La donación de Djokovic a España por el coronavirus o cómo saca los colores a alguno

Era el segundo set, y se lo llevó Novak Djokovic ante Grigor Dimitrov. Se fue a la silla para preparar el último asalto cuando, cansado de los pitos, abucheos e insultos que había soportado durante el encuentro, el tenista serbio respondió a la grada madrileña. Era el Mutua de 2013 y Nole no volvió a la Caja Mágica hasta 2016. Siete años después de aquella falta de respeto al tenista, Djokovic ha realizado una donación a la sociedad española (a través de Cruz Roja) para dar también su raquetazo particular contra el coronavirus en nuestro país.

“Acto de clase”, resumió Rafa Nadal el gesto de su gran rival en la cancha de tenis. Una moralidad diametralmente opuesta a quienes un día decidieran tener un gesto fanático e irracional con Djokovic dentro de una pista mientras practicaba un deporte en el que el silencio y el respeto se dan por hecho. Una lección más allá de la deportividad y una palmada en la espalda a un país al que Djokovic está fuertemente vinculado.

Un millón de euros para Serbia

“Nuestra donación de un millón de euros es para la compra de aparatos de respiración y otros equipamientos médicos. Los respiradores son ahora el equipo más indispensable para salvar vidas humanas”, señalaron Djokovic y su mujer, Jelena, hace una semana en un vídeo explicando el destino de su donación al pueblo serbio a través de la Fundación Novak Djokovic, de la que Jelena es directora. No se ha quedado ahí y ha rematado la pelota que dejó en el aire Rafa Nadal a través de una iniciativa que impulsó junto a Pau Gasol, y siguieron Fernando Alonso y otros deportistas nacionales. La campaña estaba destinada a captar este sector de atletas para los que el aspecto financiero dejó de ser un problema en sus vidas hace tiempo e intentar recaudar 11 millones de euros y financiar así material médico para 1.350.000 personas afectadas.

Sorprendentemente, Djokovic se dio por aludido. ¿Por qué? Además de por su “clase”, como dijo Nadal, Djokovic es también un poco español. Tiene desde hace más de un lustro en Marbella un cuartel general que suele utilizar en diferentes momentos del año, sobre todo en junio, entre Roland Garros y Wimbledon. Las pistas del Club de Tenis Puente Romano son testigo de sus prácticas, así como la pista privada de hierba en Sotogrande, que le ha servido de entrenamiento para levantar alguno de los cinco trofeos que ha conquistado en el All England Club.

El aislamiento en Marbella

Aquí, en la Costa del Sol, es donde su hermano Marko reside y el lugar ‘elegido’ para pasar ahora este confinamiento por los Djokovic, quienes también han sido acercados a parte de la cultura española a través del extenista Pepe Imaz, director de la escuela del mencionado Club de Tenis Puente Romano y mentor espiritual de Djokovic. Desde que se ligó a los consejos de Pepe, el lema de 'Amor y paz' lo distribuye en cada partido tanto como las dejadas o su derecha. Tanto es así que su celebración en cada victoria saca de su corazón ese ‘amor’ hacia el público y ese sello del 'Amor y paz' lo dejó escrito en la puerta de los jugadores del Mutua Madrid Open en 2016, cuando regresó por la puerta grande tras los abucheos de 2013.

“No había jugado en Madrid desde 2013 y ha sido un tiempo que ha pasado muy lento. Todo el mundo me ha recibido muy generosamente, haciéndome sentir como en casa”, señaló Djokovic tras levantar el trofeo en aquella edición de 2016. Más allá de las palabras, definitivamente, Nole ha demostrado que España también es su casa y aporta su grano de arena a la causa.