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La última Copa Davis clásica o la bomba en manos de Gerard Piqué
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UN FRANCIA - CROACIA CON INCERTIDUMBRE

La última Copa Davis clásica o la bomba en manos de Gerard Piqué

Este fin de semana es el fin de la clásica Copa Davis tal y como la conocemos. Desde ahora, la opción fabricada por la empresa de Gerard Piqué tomará las riendas aunque no es la única opción

Foto: Piqué con su hijo Milan en el Godó. (Cordon)
Piqué con su hijo Milan en el Godó. (Cordon)

¿Puede estar el circuito de tenis ante un momento histórico? ¿Un deporte de tradiciones centenarias se asoma a un momento clave en su adaptación a los tiempos presentes? Este fin de semana las selecciones de Francia y Croacia disputarán en la ciudad gala de Lille la última final de Copa Davis disputada bajo el formato tradicional. Esto es, tras un calendario anual de series de eliminación directa hasta la disputa de la Ensaladera. El formato, ampliamente cuestionado en los últimos años por la dificultad para engarzarlo en el circuito ATP World Tour y garantizar la presencia de los mejores jugadores, será nuevo a partir de la temporada 2019. Y es aquí donde entran las dificultades a abordar.

La Federación Internacional de Tenis (ITF) aprobó la reforma de la Copa Davis con un rumbo claro: concentrar al final de la temporada, en una sola sede y en apenas una semana, la fase decisiva de la competición. Las 18 naciones más potentes del mundo ya no tendrán que dar la vuelta al mundo con la esperanza de ganarse un billete para buscar el título sino que asumirán la competición en apenas siete días en partidos al mejor de tres sets (en lugar de los 5 tradicionales). Así, en las temporadas 2019 y 2020, la Caja Mágica de Madrid es el escenario elegido para tal innovación.

La reforma parecía venir a dar solución al asunto, pero la realidad nunca es tan sencilla.

El desafío que se le abre a Piqué

Meses atrás, y con el apoyo del Grupo Kosmos presidido por Gerard Piqué, la reformulación ITF de una cuestión largamente debatida en el circuito parecía quedar resuelta. La Copa Davis, al menos para las naciones más potentes, dejaba de ser un problema de calendario al concentrar su actividad en un período muy corto de tiempo. ¿Cuál era la cuestión de fondo? Una peculiaridad del tenis deriva de las múltiples instituciones regidoras que terminan conformando el calendario, cada una de ellas con unos intereses comerciales particulares y, claro, no siempre concordantes entre ellas.

placeholder Novak Djokovic en Londres. (Reuters)
Novak Djokovic en Londres. (Reuters)

La falta de entendimiento entre ITF y la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) para dar solución a la cuestión ha derivado en una gestación múltiple de eventos en el circuito masculino. Pese a llevar varias temporadas reclamando la necesidad de acortar el calendario y ofrecer una ventana de descanso mayor al vestuario, como hiciera WTA ampliando la pretemporada femenina de siete a nueve semanas en la temporada 2009, el circuito masculino ha fomentado como nunca antes la proliferación de nuevos eventos. Para más inri, eventos muy similares entre sí y bastante cercanos en el tiempo.

El pasado 15 de noviembre ATP respondía a la reformada Copa Davis planteada por Piqué con su propia copa del mundo, denominada ATP Cup, asumiendo un formato similar en una competición a disputar en suelo australiano a partir de la temporada 2020. Este evento se celebraría en tres ciudades aussies para dar inicio a la campaña del ATP World Tour. Es decir, apenas unas semanas después de la Copa Davis y con argumentos potentes para garantizar la participación de los tenistas: una dotación económica de 15 millones de euros, superior a cualquier otro evento organizado por ATP; hasta 750 puntos ATP para los ganadores, no demasiado lejos del botín a obtener en torneo de categoría Masters 1000, y una privilegiada posición geográfica y de calendario, sirviendo como lanzadera en las faldas del primer Grand Slam de la temporada en Melbourne Park.

