos si pensamos que no hay trabajadores en oficinas, despachos, establecimientos públicos o escuelas que cobran menos de 900 euros por jornadas de ocho horas diarias.

Actualmente hay un buen número de convenios que están por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI) y que se ajustarán automáticamente al alza para que todos ellos cobren un mínimo de 900 euros. Esto es, todos los convenios que incluyan alguna categoría profesional entre los 735,9 euros de 2018 y los 900 euros de 2019 verán incrementada de forma automática su retribución y sin necesidad de actualizar el convenio. Eso sí, el Gobierno ha autorizado que todos los convenios vinculados al SMI, por ejemplo los que abonan un 20% más que el salario mínimo, no tengan que incrementar ese 22% que sube el SMI.

Foto: Imagen: EC.

Según los datos de la Seguridad Social, este incremento del salario mínimo beneficiará a algo más de dos millones de asalariados, la mayor parte cotizantes del Régimen General. Esto significa que hay en torno a un 12% de los trabajadores asalariados obligados a vivir con un salario muy bajo que apenas da para subsistir.

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La precariedad se extiende a sectores tan inesperados como los centros de enseñanza privados, las autoescuelas, las guarderías o las inmobiliarias. Todos estos convenios sectoriales a nivel estatal recogen salarios inferiores al nuevo SMI. Pero no son los únicos: aparcamientos, pizzerías, gestorías, gimnasios, peluquerías y un largo etcétera. Todos ellos tienen alguna categoría profesional por debajo de 900 euros.

Según los datos de la Seguridad Social hay algo más de dos millones de trabajadores con un salario inferior a los 900 euros al mes

Es importante tener en cuenta que los sindicatos y las patronales se comprometieron a revisar todos los convenios para que ningún salario se sitúe por debajo de 1.000 euros. Este fue un pacto firmado en junio en el IV AENC (Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva). Sin embargo, no tiene ninguna validez legal, es más que nada una declaración de principios, pero no adquirirá rango hasta que no se revisen los convenios y figure en ellos que ningún trabajador se quedará sin ser mileurista.

En muchos casos, los trabajadores llegan al SMI uniendo algunos complementos salariales que están autorizados en la legislación. Eso sí, estos complementos tienen que ser de obligado cobro, ya que ninguna empresa puede registrar un contrato por debajo del salario mínimo.

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La enseñanza privada (excluyendo la concertada) es muy elitista, pero sus trabajadores tienen sueldos de miseria. Actualmente, un centro privado puede contar con un educador infantil o un instructor, que son personal docente, con un salario inferior a 900 euros. Y en el caso del personal complementario, como monitores o vigilantes educativos, pueden contratarlos por apenas 738,51 euros al mes de salario base, esto es, apenas cinco euros por encima del salario mínimo de 2018. Y eso a pesar de la responsabilidad que tienen sobre el cuidado de los alumnos de estos centros.

La situación no es mucho mejor para los comerciales de las inmobiliarias que trabajan captando clientes y enseñando los locales disponibles. Todos ellos tienen un salario por convenio de 816,7 euros mensuales en 14 pagas.

Los trabajadores comerciales de las inmobiliarias tienen un salario de convenio de 816,7 euros

En el caso de las gestorías, todos los auxiliares están por debajo de los 900 euros al mes y si son de primer año solo cobran el SMI de 2018, esto es, 735 euros al mes. En centros públicos tan populares como las peluquerías o los gimnasios, todos los trabajadores de cara al público (salvo responsables de los establecimientos) cobran menos de 900 euros. También ocurre lo mismo en el sector de las perfumerías, donde tanto el personal de cajas como los reponedores cobran 836,9 euros al mes.

En muchos sectores comerciales hay categorías profesionales muy bajas que permiten salarios que están muy cerca del SMI. No solo eso, en muchos sectores de alto valor añadido incluyen categorías especiales para el personal de limpieza y mantenimiento cuyo salario está por debajo de 900 euros.

Una subida sin diálogo

Pese a que los sindicatos se muestran bastante optimistas con la aprobación de la subida a 900 euros del salario mínimo, tanto desde CCOO como desde UGT recuerdan que se ha tratado de una medida adoptada por el Gobierno de manera unilateral en la que no se ha contado con los agentes sociales.

Foto: Manuel Santiago, portavoz de CSIF.

"Es cierto que la decisión del Gobierno supera las previsiones y que esto va ayudar a que se alcance el objetivo de los agentes sociales, que está en un SMI de 1.000 euros, antes de lo previsto”, admite el secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino, quien pese a ello hace hincapié en recordar que el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores obliga al Gobierno a llamar a consulta a los agentes sociales para tratar temas como este y que en lo referente a esta subida de salarios, este paso se ha obviado.

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La misma crítica hace la secretaria confederal de Acción Sindical de CCOO, María Cruz Vicente, quien califica la subida de “positiva y necesaria”, pese a haberse tomado sin tener en cuenta a los agentes sociales. “Tenemos un problema importante porque el empleo ha crecido en gran parte con contratos precarios y a tiempo parcial”, indica Vicente, quien insiste en que los buenos resultados empresariales que están obteniendo las empresas deben repercutir sobre los trabajadores y las trabajadoras del país, algo que pasa por que se implemente lo pactado con los empresarios y en 2020 el salario mínimo se establezca en los 1.000 euros.

