Nadal gana a un duro Schwartzman para meterse en los cuartos de final en Madrid

A Rafa Nadal hay reconocerle el mérito de atraer a tanta gente que ya ha visto la película: un partido más o menos competido (la mayoría de las veces tirando a menos) que acabará ganando el mallorquín, como este jueves ante Diego Schwartzman (6-3, 6-4). Con el número 1 del mundo no hay incertidumbre ni apenas espacio para la sorpresa si se juega en tierra batida, pero eso no evita que todos quieran verlo jugar en directo. Por eso durante la semana del Mutua Madrid Open las gradas de la pista Manolo Santana son un desfile de la clase alta madrileña. Los partidos de Nadal son el evento de esos días en la capital.

La superioridad de Nadal en esta superficie es tal y sus números son tan abrumadores (ya van 50 sets seguidos, uno más que el anterior récord de McEnroe), que hace tiempo que entró en una dimensión legendaria. Ir a ver a Nadal es como hacer el Camino de Santiago, propósitos que realizar al menos una vez en la vida. Si la Caja Mágica tuviera el doble de capacidad, no duden de que se llenaría para verlo jugar.

Y ganar, porque eso es lo que hace la inmensa mayoría de las veces en tierra batida. Si eres su rival, puede pasar que Nadal te pase por encima y no tengas la más mínima opción de responder. O puede pasar, como este jueves, que le pongas las cosas bastante difíciles, aunque el resultado suele ser el mismo. Incluso los partidos más complicados los suele solventar con autoridad.

El duelo contra Diego Schwartzman de este jueves en los octavos de final entra en la segunda categoría, la de los partidos difíciles solventados con autoridad. Nadal venció y se clasificó para los cuartos de final, donde se medirá al austriaco Dominic Thiem, al que ganó hace un año en la final y hace casi un mes en los cuartos de final de Montecarlo. "Dentro de la dificultad, hasta el 4-2 del segundo set, el partido estaba siendo correcto, aunque no perfecto. Luego he tenido dos juegos malos seguidos, pero al final dentro de la dificultad era un partido que estaba controlado", explicó Nadal tras su victoria.

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El buen partido del Peque

A Schwartzman le apodan 'El Peque' por 1,70 metros de estatura, pero es un gran tenista. A Nadal le puso las cosas muy complicadas al comienzo del primer set y al final del segundo, cuando sirvió para ponerse 5-4 a favor. Las dos dobles faltas que cometió en ese momento fueron el único momento en el que le pudo la presión. En el resto del partido jugó de tú a tú con el número 1 del mundo.

"Todo el mundo tiene que trabajar los puntos contra él", dijo Nadal en la entrevista pospartido. "Es un jugador muy, muy bueno, tiene un mérito grande. Se ha superado año tras año. Lee muy bien los puntos, aparte de ser una bala moviéndose. Tiene una gran habilidad para ver a dónde vas a tirar y una gran habilidad en la mano", resumió el español sobre su rival.

Schwartzman no tiene físico de tenista moderno, pero tiene mucho tenis dentro. A Nadal le exigió dar una gran versión para ganar. Aguántondole los peloteos desde el fondo de la pista y siendo agresivo tanto con la derecha como con el revés. Hizo todo lo que estuvo en mano, el problema es que ni siquiera un partido brillante es suficiente cuando quien está enfrente es Nadal y lo que pisas es polvo de ladrillo. Es esa 'rafatiga' que provoca en sus contrincantes.

Nadal aguarda con paciencia su momento, esperando el fallo del rival si no puede lanzar el golpe ganador. Y cuando aparece una opción de 'break', no suele desaprovecharla. Así lo hizo en el primer set y en el segundo, aunque luego perdió su saque y el partido se le complicó. "La he liado en ese juego del 4-3", dijo. En el siguiente juego pudo deshacer el entuerto gracias a las dos dobles faltas de Schwartzman y sellar el triunfo.