Este movimiento institucional abre una partida de ajedrez en la operatividad de ambos eventos. La nueva Copa Davis ideada por Piqué e ITF, de repente, tiene ahora ante sí un evento espejo, con unos atractivos muy suculentos para los jugadores y un impacto mínimo en la planificación de sus temporadas. ¿Quiénes participarán en Copa Davis? ¿Será la ATP Cup una bomba de relojería en esos intereses? ¿Cómo va a responder ITF a las grandes ventajas que presenta ese nuevo evento?

Poco convencimiento en el vestuario

Desde junio de 2018, el serbio Novak Djokovic preside el Consejo de Jugadores, un organismo destinado a defender los intereses del vestuario masculino en la maraña de instituciones que rigen los destinos de este deporte. Como rostro visible su labor es intentar transmitir la postura mayoritaria de los competidores ante las cuestiones estructurales que se pongan sobre la mesa. Respecto a la instauración de estos dos torneos el balcánico fue bastante claro.

Foto: Fernando Alonso, este jueves en el GP de Abu Dhabi. (EFE)

“Espero que todas las partes interesadas encontremos un terreno común e intentemos crear un super evento. Solamente uno. Personalmente, creo que no hay espacio para dos competiciones, sobre todo si se encuentran tan cerca la una de la otra. Esto va a ser una realidad inevitable durante las próximas dos temporadas”, reflexionó el serbio ante el escenario que se viene en 2019/2020. “La Copa Davis se va a celebrar el próximo año. Se ha propuesto un cambio de formato en asamblea y se ha aprobado. Y se va a jugar en un formato que es familiar para todos. Unas seis semanas después tendremos un formato muy similar en Australia, en otro evento que va a ser organizado y poseído por ATP”.

“Creo que no es una buena situación para nuestro deporte, porque se supone que todos debemos trabajar con unos intereses comunes. Así son las cosas”, añadió el balcánico. “Considerando el calendario que tenemos y la cantidad de eventos ya existentes, no veo muy sostenible la creación de dos grandes eventos tan unidos. Pienso que esto no va a generar un gran valor. Tendremos dos competiciones mediocres con similitudes muy grandes en concepto y formato. No se trata sólo de mí, creo que todos somos conscientes de ello. Ojalá se llegue a un acuerdo desde 2021 en adelante y hagamos algún tipo de evento conjunto entre ATP y ITF. Es mi deseo y el de muchísimos jugadores y personal de ATP. Veremos lo que ITF quiere hacer”.

Foto: Juan Espino celebrando su victoria ante Green y entrada a la UFC. (@UFC)

Pese a su discurso de entendimiento entre ambas partes, el serbio ha marcado con sus acciones un apoyo hacia una orilla en particular. Presente en el lanzamiento oficial de la ATP Cup días atrás en Londres y participante en los vídeos promocionales del nuevo evento ATP junto a muchas otras estrellas, el actual número 1 mundial deja en manos de ITF la responsabilidad de mover ficha.

El panorama que se abre por delante es tan novedoso como incierto. Perdido el espíritu tradicional de la Copa Davis, con las eliminatorias nacionales reducidas a un mero escenario clasificatorio, y con un formato acelerado, dejando atrás las agónicas series a cinco mangas, la coexistencia de dos eventos similares abre una necesidad clara de negociación. Con tantos actores sobre la mesa, la habilidad para el entendimiento parece más importante que nunca.

¿Puede estar el circuito de tenis ante un momento histórico? ¿Un deporte de tradiciones centenarias se asoma a un momento clave en su adaptación a los tiempos presentes? Este fin de semana las selecciones de Francia y Croacia disputarán en la ciudad gala de Lille la última final de Copa Davis disputada bajo el formato tradicional. Esto es, tras un calendario anual de series de eliminación directa hasta la disputa de la Ensaladera. El formato, ampliamente cuestionado en los últimos años por la dificultad para engarzarlo en el circuito ATP World Tour y garantizar la presencia de los mejores jugadores, será nuevo a partir de la temporada 2019. Y es aquí donde entran las dificultades a abordar.

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