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Marc Márquez, un campeón que se corona siendo fiel a su estilo de funambulista sin red
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SEXTO TÍTULO MUNDIAL PARA EL ESPAÑOL

Marc Márquez, un campeón que se corona siendo fiel a su estilo de funambulista sin red

Es incapaz de correr de otra manera. Si no lo hiciera así, al borde del infarto, no sería Márquez. Se ha coronado por sexta vez campeón del mundo, a los 24 años, rompiendo todos los récords

Foto: Marc Márquez celebra en Cheste su cuarto título mundial de MotoGP. (EFE)
Marc Márquez celebra en Cheste su cuarto título mundial de MotoGP. (EFE)

El valor de un título no se puede medir. Los 37 puntos con los que Marc Márquez ha aventajado a Andrea Dovizioso en la clasificación del Mundial de MotoGP no reflejan lo que ha sido esta frenética y apasionante temporada, un año marcado por las alternativas, en el que se ha pasado del arrollador dominio de Maverick Viñales y Yamaha al inicio a la consistente alternativa de Andrea Dovizioso y Ducati y al control de la situación que ha permitido a Márquez, no sin sobresaltos, coronarse por sexta vez campeón del mundo. Antes de la carrera de Cheste, Marc ya había ofrecido un análisis de lo que había representado para él este apasionante año. “Lo más difícil de este año ha sido ser constante. Todos los pilotos hemos tenido altibajos, en una competición muy cerrada. Antes, en un mal día hacías cuarto; hoy, si te falla algo, acabas el undécimo o el duodécimo”, dijo.

Su planteamiento de cara a la carrera era muy claro: “No nos podemos relajar por la ‘pole’. Hay que seguir con la misma intensidad hasta el ‘warm up’, y después analizar la situación en la que estamos”. No era una fanfarronada. Como había dicho antes, salió con la determinación de controlar la situación, como demostró en la salida, mandando desde el comienzo para poner orden en la carrera. Y cuando vio a Dovizioso detrás, lejos de él, se dedicó a preparar una carrera en la que iba a pelear por ganar, sin hacer concesiones, sin renunciar a la victoria. Teniendo por delante un título que solo él podía perder, corrió siguiendo el 'Márquez style'… y faltó poco para que le saliera caro.

placeholder Marc Márquez salió a ganar en Cheste y casi le cuesta muy caro. (EFE)
Marc Márquez salió a ganar en Cheste y casi le cuesta muy caro. (EFE)

Marc ha sabido controlar al Mr. Hyde que lleva dentro, y eso le ha permitido superar la situación. “Lo más difícil ha sido controlarme a mí mismo, y después en la pizarra me indicaban posición y diferencia. Pero controlarme es lo más importante. No podía cambiar el chip fácilmente, me sentía tan bien durante el fin de semana que no podía controlar esta forma de correr, el error no ha sido por correr pasado, sino porque he tenido miedo de que Zarco se metiera y no quería que cayéramos dos pilotos por forzar la situación, y me he frenado más tarde y por eso me he salido”, explicó Márquez, que es consciente de que eso, saber controlarse, sigue siendo su asignatura pendiente. “Es algo que en el futuro no debo repetir. Estoy aquí porque todo el equipo, la familia, los amigos, me han ayudado”.

Teniendo por delante un título que solo él podía perder, corrió siguiendo el 'Márquez style'… y faltó poco para que le saliera caro

La recuperación tras Montmeló

Márquez confesó que tras Montmeló estaba muy afectado e inició una nueva forma de afrontar las carreras, gracias al apoyo de los suyos. Allí se cayó cinco veces durante el fin de semana, pero fue segundo. “Mi gente me ha ayudado mucho, especialmente en la primera parte de la temporada. Los médicos me dijeron que tenía que buscar una nueva forma de afrontar las carreras porque tu cuerpo está sometiéndose a un intenso estrés y a mucha tensión”, reveló en Cheste. “Y empecé a cambiar, especialmente el ‘feeling’ con la moto. No estaba disfrutando con la moto, cambié de mentalidad y cambiaron los resultados”.

