El campeón Fabio Quartararo neutraliza el poderoso despertar de Pecco Bagnaia

Decíamos hace un par de semanas que Fabio Quartararo iba a pasar las de Caín en sus próximas citas del Mundial de MotoGP y que la carrera de Austria sería un duro trance para el francés. Pero en el terreno más adverso posible, rodeado por cinco Ducati en las dos primeras líneas de la parrilla, en una pista en la que las motos italianas han ganado seis de las ocho carreras disputadas con anterioridad en el Red Bull Ring, Quartararo sacó a relucir el talento que atesora. El francés hizo brillar los galones de campeón, logrando una más que valiosa segunda posición, el mejor resultado de la marca japonesa en Austria desde que este circuito regresó al calendario de MotoGP en 2016.

No podemos pasar por alto la determinación de Pecco Bagnaia, que le llevó a sumar su tercera victoria consecutiva y quinta de la temporada, pero arrastra demasiados ceros en su casillero, por errores propios y ajenos, y eso le deja todavía lejos, muy lejos de Quartararo. A 44 puntos del piloto francés, y eso sigue siendo mucho. Bagnaia ha demostrado una solidez notable tras los errores inexplicables del pasado, de esta temporada y de la anterior, de los que parece querer redimirse con sus cabalgadas en solitario.

Hacer una carrera en cabeza de principio a fin, como hizo Bagnaia, tiene sus riesgos. En especial si no se hace una buena gestión de los neumáticos, pero el italiano fue inteligente y, tras tomar la delantera y ganar terreno, marcó un ritmo razonable una vez informado de la retrasada posición de Quartararo, sexto, bregando entre las Aprilia. En Ducati no hay órdenes de equipo, solo les dicen a sus pilotos que sean inteligentes y prácticos. Miller intentó ponerse delante para hacer de liebre y liberar a su compañero de ese peso, pero Bagnaia, con una convicción impresionante, le replicó de inmediato. Y Miller entendió ese mensaje no verbal: "¡Dejadme solo!".

Así que se quedó a la espera, viéndoselas con un Jorge Martín que desde el momento de la salida tenía como objetivo superar a Enea Bastianini, el autor de la 'pole', con el que se disputa una plaza en el equipo de fábrica para 2023. Los dos se midieron con crudeza en las primeras vueltas hasta que un insólito golpe con uno de los 'pianos' interiores del circuito dobló la llanta delantera de la moto del italiano y perdió presión en el neumático. Algo insólito. Martín podía haber ganado enteros en esta carrera, pero peleando por el tercer puesto con Miller se cayó. ¿Quién irá al equipo de fábrica? La incertidumbre se mantiene.

Buena elección

Quartararo acertó perfectamente en la elección de sus neumáticos, optando por el compuesto duro delantero y el medio trasero. Por eso, en las primeras vueltas tuvo que ser conservador, aunque esa estrategia le dio sus frutos en la segunda mitad de carrera, cuando comenzó a ganar terreno a los que tenía por delante, ya que todos, salvo Martín, montaron el compuesto blando delantero. En la parte final, el de Yamaha rodaba mucho más rápido que los demás. Quizá si hubiera despertado un par de vueltas antes, Bagnaia lo habría pasado peor. En cualquier caso, Quartararo demostró que no se le puede descartar, ni siquiera en los circuitos menos favorables para su mecánica.

Las siete carreras que quedan por delante son pistas variadas, pero en general priman la aceleración y la frenada, puntos fuertes de Ducati, y donde abundan las largas rectas en las que la moto italiana puede aplicar al máximo el potencial de su motor. Después de ver la exhibición que Quartararo hizo en Austria, resulta absurdo hacer previsiones siguiendo el criterio de la lógica, porque hemos visto que el francés es capaz de desbaratar cualquier pronóstico. Lo de este domingo fue un manotazo sobre la mesa, una llamada de atención para recordar que, aunque haya un 20 sobre el carenado de su moto, en realidad él es el número 1 de MotoGP, y pretende seguir siéndolo.

Las Aprilia eligieron mal, optaron por el compuesto blando delantero y no funcionó. Viñales salió con mucha decisión en las primeras vueltas, pero pronto se vio con problemas, y Espargaró, con más oficio sobre la moto italiana, fue más calmado. Incluso llegó a tener a Quartararo a tiro de piedra, pero en la segunda mitad de la carrera no pudo contener a las Ducati de Marini y Zarco, aunque firmó una valiosa sexta posición, pero cediendo diez puntos ante Quartararo. Sigue segundo del Mundial, a 32 puntos del francés, y ya nota el aliento de Bagnaia, que le ha recortado 45 puntos en las tres últimas carreras.

Nos vamos del Red Bull Ring con satisfacción, sin vivir los sobresaltos de las últimas ediciones. La nueva 'chicane' construida en uno de los puntos más críticos de la pista ha surtido el efecto esperado y ha resultado incluso poco cruenta, ya que apenas se han producido incidentes en estos virajes. Un lugar donde normalmente se producen adelantamientos y conflictos. Apenas hubo maniobras ganadoras, solo una, la pasada de Quartararo a Miller con que ganó la segunda plaza. Puede que la mayoría pensara que era imposible ganar terreno allí, pero estaban equivocados. El campeón, el líder de MotoGP, enseñó el camino a seguir.