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El aficionado silba al Barça en Montjuic y Xavi culpa a la prensa y al entorno del mal juego
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Xavi está muy señalado

El aficionado silba al Barça en Montjuic y Xavi culpa a la prensa y al entorno del mal juego

El técnico no da con la clave para levantar el vuelo de un Barcelona que va dando tumbos. Los azulgranas volvieron a ser frágiles en defensa y se atascaron en ataque

Foto: El técnico azulgrana, durante la rueda de prensa. (EFE/Enric Fontcuberta)
El técnico azulgrana, durante la rueda de prensa. (EFE/Enric Fontcuberta)

A Xavi Hernández se le empiezan a acabar las excusas que justifiquen el mal juego del Barça. Hasta el momento y, tras varios encuentros de zozobra, la vuelta del numeroso grupo de futbolistas claves lesionados (Pedri, Lewandowski, Koundé, Raphinha, Balde) se había vislumbrado como el fin de los problemas para el técnico culé. Nada más lejos de la realidad, el Barça siguió practicando un juego mediocre, frágil y anárquico contra el Deportivo Alavés (2-1). Y ahora solo falta de Jong. Solo un doblete salvador de Lewandowski y la falta de acierto de un imparable Samu Omorodion evitaron la debacle en casa.

El equipo manifestó los mismos problemas que le hundieron en la preocupante derrota contra el Shakhtar Donetsk en la Champions League. La desconcentración de Ilkay Gündogan en el segundo 18 provocó el robo de Jon Guridi y el gol de Samu Omorodion. Algo similar a lo que pasó en Granada, con Gavi como protagonista, y donde el Barça se dejó dos puntos en Liga. El tanto en contra provocó los primeros silbidos para el Barça y la empanada encendió las alarmas en Montjuic. Con el 0-1 al descanso y el 1-0 en el marcador, el público abroncó a los suyos.

En anteriores partidos, Xavi había señalado la falta de intensidad del equipo y el mal momento de juego. Gündogan, peso pesado del vestuario a pesar de haber llegado esta temporada y autor de la declaración que levantó ampollas tras la derrota del Clásico, se contagió del resto y cometió un error decisivo. Impropio de un jugador de su categoría y experiencia.

Xavi no dudaría en señalarlo: "Gündogan ha perdido una pelota que normalmente no pierde y genera una transición, que era una de las cosas que habíamos hablado. Una situación de inestabilidad en el equipo. Un gol a los 18 segundos", empezó el técnico. "No podemos conceder esos errores. Es inaceptable. Estamos regalando muchísimas cosas. Hemos perdido puntos en Mallorca, en Granada... ahora llevaríamos muchos más. Estamos regalando mucho. Y genera una inseguridad en los jugadores que no es buena", remató Xavi.

Foto: El delantero marcó tras seis partidos sin ver puerta. (Reuters/Albert Gea)

El equipo tiembla en defensa

El Barça ganó por la mínima. Otra vez. Así han sido todos los triunfos que ha conseguido este curso. Sin embargo, lo que más preocupa sigue siendo la nula contundencia defensiva. Samu Omorodion retrató a Jules Koundé, que esta temporada ya ha cometido varios fallos groseros y al final fue Araújo quien se emparejó con él para sostener al francés. El central galo saldría en el minuto 70 y no acabaría el encuentro.

Por otra parte, el desconcierto defensivo también incorporó a Joao Cancelo, quien jugó en tres posiciones distintas y acabó confundido sobre el campo. El Deportivo Alavés llevó a cabo un plan de partido tan rudimentario como efectivo: pocos espacios entre líneas, equipo junto en pocos metros, blindaje por dentro y balones a un cañón como Samu.

placeholder El delantero español fue un quebradero de cabeza. (Reuters/Albert Gea)
El delantero español fue un quebradero de cabeza. (Reuters/Albert Gea)

El delantero cedido por el Atlético de Madrid marcó un tanto, envió una pelota al larguero y pudo marcar otro más. La razón, además del buen hacer de los vacos, es que la presión azulgrana carece de coordinación y le hacen daño en transición ofensiva. Las vigilancias defensivas son malas. Tras el encuentro, Xavi remarcaría que sus futbolistas no disfrutan ahora mismo. "Estaban más tensos de lo normal por todo lo que se genera alrededor del equipo. Y no es justo. Porque no es justo. Es normal que no veamos las mejores versiones de estos futbolistas porque no están liberados".

La prensa, el enemigo

El entrenador azulgrana seguiría: "la sensación, cuando ves las caras de los jugadores, es que están así. Tranquilidad. Yo llevo cuatro días sin mirar nada y estoy tranquilísimo. Pero claro, no creo que todos estén igual que yo". En este sentido, Xavi miraría con especial atención a los menos acostumbrados: "Sobre todo le afecta a los más jóvenes. Ves a Íñigo, a Lewandowski, a Cancelo, a Gündogan, y no les afecta. Pero hay mucha gente joven".

Xavi Hernández también señalaría a la prensa y al entorno barcelonista. "Sin duda creo que lo que diga la prensa afecta al juego del equipo. Se generan situaciones y escenarios que, para mí, no son reales. Me pasó como futbolista y le pasa a mis futbolistas. Creo que les afecta demasiado lo que se dice en el entorno".

Y, por último, se mostraría de piedra ante las críticas: "a mí no me afecta lo que dice el entorno porque yo no tengo que hacer prácticamente nada. Les he dicho que estén tranquilos. Que a mí me dijeron que era el cáncer del Barça y estoy aquí de entrenador".

A Xavi Hernández se le empiezan a acabar las excusas que justifiquen el mal juego del Barça. Hasta el momento y, tras varios encuentros de zozobra, la vuelta del numeroso grupo de futbolistas claves lesionados (Pedri, Lewandowski, Koundé, Raphinha, Balde) se había vislumbrado como el fin de los problemas para el técnico culé. Nada más lejos de la realidad, el Barça siguió practicando un juego mediocre, frágil y anárquico contra el Deportivo Alavés (2-1). Y ahora solo falta de Jong. Solo un doblete salvador de Lewandowski y la falta de acierto de un imparable Samu Omorodion evitaron la debacle en casa.

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