No subestimar a sus rivales también ha sido importante para mantener los pies en el suelo. “Es importante que no te veas superior a tus rivales”, dijo con sincera humildad. Y no dudó en elogiar a Dovizioso. “Lamento que hoy Dovizioso no acabara porque ha hecho una temporada memorable, y él es una persona increíble. He aprendido mucho de Dovizioso, temas que tienen que ver con su mentalidad, con cómo afronta las carreras”, explicó.

Foto: Imagen de punta Dufour, Suiza.

Pero Marc, de momento, no necesita un preparador psicológico, algo que utiliza Dovizioso y que en determinados ámbitos deportivos resulta fundamental. “Mi ‘mental coach’ es mi equipo, me basta con tener una atmósfera positiva”, aseguró.

placeholder Marc Márquez elogió a Andrea Dovizioso. “He aprendido mucho de él“, dijo. (EFE)
Marc Márquez elogió a Andrea Dovizioso. “He aprendido mucho de él“, dijo. (EFE)

Pensando en el futuro

El futuro es de los valientes. Y el presente es suyo. Si Márquez no corriera así, no sería él. Y si llega un día en el que Marc no puede correr así, seguramente no correrá más. No lo veremos nunca como un elemento de relleno en una parrilla porque solo tiene sentido la competición si es para ganar. Esa es la estirpe de los grandes. Las cifras de Márquez son abrumadoras y nos llevan a pensar hasta dónde podrá llegar si hoy, con solo 24 años, tiene ya seis títulos mundiales y 61 victorias en el Mundial. Nunca antes ningún campeón acumuló semejante palmarés a tan temprana edad, superando registros precedentes de otros ilustres mitos del motociclismo, como Valentino Rossi, Mike Hailwood, Ángel Nieto y Giacomo Agostini, que en ese tiempo no alcanzaron las cifras del piloto de Honda.

¿Hasta dónde va a llegar? Hasta donde él quiera o hasta que llegue otro que lo pare. También hay que considerar otra cuestión: su buena fortuna. Todo cuenta. Porque no cabe duda que hay que tener la suerte de cara para sufrir 27 caídas, sí, vein-ti-sie-te, tras las que únicamente se ha limitado a sacudirse el polvo… No puedo dejar de pensar en la generación de oro del Mundial de 500, los Rainey, Lawson, Gardner, Doohan y Schwantz, que fueron sistemáticamente maltratados por los potros desbocados de las motos de 500. Cuando se critica el avance de la electrónica y su injerencia en el pilotaje —¡todavía hay quien dice que las MotoGP no derrapan!—, no puedo olvidarme de ellos y de lo afortunado que ha sido Marc por ser un piloto de su tiempo.

Marc se ha caído 27 veces, “27 y media”, puntualizó con una de sus habituales carcajadas durante la rueda de prensa, y reconoce que aunque no le sorprende, porque las caídas llegan cuando busca el límite en entrenamientos, “muchas caídas duelen". "Pero fui capaz de cambiar gracias al equipo, que hizo que no me preocupara”, confesó. Al final, el arma secreta de Márquez no ha sido su moto, ni los neumáticos, ni la tecnología. Su secreto está en el corazón, donde aloja sentimientos y emociones. Y una enorme dosis de humildad: “Soy campeón hasta diciembre; a partir de enero, seré un nuevo piloto”, dijo.

El valor de un título no se puede medir. Los 37 puntos con los que Marc Márquez ha aventajado a Andrea Dovizioso en la clasificación del Mundial de MotoGP no reflejan lo que ha sido esta frenética y apasionante temporada, un año marcado por las alternativas, en el que se ha pasado del arrollador dominio de Maverick Viñales y Yamaha al inicio a la consistente alternativa de Andrea Dovizioso y Ducati y al control de la situación que ha permitido a Márquez, no sin sobresaltos, coronarse por sexta vez campeón del mundo. Antes de la carrera de Cheste, Marc ya había ofrecido un análisis de lo que había representado para él este apasionante año. “Lo más difícil de este año ha sido ser constante. Todos los pilotos hemos tenido altibajos, en una competición muy cerrada. Antes, en un mal día hacías cuarto; hoy, si te falla algo, acabas el undécimo o el duodécimo”, dijo.

Marc Márquez