Pecco Bagnaia recibe ayuda divina para seguir soñando con ganar el Mundial de MotoGP

La situación es tan igualada en MotoGP que son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. Para Fabio Quartararo, el Gran Premio de Reino Unido ya venía definido por la penalización impuesta tras el pasado Gran Premio de Holanda, en el que provocó la caída de Aleix Espargaró. Para el piloto francés, la clave era alcanzar la primera línea de parrilla, pero no la consiguió. Sin embargo, hizo una excelente salida y se colocó segundo tras Johann Zarco, hasta que en la cuarta vuelta cumplió con la penalización, bajando a la quinta posición. A partir de ese momento, se le comenzaron a complicar las cosas.

El problema para Quartararo fue la elección de sus neumáticos, los mismos que le llevaron a la victoria en 2021. El compuesto blando delantero y medio trasero, un paso por debajo de la elección mayoritaria de la parrilla, que ante el incremento de temperatura con respecto a la jornada del sábado, con 10 grados más en el asfalto, eligió los compuestos medio delantero y duro trasero. Para colmo, la peor opción de Quartararo era quedarse atrapado dentro de un grupo, exponiendo el tren delantero a un incremento de temperatura, como así le sucedió, y vuelta tras vuelta se vio superado por pilotos que llegaban desde atrás: Viñales, Martín, Bastianini, Oliveira…

La octava posición era su puesto, y dentro de lo malo al menos conseguía quedar por delante de Espargaró, pero este le atacó en la última vuelta y estuvo a punto de levantarle la cartera. Le faltó poco. Qué duda cabe que el piloto de Aprilia, que había sufrido una durísima caída en una de las sesiones de entrenamientos del sábado, fue uno de los grandes ganadores del domingo, a pesar de solo ser noveno. Pero en esas condiciones, solo ha cedido un punto ante Quartararo. El francés tenía el campeonato encarado, pero en estas dos últimas carreras se ha complicado la existencia. Aun así, sigue contando con 22 puntos sobre Espargaró y 49 sobre Pecco Bagnaia, que nadie lo olvide.

El italiano viene muy fuerte

Bagnaia ha enlazado dos victorias seguidas, Assen y Silverstone, y surfea sobre la ola de su gran oportunidad, porque tiene por delante dos territorios bastante favorables: el Red Bull Ring austriaco y el circuito de Misano. En Silverstone, Bagnaia reconoció haber recibido una ayuda excepcional, podríamos decir casi divina, porque estuvo en contacto permanente con Valentino Rossi y Casey Stoner a lo largo del fin de semana. Rossi le ha ayudado con la elección del neumático, mientras que Stoner le ha revelado alguno de sus secretos en el circuito británico.

Los neumáticos fueron cruciales, siempre lo son, y a Bagnaia le costó mucho terminar de afinar la puesta a punto para la carrera. Tenía problemas de agarre trasero y siguiendo los consejos de Rossi fue ajustando la geometría y cambiando su elección en el 'warm up' de la mañana del domingo, adoptando finalmente un cambio para la carrera que resultó crucial. Lo último que se esperaba en Silverstone es que ganara Bagnaia y parecía que era Johann Zarco el destinado a llevarse el triunfo. Era su día, pero el francés cometió un error y se fue al suelo.

Bagnaia ha sabido gestionar perfectamente la situación y mantener la calma a pesar de la arrolladora llegada de Alex Rins, impresionante y espectacular, pero en un derroche de valor el piloto de Suzuki machacó sus neumáticos y terminó hundiéndose, sin poder responder al ataque de Bagnaia a mitad de carrera.

Viñales ya está aquí

Bagnaia supo nadar y guardar la ropa. Disfrutar de la complicidad de su compañero Jack Miller también era una garantía, aunque el australiano tenía claro que su carrera estaba condenada porque su opción por el compuesto delantero blando le dejaba sin opciones de pelear por la victoria. Más aún con la entrada en escena de Maverick Viñales.

Poco se habla de lo que está consiguiendo Aprilia esta temporada. La perfecta conjunción entre Espargaró y la moto es algo sobradamente conocido, pero además ahora se suma Maverick Viñales a la ecuación de Noale. Esto permite a la escudería de Aprilia liderar la clasificación de equipos. Viñales no hizo una buena salida porque se vio atrapado en un toque con otros pilotos, lo que le retrasó a la séptima posición en la primera vuelta y no pudo aprovechar la privilegiada segunda plaza que tenía en la parrilla. Pero Viñales se rehízo y a mitad de carrera consiguió dar caza al grupo de cabeza.

Y en el desenlace de la carrera tuvo los arrestos suficientes para irse a por Bagnaia. En la penúltima vuelta se echó encima y lo intentó en la curva 13, donde una y otra vez ganó posiciones en su persecución de Bagnaia. Por unos metros, Viñales lideró la carrera, pero Bagnaia salió con mejor tracción de la curva, recuperó la primera posición y se marchó en pos de la victoria. A pesar de no ganar, Viñales estaba radiante: su segundo podio consecutivo con Aprilia. Y lo mejor está por venir.

Viñales aguarda como agua de mayo la próxima cita, el Gran Premio de Austria, el escenario donde el año pasado se escenificó su ruptura con Yamaha. El piloto de Rosas se ha marcado a fuego esa cita, un lugar que 12 meses después puede marcar el comienzo del nuevo Maverick. No sabemos si esto puede ser bueno o no para las aspiraciones de Espargaró. 'Il Capitano' ya no es el único que sabe sacarle jugo a la RS-GP. Bendito problema con el que tienen que lidiar en Aprilia.

Por último, la cita de Silverstone ha marcado un nuevo hito en la debacle de los fabricantes japoneses en MotoGP. La primera moto japonesa fue séptima, la Suzuki de Rins, por delante de la Yamaha de Quartararo. ¿Y la mejor Honda? En decimotercera posición. No hay luz al final del túnel. Parece que Marc Márquez estará en disposición de rodar en las pruebas del Misano del próximo septiembre, pero aún no hay fecha para su regreso a las pistas, ni se conoce aún el nombre de su futuro compañero.