La afirmación lapidaria de Xavi Hernández sobre su Barcelona que ahora le estalla en la cara
El mal juego colectivo demanda a las individualidades del Barcelona que den la cara, pero sus futbolistas más decisivos están a un nivel muy bajo. Xavi ha perdido el control
La fractura entre lo que Xavi Hernández afirma en rueda de prensa y lo que plasma el equipo en el campo es sideral. Después del pinchazo en Hamburgo contra el Shakhtar Donetsk (1-0), el Barcelona es primero de grupo en la Champions League, pero está empatado a 9 puntos con el Oporto y tres por encima de los ucranianos, con 6 puntos. La clasificación podría complicarse en las últimas dos jornadas, donde debe recibir al conjunto portugués, y la línea de juego y confianza del Barça es claramente descendente.
Los fantasmas de las dos temporadas anteriores ya aparecen en el horizonte. El recuerdo de los ridículos en Europa al no pasar de la fase de grupos de Champions ha aflorado con fuerza. ¿Es un "mal momento" y "un pequeño bache" en el devenir del curso -como afirma Xavi- o hay algo más? El campeón de Liga empezó ganando los dos primeros partidos del curso por 5-0 (contra Real Betis y Amberes) para luego desinflarse.
Fue en ese preciso instante donde un Xavi eufórico lanzó una frase contundente al vuelo que todavía retumba en sala de prensa: "Estamos en el mejor nivel de juego desde que soy entrenador del Barça". Menos de dos meses después, el tiro le ha salido por la culata al técnico azulgrana, que con un tono pesimista y alarmante expresó en Hamburgo: "Hemos hecho uno de nuestros peores partidos en estos dos años que llevo aquí".
De hecho, todos los triunfos que ha conseguido este curso han sido por la mínima. Algo similar a la pasada temporada, en la que el 1-0 fue una religión en LaLiga. Sin embargo, la solidez defensiva y las monumentales individualidades que la sostuvieron antaño se ha evaporado. No existen las paradas salvadoras de Marc-André ter Stegen, portero menos goleado del pasado campeonato, ni la contundencia de Andreas Christensen y Ronald Araújo. Tampoco los goles de Robert Lewandowski, cuyo bajón tras el Mundial de Qatar es evidente.
El 'resultadismo' ha aguantado al Barça
El Barça también se dejó cuatro puntos en Mallorca y Granada y tiró por la borda un Clásico que había empezado ganando tras perder el control. Ganó en San Sebastián a la Real Sociedad siendo muy inferior y con un gol postrero de Araújo. Pudo haber un penalti claro sobre Oyarzabal que el árbitro no pitó. Incluso venció en Oporto con mucha polémica y un penalti al limbo de Jules Koundé.
¿Qué le está pasando al equipo? Para empezar, que sus mejores jugadores no están apareciendo para maquillar lo mal que juega este Barça. Algo que la temporada pasada sí que sucedió en LaLiga, aunque Europa tuviese razón. El Barça ha sido eliminado cuatro veces en dos años y eso no es una casualidad. En este sentido, la imagen del equipo ha sido mala desde prácticamente el principio de la temporada, pero el resultadismo ha tapado la falta de continuidad y ritmo con la pelota y orden defensivo.
Al Barça le llegan mucho y muy fácil. La presión azulgrana carece de coordinación y los equipos le atraen con la presión y le hacen daño en transición ofensiva y al contragolpe. Los azulgranas están muy expuestos porque la mala colocación con la pelota desnuda al equipo. Además de Lewandowski, hay otras dos piezas como Joao Cancelo y Joao Félix que trabajan menos cuando la pierden.
El gol del Shakhtar Donetsk fue un ejemplo. Los ucranianos tuvieron la pelota en su poder durante más de un minuto y dieron más de 20 pases hasta marcar a placer. Esto para un equipo que se construyó de abajo a arriba es un misil directo a su línea de flotación. Lo dijo Xavi: "Estamos haciendo las cosas mal en general, tanto en ataque como en defensa. Estamos concediendo demasiado. La vigilancia tras pérdidas no es la correcta".
Aunque luego el propio Xavi afirmara que "es más un tema mental, más que de físico o juego", los datos reflejan que el Barça no sabía qué hacer con la pelota. El club azulgrana centró 36 veces en Hamburgo y solo remató en 6 ocasiones. Además, el Barça únicamente disparó una vez entre los tres palos... a pesar de ir perdiendo desde el minuto 40 del primer tiempo. Las dudas con Xavi crecen en el vestuario y fuera de él. ¿Podrá volver a ganarse a los jugadores y revertir la situación?
La fractura entre lo que Xavi Hernández afirma en rueda de prensa y lo que plasma el equipo en el campo es sideral. Después del pinchazo en Hamburgo contra el Shakhtar Donetsk (1-0), el Barcelona es primero de grupo en la Champions League, pero está empatado a 9 puntos con el Oporto y tres por encima de los ucranianos, con 6 puntos. La clasificación podría complicarse en las últimas dos jornadas, donde debe recibir al conjunto portugués, y la línea de juego y confianza del Barça es claramente descendente.
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