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Yamaha 'pasa' de su tercer piloto: volverá a la moto de 2016 pese a la opinión de Zarco
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Yamaha 'pasa' de su tercer piloto: volverá a la moto de 2016 pese a la opinión de Zarco

Yamaha intenta recomponerse, en busca del agarre perdido, su talón de Aquiles. Y parece que tomará el camino de 2016, regresando al bastidor de aquel año, aunque Zarco prefiera la de 2017

Foto: Johann Zarco durante los entrenamientos de pretemporada celebrados en Cheste en noviembre. (EFE)
Johann Zarco durante los entrenamientos de pretemporada celebrados en Cheste en noviembre. (EFE)

Queda poco más de un mes para que las motos vuelvan a rodar. Será el próximo 28 de enero en Sepang (Malasia), cuando los pilotos de MotoGP reanuden el trabajo con las primeras pruebas de la pretemporada. No cabe duda que este invierno el principal punto de interés es conocer el camino que tomará Yamaha para recuperar posiciones en el campeonato tras la temporada más decepcionante de los últimos años. Desde 2007, los pilotos de Yamaha siempre habían terminado primeros o segundos en MotoGP, pero este año Maverick Viñales sólo pudo ser tercero y Valentino Rossi, quinto. Aunque desde las filas de la marca aseguran que no se trata de un año desastroso, qué duda cabe que es una decepción.

Pero no vale la pena llorar sobre la leche derramada. En la casa de Iwata miran hacia delante con confianza, y no se trata de un mero acto de fe. Es necesario recuperar la senda correcta, esa que perdieron a mitad de temporada de forma imprevista cuando los problemas de agarre y las dificultades en las pistas mojadas les hicieron dudar, poniendo en cuestión si el bastidor 2017 era adecuado o no.

A menudo se confrontaba el rendimiento de Viñales y Rossi con el debutante Johann Zarco, que corrió con la versión de 2016 de la YZR M1. La temporada del doble campeón del mundo francés fue notable, poniendo en apuros a los hombres de fábrica en determinados momentos y superándolos en algunas circunstancias, pero lo únicos que ganaron carreras con la Yamaha fueron Viñales y Rossi. Puede que la M1 2017 no fuera la mejor Yamaha de la historia de MotoGP, pero tampoco fue un carrito de polos.

placeholder Maverick Viñales, tercero, fue el mejor piloto de Yamaha en MotoGP. La marca japonesa no tenía un resultado tan malo desde 2007. (EFE)
Maverick Viñales, tercero, fue el mejor piloto de Yamaha en MotoGP. La marca japonesa no tenía un resultado tan malo desde 2007. (EFE)

Zarco aprieta, pero no ahoga

En la temporada 2017 se batió el récord de la pista en cinco de las 13 carreras disputadas en seco, y cuatro de esos récords fueron establecidos por hombres de Yamaha. Viñales lo logró en Le Mans, sobre una pista reasfaltada en la que Yamaha había entrenado con anterioridad a la carrera, con lo que llegó al gran premio con los deberes hechos. Jonas Folger marcó el récord en el nuevo y circunstancial trazado de Montmeló –el año próximo se regresará al diseño original tras un reasfaltado invernal y reformas en la fatídica curva 12, donde perdió la vida Luis Salom– y en Sachsenring, su pista de casa. Y Zarco batió el récord en el Red Bull Ring, la pista austriaca donde los pilotos, tras su segunda visita, aún tienen un notable margen de mejora.

Los neumáticos fueron también un tema recurrente en determinados momentos, pero lo cierto es que no se puede cargar sobre Michelin la responsabilidad en las dificultades de Yamaha. Los problemas sufridos en Jerez y Cataluña –reasfaltados para 2018– tienen su origen en el asfalto más que en otra cosa, y en otras pistas el rendimiento en mojado ha sido más pobre por una combinación de factores, como la dificultad de pilotaje con goma gastada y la evidente falta de confianza que sufrió Viñales en agua.

Foto: Márquez conversa con un miembro de Michelin. (EFE/EPA) Opinión

Lo cierto es que ver a Zarco tan suelto en determinados momentos de la temporada acrecentó las dudas en el garaje de Yamaha, y eso prolongó el debate sobre los problemas del bastidor de 2017. El colmo fue cuando en Valencia, la última carrera del año, Viñales y Rossi corrieron con el chasis 2016 y no pudieron con el francés. Es lógico que el resultado de Cheste fuera así: después de cuatro sesiones de pruebas y una clasificatoria con el chasis 2017 decidieron correr con el 2016 tras el 'warm up' del domingo, una sesión de sólo 20 minutos, con caída incluida para Viñales.

