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La audacia de Fabio Quartararo le da la victoria y el liderato en el mundial de MotoGP
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Su primer triunfo este año

La audacia de Fabio Quartararo le da la victoria y el liderato en el mundial de MotoGP

El Mundial de 2022 avanza sobre un guion incierto, marcado por las sorpresas y lo imprevisto. Y en el capítulo de hoy, el francés ha conseguido una victoria impensable

Foto: Fabio Quartararo, tras ganar en Portugal. (EFE/Jose Sena)
Fabio Quartararo, tras ganar en Portugal. (EFE/Jose Sena)

Parece ser que esta temporada el Mundial de MotoGP es una caja de sorpresas, que nada se desarrolla de acuerdo con lo que antes entendíamos como lógico. Una definición que marcaba una clara distinción entre quién era el favorito a la victoria y quién no. Llevamos cinco carreras y cuatro ganadores, y aunque en Portugal se ha impuesto el actual campeón del mundo, Fabio Quartararo, su nombre no era precisamente el que más sonaba en las quinielas.

Tampoco nos tiene que sorprender una carrera como la que hemos visto en Portimao. Después de dos días azotados por las tormentas y el viento, el cielo dio una tregua y los pilotos pudieron rodar en condiciones más o menos normales, pero sin haber conseguido poner las motos a punto de forma adecuada por no haber tenido oportunidad de rodar con pista seca. En condiciones así, o te sientes cómodo sobre tu moto o no tienes nada que hacer. Y hoy, Quartararo estaba a gusto. Su ritmo de carrera ha sido demoledor, rodando hasta la penúltima vuelta en tiempos de 1' 39". Sirva de referencia que Marc Márquez, por ejemplo, solo pudo dar una vuelta en ese registro.

¿Qué ha cambiado para que esto fuera así? No cabe duda de que la buena salida de Quartararo le dio confianza —ganó tres puestos en la arrancada—, y que en vez de tener a las Ducati delante estuviera la Suzuki de Joan Mir también ayudó. La Yamaha, como la Suzuki, con su motor de cuatro cilindros en línea, tiene un excelente paso por curva y una buena salida, pero en las rectas sucumbe ante los motores V4 de las Ducati y las Honda. Y Portimao, como una recta que no es muy larga y un asfalto de buen agarre, resultaba favorable a Yamaha y Suzuki. La jauría de Ducati no tenía suficiente espacio para devorar a sus rivales por velocidad punta.

placeholder Quartararo celebra su victoria en el Gran Premio de Portugal. (Reuters/Pedro Nunes)
Quartararo celebra su victoria en el Gran Premio de Portugal. (Reuters/Pedro Nunes)

Fabio, el audaz

Quartararo, con pista libre por delante, hizo sus trazadas y exprimió al máximo las características de la Yamaha. Cuando está encerrado en el grupo, como hemos visto en anteriores carreras, al francés le cuesta mucho más progresar. Y así se ha sentido cómodo, ha ganado confianza y se ha escapado sin que nadie le pudiera poner freno. Quizás sus perseguidores pecaron de conservadores en el arranque de carrera porque tenían muchas dudas sobre el ritmo de carrera. Todos montaron compuestos medios —salvo Pol Espargaró y Alex Márquez—, y se confiaron creyendo que Quartararo pagaría cara su osadía. No. El francés había dado con el ritmo de carrera.

El resultado de su audacia es una merecida victoria y un inesperado liderato en el Mundial. La de Portugal ha sido una carrera de pilotos, donde el valor y las buenas manos se han impuesto a la tecnología. La sensibilidad de Quartararo en esta situación le ha ayudado. Sencillamente, se ha sentido a gusto, y se ha reflejado en la pista, con una dinámica y un ritmo incontestables.

Lo sorprendente es que después de haber oído a Quartararo rabiar por el rendimiento de su moto, después de ver cómo se hace el remolón en sus negociaciones para renovar su contrato con Yamaha de cara al futuro, ahora lo vemos en lo alto de la clasificación. Y no le falta razón en sus quejas, porque si atendemos al rendimiento de las otras Yamaha que hay en pista, parece como si se tratara de motos diferentes, pero en realidad la diferencia reside en que Quartararo, a pesar de todo, pone algo más que el resto de los pilotos de Yamaha.

placeholder Márquez, perseguido por varios pilotos. (Reuters/Pedro Nunes)
Márquez, perseguido por varios pilotos. (Reuters/Pedro Nunes)

Un extraño inicio de campeonato

Estamos asistiendo a un inicio de campeonato extraño, incierto, enormemente volátil. Es un arranque de temporada que se asemeja al juego de los errores, con la eliminación de muchos favoritos en las primeras carreras, que acumulan ya varios ceros o malos resultados. Nadie ha conseguido hacer más de dos podios en estas cinco primeras carreras, y los tres que están en las primeras posiciones de la clasificación, Fabio Quartararo, Álex Rins y Aleix Espargaró —separados por tan solo tres puntos— son los únicos que han puntuado en todas las carreras.

Es un campeonato que todavía resulta accesible incluso para los favoritos que se han quedado atrás, como Bagnaia y Márquez. La puntuación media por carrera del líder Quartararo es baja, 13,8 puntos, es decir poco más de un cuarto puesto. Quien quiera postularse al título tiene que empezar a subir al podio con regularidad y ganar carreras para distinguirse de los demás, y el que lo consiga cobrará mucha ventaja. Ahora lo fundamental es no fallar. Es sorprendente comprobar como en estos momentos resulta imposible destacar un conjunto sobre los demás, porque el campeonato de pilotos lo lidera Yamaha, el de constructores Ducati, y el de escuderías Suzuki. Es una situación muy extraña de ver. El colmo de la igualdad ha sido ver hoy en las seis primeras posiciones a un representante de cada una de las seis marcas implicadas en MotoGP: Yamaha, Ducati, Aprilia, Suzuki, KTM y Honda.

Por último, volver a incidir en el evidente paso adelante que ha dado Aprilia. Seguramente nadie, ni ellos mismos, pensaba que estarían en esta situación. Hoy Espargaró ha vuelto a terminar en el podio, y esto quiere decir que con un 'cajón' más, sea cual sea, se quedarán sin las concesiones que ahora les da el reglamento. Cuando llegue el momento se enfrentarán al gran desafío, ese que te puede llevar a morir de éxito.

Parece ser que esta temporada el Mundial de MotoGP es una caja de sorpresas, que nada se desarrolla de acuerdo con lo que antes entendíamos como lógico. Una definición que marcaba una clara distinción entre quién era el favorito a la victoria y quién no. Llevamos cinco carreras y cuatro ganadores, y aunque en Portugal se ha impuesto el actual campeón del mundo, Fabio Quartararo, su nombre no era precisamente el que más sonaba en las quinielas.

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