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MotoGP se debate entre la esperanza y la incertidumbre por la pesadilla de Márquez
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Una decisión muy dolorosa

MotoGP se debate entre la esperanza y la incertidumbre por la pesadilla de Márquez

La situación que se plantea ante el forzoso parón del piloto español para someterse a una nueva operación deja al circuito de MotoGP sumido en el caos

Foto: El piloto español, este fin de semana. (Reuters/Ciro de Luca)
El piloto español, este fin de semana. (Reuters/Ciro de Luca)

Mientras que todo Mugello se sumergía en el emotivo homenaje a Valentino Rossi que supuso la retirada de su mítico dorsal 46, Marc Márquez, haciendo de tripas corazón, se preparaba para afrontar otro duro episodio de su carrera deportiva. Es fácil imaginar cómo el bullicio de la celebración se colaba en el silencio del camión de Honda, donde Márquez, Alberto Puig y todo el equipo de comunicación preparaban la rueda de prensa que habrían de dar solo unas horas después, comunicando la parada forzosa del piloto.

El Mundial de MotoGP no está preparado para semejante vacío. A los últimos coletazos de la despedida del hombre y mito que ha acompañado en los últimos 25 años al campeonato, se suma el drama de Márquez, el hombre de referencia de la categoría en el último decenio –esta es su décima temporada en MotoGP-, que sigue sufriendo las secuelas del horrible accidente sufrido hace ahora algo menos de dos años, y que ha condenado ya tres temporadas de su carrera deportiva.

placeholder El piloto español sigue su suplicio. (EFE/CLAUDIO GIOVANNINI)
El piloto español sigue su suplicio. (EFE/CLAUDIO GIOVANNINI)

MotoGP tendría que estar disfrutando con el espectáculo del gran campeón, disputándose la victoria mano a mano con la generación que lo destronó, con Joan Mir y Fabio Quartararo, con esa legión de novatos que se ha asomado a las primeras posiciones del campeonato. Pero desgraciadamente, ese relevo generacional, que tarde o temprano tiene que producirse, se ha dado en MotoGP de un modo antinatural, sin el hombre de referencia de la categoría. Es una situación injusta para todos, para el campeón, para los aspirantes, para todos los pilotos, y para el campeonato. Pero así son las carreras.

Vive una pesadilla

No puedo dejar de pensar en cierto paralelismo entre la pesadilla que está viviendo Márquez y la que vivió, hace ahora treinta años, el gran dominador de los años noventa, Mick Doohan. El 26 de junio de 1992, Doohan se destrozó su pierna derecha en un accidente durante los entrenamientos del Gran Premio de Holanda, cuando estaba dominando el campeonato con una autoridad indiscutible. Dos meses después regresó, en muy mal estado físico, para disputar las dos últimas carreras y defender sus opciones, en un esfuerzo sobrehumano, y tuvo que rendir el título ante Wayne Rainey.

placeholder El histórico corredor, Mick Doohan. (REUTERS/Aly Song)
El histórico corredor, Mick Doohan. (REUTERS/Aly Song)

Doohan pasó un año entero sufriendo multitud de problemas porque no terminaba de estar recuperado, y vivió un nuevo invierno terrible, durísimo, marcado por el dolor y el sacrificio. En este pequeño párrafo podríamos sustituir el nombre de Doohan por el de Márquez y la situación habría sido idéntica, solo que la pesadilla del piloto español va para su tercera temporada y todavía no vemos el momento en que llegue a su fin. Doohan vivió dos años muy duros, y al tercero se coronó por primera vez campeón. Podría haberlo sido en 1992 de no ser por el accidente, pero tuvo que esperar a estar recuperado antes de iniciar un dominio férreo del Mundial, plantando cara a cuantos rivales le salían al paso, con Alex Crivillé como su mayor y más duro opositor.

El 8 de mayo de 1999, después de disfrutar de un periodo de cinco años en estado de gracia, Doohan volvió a sufrir un accidente terrible, en Jerez, en la misma curva donde 21 años después comenzaría la pesadilla de Márquez. Y allí se acabó la carrera de Doohan, a los 33 años de edad. Ya no tenía ganas de volver a empezar de cero, ya no había nada que demostrar.