Tenemos un problema importante porque el empleo ha crecido en gran parte con contratos precarios y a tiempo parcial

“Se trata de una medida buena para el conjunto de la economía”, reconoce Pino, aunque según él, el aumento del salario mínimo no es suficiente para combatir la precariedad laboral. “Esto se acabará cuando las formas de contratación cambien, cuando se derogue la reforma laboral”, indica el secretario de Política Sindical de CC.OO. Para él, lo realmente urgente en España en estos momentos es acabar con lo que el Consejo de Ministros aprobó en 2012 y “volver hacia atrás para recuperar derechos” que los trabajadores han perdido.

Una vida por debajo de 1.000 euros

La precariedad tiene mil caras. Según los cálculos de los sindicatos el aumento del salario mínimo interprofesional afectará a 2,5 millones de personas de todos los sectores que ahora viven con menos de 900 euros al mes contando con un trabajo a tiempo completo o con menos de 400 si solo tienen opción de trabajar a media jornada.

Foto: Manifestación por la justicia social y económica en Nueva York. (Reuters)

“Yo no libro ningún día”, cuenta Darwin Mauricio Enriquez, un vecino de Zaragoza de 34 años que, con su mujer formándose para labrarse un futuro más próspero y dos hijos, se ve obligado a combinar su trabajo de asalariado a media jornada repartiendo comida a domicilio para una cadena de pizzerías, por el que percibe 400 euros al mes, con el de repartidor de Glovo para conseguir juntar los 900 euros con los que tiene que mantener a su familia y cubrir los gastos de su moto, su única herramienta de trabajo.

placeholder Enriquez, saliendo a repartir un pedido. (D. M. E)
Enriquez, saliendo a repartir un pedido. (D. M. E)

Mauricio Enriquez ve con optimismo la subida del SMI, aunque advierte de que no es suficiente. “Tampoco me va a cambiar la vida al cien por cien. Esto no soluciona la vida de mi familia ni la de otras que están pasando dificultades”, indica el repartidor, que asegura que él preferiría tener un trabajo a tiempo completo que le permitiese tener más tiempo libre y ganar algo más. “1.200 euros debería ser lo mínimo que se pudiese cobrar”, insiste este padre de familia.

"Tampoco me va a cambiar la vida al cien por cien. Esto no soluciona la vida de mi familia ni la de otras que están pasando dificultades"

Para él, la vida en Zaragoza con dos hijos y 900 euros no es fácil. Mauricio paga un alquiler de 370 euros y asegura que para sacar adelante a su familia deben hacer muchos sacrificios. “No nos hemos podido ir de vacaciones en verano, pero tampoco podemos permitirnos ir a la piscina pública porque vale tres euros y si vas muchas veces te acabas gastando 100 euros”, indica el repartidor. “Además, cuando nos desplazamos por la ciudad vamos o venimos andando porque cada vez que recargamos el bono tenemos que meterle 10 o 20 euros a la tarjeta y el dinero se va”, añade Darwin Mauricio.

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Sin familia que mantener ni alquiler que pagar, sin embargo, todo es económicamente un poco más sencillo. Javier G. también vive en una ciudad capital de provincia pero no paga alquiler. Tiene 32 años, cuenta con estudios universitarios en Economía y Empresariales y vive en casa de su madre. Su sustento lo percibe por su trabajo como recepcionista de un gimnasio municipal gestionado por una compañía privada por el que cobra un poco menos de 700 euros, lo que corresponde por convenio por un contrato de 30 horas semanales, uno de los mayores de su compañía, porque, aunque no sabe la razón, asegura que no se hacen contratos de 40 horas.

“Yo viajaba mucho y este trabajo no me permite viajar”, indica el recepcionista, aunque admite que, al vivir en casa de su madre, ha podido ahorrar. “Si no viviese con ella tendría que haberme buscado otro trabajo, pero vamos, serían 90 euros más para estar peor”, añade. Para él, la subida de sueldos que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez no es todavía una realidad, y de hecho, es algo que no cree se acabe viendo reflejado ni en su nómina ni en la de sus compañeros, ya que según denuncia, con el último cambio en el convenio que afecta al personal de gimnasios aprobado este mismo año, la subida de sueldos no se trasladó finalmente a todos los trabajadores del sector.

Lo que hacen es subir el salario base pero reducir los complementos de productividad

“Lo que hacen es subir el salario base pero reducir los complementos de productividad”, asegura Javier G., quien explica que los complementos no están especificados en el contrato, por lo que si la empresa los reduce tendría que ser cada trabajador a título individual quien presentase un aviso y después denunciase. “Las empresas meterán todos los complementos dentro del salario base, y si les cuela a los trabajadores, mejor para ellos. Y los trabajadores, para no meterse en peleas, acabarán pasando del tema”, asegura el joven, quien de momento está en pie de guerra, pues solo hace unos días presentó una demanda a su empresa para exigir que su contrato se adapte al convenio laboral de su provincia para centros deportivos municipales, que al contrario del estatal, que sitúa el salario base en los 11.453 euros para puestos como el suyo, lo coloca por encima de los 18.000 euros al año.

A partir de hoy, primero de enero, no puede haber ningún trabajador con un salario inferior a 900 euros mensuales (medido para un empleo de 40 horas semanales y 14 pagas). En estos casos es común pensar que afectará a los trabajos que socialmente entendemos son los de menor cualificación y experiencia, por ejemplo, limpieza. Sin embargo, nos equivocamos si pensamos que no hay trabajadores en oficinas, despachos, establecimientos públicos o escuelas que cobran menos de 900 euros por jornadas de ocho horas diarias.

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