Marruecos: fortalezas, debilidades y las tres claves con las que puede hacer daño a España

Este martes, España tiene la primera 'final' del Mundial de Qatar. Será en los octavos de final del campeonato, en el partido que enfrentará a los de Luis Enrique contra Marruecos, una selección mucho más rocosa y difícil de superar que lo que dice su tradición futbolística en la Copa del Mundo. Será un partido duro, complicado y mucho menos sencillo de lo que buena parte del aficionado español piensa, ante un combinado que llega sin nada que perder al momento clave del torneo.

A pesar del sufrimiento vivido por los aficionados españoles en la última jornada del Grupo E, tras la derrota ante Japón, muchos celebraron que conllevara un inesperado premio: evitar el lado del cuadro de Brasil para, en principio, asumir una vía más sencilla en busca de la final, con Marruecos como primer escollo. Pero nada más lejos de la realidad, pues el equipo norteafricano derrotó a Bélgica y Canadá, para empatar con Croacia y lograr su billete a los octavos.

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Y es que la selección entrenada por Walid Regragui es un equipo con mayúsculas. Su principal fortaleza radica en el grupo, la capacidad que tienen los 'Leones del Atlas' de ser un conjunto en todos los sentidos. Son rocosos, con las líneas juntas y con piezas que pueden ser determinantes. Curiosamente, las virtudes más destacadas de Marruecos aparecen en las posiciones en las que España anda más coja y flojea de manera clara y evidente.

Si por algo destaca Marruecos es por su solidez en la portería, con el sevillista Yassine Bono como gran estandarte: solo ha encajado un gol y se ha convertido en un muro en el torneo -si bien se perdió el segundo choque por una indisposición de última hora, sustituyéndole Munir de manera brillante-. La meta es la pieza fundamental en torno a la que gira el éxito del equipo, algo de lo que España no puede presumir por las dudas que deja Unai Simón, sobre todo en salida de balón con los pies.

Además, cuenta con un lateral derecho de nivel mundial como es Achraf Hakimi, una posición que está dejando muchas dudas en España, y un lateral izquierdo de primer nivel, Noussair Mazraoui, jugador del Bayern de Múnich. Si vamos al medio del campo, su mediocentro puro, Sofyan Amrabat, es una versión 2.0. de Sergio Busquets, con gasolina suficiente para mantener él solo la medular los 90 minutos, algo de lo que adolece la Roja: cuando el '5' se queda sin gasolina, España se hunde.

En ataque, cuenta con otro gran conocido de la afición español como el sevillista Youssef En-Nesiry, un jugador rápido y potente que sabe aprovechar los espacios a la espalda de la defensa. Y, por si fuera poco, cuenta con ese jugador diferente que todo equipo necesita para generar superioridades: Hakim Ziyech. El del Chelsea es desequilibrante, tiene gol y se mueve por todo el frente de ataque, algo que no tiene España, mucho más encorsetada en su estilo de juego.

Tres claves y una debilidad

La principal virtud de Marruecos es que es una selección rocosa y difícil de superar. Es un equipo que defiende con las líneas muy juntas, con mucho despliegue físico y con ayudas constantes, por lo que si España quiere hacerle daño a Marruecos deberá imprimir gran velocidad al desplazamiento de balón y tener mucha movilidad en ataque. De hecho, el último enfrentamiento contra los 'Leones del Atlas' fue en el Mundial de 2018 y la Roja fue incapaz de pasar del empate (2-2).

Otra de sus virtudes está en su capacidad para jugar profundo. No es una selección que especule con el balón y tiene claro que pueden hacer daño a sus rivales si son capaces de encontrar espacios y velocidad. No solo por parte de sus jugadores más adelantados, sino también con los dos laterales, que se incorporan habitualmente al ataque, sorprendiendo desde atrás. Ambos tienen buen toque y un disparo contundente, otra de las armas marroquíes desde larga distancia.

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Y, por último, otra de las claves que puede marcar la diferencia es el increíble estado de forma de Amrabat, que es capaz de sostener la medular con un podería físico asombroso, lo que libera al resto de jugadores para llevar a cabo otro tipo de funciones más ofensivas. Y es que el centrocampista de la Fiorentina se ha destapado en el Mundial como uno de los jugadores más destacados en su posición, de esos difíciles de superar y que no dan una bola por perdida en todo el partido.

Pero Marruecos también tiene sus debilidades, que España tiene que explotar si quiere meterse en cuartos de final. Los dos centrales no destacan especialmente en salida de balón, por lo que una presión alta puede facilitar la labor para el equipo de Luis Enrique; Regragui no tiene un banquillo amplio, por lo que un partido largo le puede interesar a España; y, lo más importante, en el Mundial no ha ido por detrás en el marcador y, si la Roja consigue adelantarse, puede generar dudas en su rival.