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El universo MotoGP encuentra en Fabio Quartararo a un nuevo ídolo al que adorar
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Victoria aplastante

El universo MotoGP encuentra en Fabio Quartararo a un nuevo ídolo al que adorar

En una temporada marcada por la alternativa y la falta de referencias con la lesión de Marc Márquez, Fabio Quartararo emerge como el piloto que marca la diferencia en MotoGP

Foto: El piloto francés vuelve a mandar con autoridad. (Reuters/Lisi Niesner)
El piloto francés vuelve a mandar con autoridad. (Reuters/Lisi Niesner)

Lo he escrito varias veces y no me importa repetirme. Cuando el campeonato vivía bajo el férreo dominio de un piloto ganador y autoritario, ya fuera Mick Doohan, Valentino Rossi o Marc Márquez, se añoraba la presencia de un mayor número de pilotos que pudieran pelear por el éxito. Ahora que MotoGP disfrutaba del campeonato más abierto y disputado de su historia, sin un claro favorito, y en el que el número de aspirantes a ganar era de lo más amplio, se añoraba la figura de un piloto dominador que sirviera de referencia. Es inconformismo o insatisfacción. O simplemente una muestra de la dualidad del ser humano.

Pero es cierto que en las competiciones siempre se echa en falta a una referencia. Si no existiera Rafa Nadal, ¡habría que inventarlo!... ¿Verdad? Y en MotoGP echamos de menos al autoritario e irreductible Marc Márquez, precisamente ahora que parecía que la lucha por el título iba a ser una cosa entre varios pilotos. De un modo u otro, con un dominador intratable o en un campeonato abierto, siempre es bueno que haya una referencia, y ahora parece que, por fin, MotoGP ha encontrado la suya, y se llama Fabio Quartararo.

placeholder El francés celebra la victoria este fin de semana. (EFE/Filip Singer)
El francés celebra la victoria este fin de semana. (EFE/Filip Singer)

Las dudas de principio de temporada en torno al actual campeón de MotoGP fueron sembradas por su propia incertidumbre, esa que le llevó a quejarse de su moto, a dudar de su continuidad en Yamaha, que hizo que se dejara querer por otras marcas. Por Honda, por Suzuki… Pero una vez que Quartararo fue consciente de su situación y del entorno, comprendió que desde Yamaha podía consolidarse y progresar.

Uno tras otro, los primeros aspirantes se han resquebrajo o han caído. El momento dulce de Enea Bastianini ha quedado atrás, marcado por sus errores. Y qué decir de Pecco Bagnaia, que una vez más ha errado en una carrera crucial, en la que el potencial de su Ducati debía ponerle por encima de Quartararo y su Yamaha, porque Sachsenring no es precisamente un circuito propicio para la marca japonesa, que desde 2009 no ganaba en la pista alemana. Solo Aleix Espargaró y Aprilia resisten el envite de Quartararo y Yamaha, y aunque el piloto de Granollers no hubiera fallado hace dos semanas en el Gran Premio de Cataluña, donde su error regaló nueve puntos más al francés, seguiría alejándose poco a poco del dúo que lidera.

placeholder Aleix Espargaró, en acción. (Reuters/Lisi Niesner)
Aleix Espargaró, en acción. (Reuters/Lisi Niesner)

Quartararo ha logrado resultados extraordinarios en pistas donde, teóricamente, tenía que pasar más apuros: Mugello, Cataluña y Sachsenring. Ahora encara Assen, un circuito idóneo para su pilotaje, donde la velocidad de paso por curva de la Yamaha puede plantar cara a las Ducati, ya que no tienen una larga recta en la que exprimir al máximo todo el potencial de su motor.

El camino del campeón

Quartararo está ejerciendo de campeón, y el campeón siempre ha de ser la referencia de la categoría. En el pasado fue un joven arrollador y desafiante, rápido a una vuelta, que se topó con la experiencia y la determinación de un reinante Márquez que peleaba por la victoria hasta la última curva de la última vuelta, y que siempre le dejó con la miel en los labios. En 2020 le faltó consistencia y madurez, y notó el peso de la púrpura, perdiendo un claro liderazgo en la categoría en aquel año extraño y marcado por la incertidumbre.

Y la temporada pasada consiguió todo lo que arrastraba del año anterior, todas las asignaturas pendientes que le habían impedido consagrarse. Y se convirtió en el campeón. Pero un campeón, como Joan Mir, coronado en ausencia del piloto dominador de la categoría, y ese es un pesado lastre con el que les ha tocado cargar tanto a Mir como a Quartararo.

placeholder El piloto de Yamaha celebra la victoria en Alemania. (Reuters/Lisi Niesner)
El piloto de Yamaha celebra la victoria en Alemania. (Reuters/Lisi Niesner)

Sin embargo, esta temporada el piloto francés ha dado la vuelta a la situación. Está peleando solo contra todos, contra un enjambre de Ducatis que zumban de un modo intimidante, que le han desbancado de la 'pole position', lo que parecía su territorio natural, y aun así, con solo una 'pole' en las últimas 22 carreras disputadas, Quartararo ha sido capaz de sobreponerse a todo. Este año, incluso, le cuesta asegurarse un sitio en primera línea, que únicamente ha logrado en cuatro de los 10 grandes premios de esta temporada. Y hoy más que nunca, es importantísimo lograr la 'pole' o hacer primera línea en MotoGP para arrancar una carrera con opciones, porque los adelantamientos se han puesto carísimos.

Quartararo, sin embargo, está por encima de todo eso. ¿No decíamos que MotoGP necesitaba un piloto sólido, una referencia con la que medirse, un piloto al que batir? Pues ya lo tenemos, es el campeón en título, Fabio Quartararo. Tiene todo lo que estaba esperando el campeonato. Seguimos esperando con ilusión el regreso de Márquez, nadie lo puede negar, pero en ese esperado día de su vuelta a las pistas en plenas facultades, se va a encontrar enfrente a un nuevo piloto, quizá desconocido para él.

Lo he escrito varias veces y no me importa repetirme. Cuando el campeonato vivía bajo el férreo dominio de un piloto ganador y autoritario, ya fuera Mick Doohan, Valentino Rossi o Marc Márquez, se añoraba la presencia de un mayor número de pilotos que pudieran pelear por el éxito. Ahora que MotoGP disfrutaba del campeonato más abierto y disputado de su historia, sin un claro favorito, y en el que el número de aspirantes a ganar era de lo más amplio, se añoraba la figura de un piloto dominador que sirviera de referencia. Es inconformismo o insatisfacción. O simplemente una muestra de la dualidad del ser humano.

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