Desde las filas de Yamaha se intenta acallar el debate sobre qué camino seguir en 2018, un debate iniciado por sus propios pilotos, por Valentino Rossi, cuando puso en cuestión la vía de desarrollo elegida. Aquello no fue bueno, creó desconcierto y desconfianza de puertas para dentro, pero no parece que en Yamaha la situación vaya a mejor. Puede que el sentido de la contradicción sea una seña de identidad actual del fabricante japonés. En las pruebas de Valencia, Zarco probó el chasis 2017 y dijo que esa moto daba más posibilidades que la Yamaha 2016, precisamente cuando los hombres de fábrica estaban decididos a repudiar el chasis 2017 y volver a tener el 2016 como base de trabajo para el prototipo 2018.

placeholder Valentino Rossi, que cumple 39 años en febrero, dice que quiere renovar dos años más. (EFE)
Valentino Rossi, que cumple 39 años en febrero, dice que quiere renovar dos años más. (EFE)

El difícil momento del cambio

La solución puede parecer muy simple, volver a las cotas 2016 y ya está, pero las cosas no son tan sencillas. No fue fácil solucionar los problemas con este sencillo cambio porque no basta con emplear un bastidor diferente, hay muchos elementos que entran en juego, como la interacción entre chasis y motor, que también se vería afectada. Introducir cambios en un bastidor de doble viga de aluminio como el de Yamaha es más complicado que hacerlo en un multitubular de acero, que se puede modificar y ajustar casi de una carrera a otra. Por eso el trabajo en el chasis es tan laborioso y tan costoso; mucho se habla de los costes de desarrollo de un motor y que la congelación del desarrollo de los motores impuesta por la reglamentación evita una escalada del gasto, pero el trabajo necesario para modificar un chasis no es una tarea menor, en ningún sentido.

Para colmo, Rossi no pudo evaluar adecuadamente el prototipo 2018 en las pruebas de Valencia porque lo destrozó en una caída a las pocas vueltas de estrenarlo. Por eso las pruebas realizadas a final de noviembre en Sepang fueron vitales. Tras lo visto en la temporada 2017, Yamaha se toma mucho interés por conocer la opinión de Zarco, porque el próximo año, aunque sea desde la limitada capacidad que le concede el equipo Tech 3, el piloto francés tendrá mucho que decir. Aunque Zarco es un piloto peculiar, vehemente, que sigue su propio camino, siempre a contracorriente: los hombres de fábrica han repudiado el chasis 2017, pero él dice que le gusta.

Foto: Nakamoto y Pedrosa en el circuito de Austin en 2016. (EFE/EPA)

Yamaha se toma muy en serio a Zarco porque, quién sabe, podría ser el recambio de Rossi, aunque será muy complicado para Yamaha amarrar a Zarco, sobre todo si no es dentro del equipo de fábrica. Cada vez que se aproxima la etapa de renovación de contratos regresan las especulaciones sobre el futuro del piloto italiano, y en determinados momentos de la pasada temporada, cuando su rendimiento era peor que el de Zarco, se veía al francés como recambio natural desde dentro de Yamaha. ¿Será en 2019? No lo sabe nadie. Valentino, de momento, dice que quiere renovar dos años más, con lo que seguiría en MotoGP por encima de los 40 años.

Con Rossi como piloto de fábrica 'ad eternum' y Viñales como apuesta de presente y futuro, Zarco no quiere verse como segundo plato. El francés interesa a KTM, que crece como la espuma, impresionando en su primera campaña en MotoGP. La marca austriaca seguirá disfrutando del sistema de concesiones que le otorga el reglamento, sin límite de entrenamientos, motores ni evoluciones técnicas. KTM es una marca en franca progresión que aspira a mucho, y podría ser un excelente aliado para la ambición de Zarco a partir de 2019. Al menos en Tech 3, actual equipo del francés, tienen claro que no lo podrán retener mucho tiempo más en las condiciones actuales. Esta será una segunda cuestión a la que Yamaha tendrá que prestar atención en 2018, el futuro, pero de momento lo crucial es acertar con el camino a seguir. La respuesta la tendremos en cinco semanas.

Queda poco más de un mes para que las motos vuelvan a rodar. Será el próximo 28 de enero en Sepang (Malasia), cuando los pilotos de MotoGP reanuden el trabajo con las primeras pruebas de la pretemporada. No cabe duda que este invierno el principal punto de interés es conocer el camino que tomará Yamaha para recuperar posiciones en el campeonato tras la temporada más decepcionante de los últimos años. Desde 2007, los pilotos de Yamaha siempre habían terminado primeros o segundos en MotoGP, pero este año Maverick Viñales sólo pudo ser tercero y Valentino Rossi, quinto. Aunque desde las filas de la marca aseguran que no se trata de un año desastroso, qué duda cabe que es una decepción.

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