El español acabó décimo

Márquez tampoco tiene nada que demostrar ni hoy ni hace dos años, cuando tuvo su accidente, pero lo que tiene el piloto de Cervera es una enorme pasión por su trabajo, una profesionalidad absoluta que le ha llevado, a pesar de saber que tendría que poner rumbo a Estados Unidos el próximo martes, a salir a dar todo lo que tiene, aunque le cueste la piel, como sucedió en la sesión clasificatoria del sábado.

Solo una hora después de aquella dura caída tendría que plantarse ante los medios de comunicación en la sala de conferencias de Mugello, un espacio angosto y hasta agobiante cuando se reúnen a todos los pilotos para las ruedas de prensa previas, o tras las sesiones clasificatorias, que ahora se antojaba vacío, inmenso y aterrador ante esas dos solitarias sillas, las que iban a ocupar Alberto Puig y él mismo para dar a conocer su situación. Y, cumpliendo con su compromiso, el domingo volvió a subirse a su moto, a dar todo lo que podía en uno de los circuitos más exigentes del campeonato. Acabó décimo, que puede saber a poco. Acabó a once segundos del ganador, que no es nada.

placeholder MotoGP - Italian Grand Prix - Mugello Circuit, Scarperia e San Piero, Italy - May 29, 2022 Gresini Racing MotoGP's Fabio Di Giannantonio, Gresini Racing MotoGP's Enea Bastianini, Pramac Racing's Johann Zarco, Red Bull KTM Factory Racing's Brad Binder, Red Bull KTM Factory Racing's Miguel Oliveira and Repsol Honda Team's Marc Marquez in action during the race REUTERS Ciro De Luca
MotoGP - Italian Grand Prix - Mugello Circuit, Scarperia e San Piero, Italy - May 29, 2022 Gresini Racing MotoGP's Fabio Di Giannantonio, Gresini Racing MotoGP's Enea Bastianini, Pramac Racing's Johann Zarco, Red Bull KTM Factory Racing's Brad Binder, Red Bull KTM Factory Racing's Miguel Oliveira and Repsol Honda Team's Marc Marquez in action during the race REUTERS Ciro De Luca

Me resulta imposible ponerme en su piel, entender lo devastador que puede ser la sucesión de sacudidas que le está dando la vida, con días de dolor y días de gloria, que también los ha tenido, afortunadamente, con malos y buenos momentos, con desilusiones y esperanzas. No es fácil digerir estas bofetadas de la vida. Pero el sábado, durante la rueda de prensa en la que se enfrentó a la verdad de su estado, sin juegos verbales, sin apariencias, cara a cara con su destino, vimos a un hombre sincero y honesto, a veces al borde de la emoción, pero creo que por encima de todo vimos una persona que se aferra a la esperanza.

Es terrible tener que parar de nuevo, pero Márquez se aferra a esta nueva intervención quirúrgica con la esperanza de que sea el principio del fin. También fue así en anteriores ocasiones, y por eso resulta encomiable que sigue teniendo fe. Y ambición, y ganas. MotoGP necesita que Márquez tenga fe, ambición y ganas. El campeonato vive un momento crucial. La vida del campeonato sigue garantizada por el buen trabajo que ha hecho Dorna, pero faltan referencias y modelos. Se ha ido Rossi, enganche de la afición con este deporte en los últimos 25 años, y ahora él, que era el objetivo de todos, lleva ausente, con idas y venidas, dos años. No quiero menospreciar a los demás pilotos de la parrilla, pero creo que también todos ellos necesitan a Márquez.

Mientras que todo Mugello se sumergía en el emotivo homenaje a Valentino Rossi que supuso la retirada de su mítico dorsal 46, Marc Márquez, haciendo de tripas corazón, se preparaba para afrontar otro duro episodio de su carrera deportiva. Es fácil imaginar cómo el bullicio de la celebración se colaba en el silencio del camión de Honda, donde Márquez, Alberto Puig y todo el equipo de comunicación preparaban la rueda de prensa que habrían de dar solo unas horas después, comunicando la parada forzosa del piloto.

Marc Márquez Valentino Rossi Honda